Cuando el trabajo se convierte en una pesadilla

Jornadas muy largas, trabajo a turnos, imposibilidad de conciliar la vida laboral con la vida social o familiar ¿Te suena? La mejor intervención es la eliminación de la fuente de estrés, pero cuando esto es imposible, ¿qué podemos hacer?
Cuando el trabajo se convierte en una pesadilla
Gorka Jiménez Pajares

Escrito y verificado por el psicólogo Gorka Jiménez Pajares.

Última actualización: 02 diciembre, 2022

Las personas somos la diana de distintos focos de presión. De media, dedicamos 8 horas de cada día a trabajar, lo que convierte el trabajo en una de las fuentes más importantes de estrés. Cuando el trabajo se transforma en una pesadilla, nos podemos sentir minusvalorados, quemados y desvalidos.

Afortunadamente, el ser humano tiene una gran capacidad de adaptación. Sin embargo, en ocasiones los requerimientos del trabajo demandan una serie de sobreesfuerzos que producen distintos problemas de adaptación o de ajuste. Además, la forma en que cada persona se adapta a las demandas laborales es distinta.

Mujer estresada en el trabajo
El estrés laboral puede tener consecuencias graves para la salud física y emocional de los trabajadores.

Gestión del estrés laboral

La mejor gestión es la eliminación de la fuente de estrés. Para ello, la intervención podría encaminarse a modificar algunos aspectos en los que se organiza el trabajo con el fin de aumentar la capacidad de adaptación de los trabajadores.

Un ejemplo de esta modificación de condiciones laborales puede constituir un cambio de horario, pasando de una jornada por turnos a otra continua. Entre los beneficios que tiene la adopción de una jornada continua (por ejemplo, de 7 de la mañana a 15 de la tarde) es que permite la conciliación con la vida social y familiar que difícilmente podría darse si se trabaja con la jornada dividida.

Estrategias para intervenir sobre el estrés laboral

Sin embargo, en ocasiones es muy difícil o imposible eliminar la fuente de estrés. Es entonces cuando se hace necesario dotar a los trabajadores de estrategias que le permitan afrontar las situaciones que generan malestar.

Los programas de prevención de estrés laboral tienen por objetivo el aprendizaje de habilidades personales que permitan a los trabajadores actuar cuando el trabajo se convierte en una pesadilla. Se centran en diversos objetivos, como la forma en que percibe las situaciones relacionadas con el trabajo, el modo en que las afronta o las distintas respuestas emocionales que experimenta.

1. Técnicas generales

El objetivo de estas técnicas es aumentar o fortalecer los recursos personales de los trabajadores para enfrentar el estrés. Algunas estrategias generales consistirían en:

  • Desarrollar un buen estado físico a través del ejercicio habitual. En general, hacer ejercicio aumenta la resistencia física del organismo ante los efectos del estrés y también aumenta a su vez la resistencia psicológica. Esto es así porque hacer ejercicio nos obliga a desplazar el foco de nuestra atención, lo que facilita el descanso y la recuperación de la actividad mental.
  • Dieta adecuada. Es una medida aconsejable para paliar los efectos del estrés. Una buena alimentación nos va a permitir tener energía para responder a las demandas de la vida en general, y del trabajo en particular.
  • Apoyo social. Las relaciones sociales con nuestro grupo de referencia facilitan la adaptación y potencian la integración. El grupo puede convertirse en fuente de ayuda psicológica.

2. Técnicas cognitivas

La finalidad de las técnicas cognitivas es promover formas alternativas de percibir, interpretar y evaluar las situaciones. Existen multitud de técnicas de este tipo, pero queremos mencionar las siguientes:

  • Reestructuración cognitiva. Busca proporcionar vías y procedimientos para reorganizar la forma en que la persona percibe e interpreta una situación. El objetivo es promover pensamientos e interpretaciones de las situaciones de trabajo que sean más adaptativos.
  • Desensibilización sistemática. Es una técnica que busca disminuir las reacciones de ansiedad y miedo ante situaciones que resultan amenazadoras para el trabajador. Lo consigue mediante la puesta en práctica de respuestas por parte de la persona que sean incompatibles con la ansiedad, a la vez que el trabajador se expone a sus miedos.
  • Inoculación de estrés. Su objetivo es que el trabajador aprenda y desarrolle habilidades de afrontamiento, que actuarían como “anticuerpos psicológicos”, como cuando nos ponen una vacuna y nuestro organismo responde y combate al invasor. Respecto al estrés, esto se puede conseguir mediante el entrenamiento en técnicas de respiración, relajación o resolución de problemas.

3. Técnicas fisiológicas

Su objetivo es reducir el exceso de activación fisiológica, a la vez que inciden sobre el malestar emocional y físico acompañante. Fundamentalmente, buscan enseñar al trabajador a relajarse y a respirar. Queremos destacar dos:

  • Técnicas de control de respiración. Son múltiples y puedes encontrar un compendio de ellas en este artículo. El objetivo de los métodos de respiración es conseguir una mejor oxigenación del organismo, permitiéndonos obtener efectos beneficiosos de inmediato.
  • Técnicas de relajación mental. Cabe mencionar la meditación, a través de la cual es posible obtener cambios fisiológicos gracias a que nos permite centrar la atención en diversas actividades y desconectar de las fuentes de estrés.
Mujer meditando en el trabajo
Relajar los músculos que han acumulado tensión emocional ayuda a que la mente se relaje también.

4. Técnicas conductuales

Su finalidad es promover conductas alternativas más adaptativas. Entre las diversas técnicas conductuales cabría mencionar:

  • El entrenamiento asertivo. Potencia la autoestima y con ello disminuye el impacto de la reacción de estrés. Consiste en desarrollar la capacidad que nos permite expresar nuestros sentimientos, deseos y necesidades con libertad, de forma clara e inequívoca ante quienes nos rodean.
  • Entrenamiento en habilidades sociales. Busca instaurar habilidades que redunden en el éxito a la hora de conseguir metas personales con otras personas, a la vez que potencia la percepción de eficacia y seguridad en las relaciones con los compañeros de trabajo.

Además, en ámbito laboral es importante cómo se produce la formación/comunicación de estrategias que les permitan ordenar su tiempo, sobre todo cuando tienen un exceso de trabajo. Entre las mismas podemos encontrar la delegación o distribución de responsabilidades entre varias personas y la negociación, que favorece la flexibilidad y la comprensión de otros puntos de vista.


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