Los beneficios del ballet en mujeres de más de 50

Cada vez son más las mujeres que, sin haber hecho nunca ballet, se inician en esta práctica. No solo disfrutan, sino que revolucionan su vida en muchos aspectos: su salud física mejora y obtienen grandes beneficios a nivel psicológico. Lo analizamos.
Los beneficios del ballet en mujeres de más de 50
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 14 septiembre, 2023

Decía el bailarín Jacques d’Amboise que «la danza es tu pulso, tu latido, tu respiración. Es el ritmo de tu vida. Es la expresión en tiempo y movimiento, en alegría y en tristeza». Es cierto, el ballet es esa forma de arte en la que el cuerpo humano se convierte en el canal de la emoción, en la partitura de una pieza musical y uno de los mecanismos más bellos de expresión.

Rudolf Nureyev, Anna Pávlova, Maya Plisétskaya… Hay nombres que brillaron con luz propia en el firmamento de la danza y que son la inspiración para las nuevas generaciones. Asimismo, y como bien sabemos, pocas disciplinas exigen de un entrenamiento tan duro, y de una dedicación tan absoluta como esta. Ahí tenemos películas como El cisne negro, mostrándonos los entresijos de este mundo.

Ahora bien, es evidente que cuando uno sitúa la mirada en dicha práctica puede pensar que está restringida para un solo tipo de personas. También, que únicamente es apta para quien la ejecuta desde la infancia. Nada más lejos de la realidad. Cualquier persona puede iniciarse en el ballet sin importar su edad; es más, ahora mismo es una de las aficiones favoritas entre las mujeres de mediana edad.

El ballet mejora la confianza en una misma, potencia el equilibrio, la movilidad y las habilidades cognitivas.

Clase de ballet en mujeres de más de 50
Empezar ballet cuando se tienen más de 40 o 50 años es una práctica cada vez más común

Ballet en mujeres de más de 50, salud y disfrute

Y tú… ¿Qué estás haciendo ahora mismo para envejecer de manera saludable? No importa que tengas 20, 30 o 40 años. Lograr que el paso del tiempo sea benévolo con nosotros y nos permita conservar durante más tiempo nuestras capacidades físicas y mentales, parte de lo que hagamos hoy. Invertir en calidad de vida en el momento presente revierte en el otoño de nuestra existencia.

El ballet en mujeres de más de 50 años se está convirtiendo en una moda en todo el mundo. Meterse en unas mallas y en unas punteras por primera vez en la mediana edad, puede parecer todo un desafío.

Sin embargo, se ha alzado como una práctica energizante que las protagonistas describen como algo muy placentero. Asimismo, desde un punto de vista psicológico y médico, la danza es uno de los mejores recursos para el bienestar en todas sus áreas…

Algo que descubren las mujeres de más de 50 con el ballet es el placer de mover el cuerpo con la música, de disfrutar con los ejercicios y sentirse hábiles en su ejecución.

1. Mejora de la autopercepción

Es evidente que quien se apunta a ballet cuando está en la mediana edad, no espera entrar en la compañía de la ópera de París. Lo que desea es ejercitar el cuerpo, pasarlo bien y aprender. Los profesores no se limitan tampoco en guiar a las alumnas en ejercicios fáciles. Buscan, sobre todo, que aprendan técnicas y mejoren habilidades como la coordinación y el equilibrio.

Una investigación de la Universidad de California destaca algo interesante. En la actualidad se realizan clases de ballet para mujeres de entre 23 y 87 años. La participación regular en estas sesiones mejora el autoconcepto y la autoexpresión femenina, en especial de las edades más avanzadas.

Evidencian un mayor aprecio por el propio cuerpo, una aceptación por el paso del tiempo y una mejor autoimagen. No se ven como mujeres mayores haciendo danza. Se autoperciben como bailarinas.

2. Un placentero desafío cognitivo

El ballet en mujeres de más de 50 no busca distraerlas durante unas horas a la