¿De qué suelen arrepentirse los adultos mayores?

Es curioso, pero alcanzada la madurez, la mayoría de nosotros acumulamos arrepentimientos comunes. ¿Cuáles son y qué podemos hacer para no llenar nuestra memoria de ellos?
¿De qué suelen arrepentirse los adultos mayores?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 20 abril, 2023

Las personas de tercera edad suelen lamentarse con frecuencia por dejar escapar oportunidades y ciertos «trenes» únicos. Como dijo una vez Fernando Pessoa: «Llevo encima todas las heridas de las batallas que he evitado». Y así es, esas son fracturas psicológicas que siempre arrastramos en nuestras mochilas existenciales. ¿De qué más se arrepienten los adultos mayores?

Hay muchas dimensiones y factores de los que uno se lamenta cuando alcanza una edad. Son innumerables faltas de ortografía en la escritura de nuestro pasado, hechos que debimos manejar de otra manera para llegar a los 70 u 80 años un poco más felices. ¿Qué tal si analizamos esas variables que deberíamos cuidar hoy para no arrepentirnos mañana?

«Nunca es tarde para el arrepentimiento y la reparación».

-Charles Dickens-

Los adultos mayores se arrepienten de…

Si hay una emoción que lacera es el arrepentimiento. Bien es cierto que, como la mayoría de las emociones, cumple una función. Y no es otra que la de invitarnos a solucionar aquello que hicimos mal. Sin embargo, cuando se arriba a edades avanzadas, hay cosas irreparables y que solo podemos asumir.

Cabe señalar que existen estudios muy interesantes sobre el arrepentimiento en la vejez. La Universidad de Manitoba, en Canadá, nos indicó cómo afecta esta realidad emocional a la calidad de vida e incluso a la salud de la persona. Es una dimensión, por tanto, de gran relevancia para el bienestar psicológico y que no podemos dejar de lado.

Conocer de qué es de lo que se arrepienten los adultos mayores sirve de ayuda. Son guías presentes para la satisfacción futura. Profundizamos en ellas.



hombre pensando en qué se arrepienten los adultos mayores
Algo de lo que nos arrepentimos es de vivir de acuerdo con las expectativas ajenas.

1. No hacer lo que realmente queríamos

Bronnie Ware es una enfermera de cuidados paliativos conocida por escribir el libro Los cinco mandamientos para tener una vida plena (2013). En este trabajo abordó esos arrepentimientos que registraban con frecuencia aquellas personas que tenían que afrontar una despedida vital. Así, una de las realidades que más lamentamos, es haber vivido de acuerdo con las expectativas ajenas.

Pensar en que no fuimos tan valientes para tomar ciertas decisiones, se convierte en el origen de un gran malestar. A veces, la familia y el entorno condicionan nuestra existencia hasta el punto de hacernos perseguir objetivos o decantarnos por opciones que no queremos.

Los miedos son esas alambradas que, a menudo, limitan tomar contacto con aquello que deseamos. Al alcanzar edades avanzadas, es común lamentar lo que dejamos ir por nuestros temores.

2. Ser más sinceros con respecto a lo que sentimos

¿Cuántos «te quiero» dejamos en el aire? ¿Cuántos «lo siento» debimos pronunciar en voz alta y no lo hicimos? Que no quede como tarea pendiente expresar lo que sentimos a las personas que queremos. Las palabras importantes, que al final no se pronuncian, acaban amargando a quienes las guardan.

3. No haber dedicado más tiempo a lo que de verdad importaba

En el día a día dedicamos buena parte del tiempo a tareas automáticas. Si nos paramos un momento, es probable que sepamos diferenciar aquello que es importante de lo que no. Pero, ¿es en realidad lo que priorizamos? ¿Lo tenemos en cuenta a la hora de tomar decisiones?

Poblar el presente de elementos significativos es algo nuclear para el bienestar. En buena medida, la sensación de valía personal emana de lo que hacemos con nuestro tiempo.

4. Preocuparse en exceso y olvidarse de vivir

Las preocupaciones excesivas limitan la existencia, la vuelven pesada y nos restan oportunidades de crecimiento. Además, fijándonos bien, buena parte de lo que nos preocupa nunca llega a suceder. La consecuencia de perdernos en esos laberintos mentales tan angustiosos es el desprecio a la belleza presente.

De este modo, las personas mayores suelen arrepentirse por dejar que el estrés y la preocupación les impidiera tener una vida más relajada y centrada. Una desde la cual apreciar mejor lo que sucede en cada momento, como es el crecimiento de los hijos, por ejemplo.

5. Perder ciertas oportunidades

El miedo y la inseguridad nos cierran la puerta a oportunidades que más tarde lamentamos. Es común afligirse de no ser valientes para decir «sí» a ciertos trabajos, «sí» a ciertos amores que dejamos ir por indecisión. Así, investigaciones como las llevadas a cabo en la Universidad de Tilburg, en Países Bajos, destacan cómo la inacción o el no atrevernos da paso a ese arrepentimiento tan doloroso.

6. Pocos viajes

Si nos preguntamos de qué se arrepienten los adultos mayores, hay un hecho que siempre aparece. Basta con preguntarles a nuestros familiares con más años para que nos digan que lamentan no haber viajado más. Pasar buena parte de la vida en un mismo lugar, nos resta vivencias, aprendizajes e integrar otras perspectivas.

Nada es tan enriquecedor para el ser humano como sortear las fronteras de sus entornos cotidianos, con la meta de conocer otros países y culturas.

7. El amor y por qué no lo entendimos mejor

Hay quien pasa toda una vida junto a la persona equivocada. De este modo, algo que lamentamos es no haber elegido mejor a ese compañero. Sobre todo, lo que solemos lamentar es no cortar con determinadas relaciones a tiempo, privándonos de lo que pensamos que hubieran sido momentos de felicidad.

Entender las bases del amor saludable es una competencia muy asociada a la satisfacción vital. Si las entendimos de manera acelerada, es más fácil que nuestra memoria sea un desierto de decisiones que, pasado el tiempo, valoremos como fallidas.

8. Los amigos a los que debimos cuidar

Otro aspecto del que se arrepienten los adultos mayores: no haber tenido más amigos. La vida social y los lazos de amistad trazan vivencias cotidianas de gran valor emocional. Son esas figuras con quien reír, aprender, desahogar el estrés y hacer planes que saben a sueños e ilusiones.

Es frecuente llegar a edades avanzadas y lamentarse por no cuidar ciertas amistades o dejar ir a personas que valían la pena.

9. La salud, esa gran descuidada

No es fácil llegar a los 70 u 80 años con una salud de hierro. Por lo general, acumulamos achaques que son producto de estilos de vida poco saludables. De ahí que muchas personas se arrepientan de no haber hecho más deporte, comido mejor o dejado el tabaco.

Desatender a lo largo de la vida la dieta o tener un estilo sedentario es causa de arrepentimiento, una vez que se empiezan a reproducir las limitaciones de la vejez. Es entonces cuando el cuerpo se hace más presente y muchos entienden que buena parte de nuestras posibilidades existen porque tenemos un cuerpo que las genera.



Pareja de personas mayores sentada en un banco pensando en qué se arrepienten los adultos mayores
Cuidar de nuestras relaciones nos permite llegar a edades avanzadas con mayor satisfacción.

Para no arrepentirte, sé más valiente y cuida lo que tienes

¿Quieres llegar a una edad avanzada sin que los recuerdos del pasado sean un lastre? Comienza por revisar cómo es tu presente y cómo te sientes en este mismo instante. Cualquier momento es bueno para poner en marcha medidas que cieguen posibles arrepentimientos futuros.

A continuación, presentamos algunas claves para cumplir años sin experimentar, en exceso, el pinchazo del lamento:

  • Viaja, sé capaz de romper la rutina.
  • Expresa lo que sientes por los demás.
  • Cuida de tus vínculos sociales y afectivos.
  • Aprecia la magia de las pequeñas cosas en tu día a día.
  • Promueve instantes que te ofrezcan bienestar y felicidad.
  • Toma conciencia de quién merece estar en tu vida y quién no.
  • Traza propósitos que vayan en sintonía con tus valores y necesidades.
  • Invierte tiempo y trabaja en tus sueños sin dejarte llevar por presiones ajenas.
  • Regula mejor tu estrés y preocupaciones para disfrutar más del «aquí» y «ahora».

Para concluir. Si bien es cierto que no es fácil llegar al otoño de nuestras vidas sin arrepentirnos de nada, procuremos que esos vacíos sean lo más livianos posible. Aunemos valentía y no dejemos pasar esos trenes que llevan nuestro nombre y que, de algún modo, nos acercarán a la auténtica satisfacción.


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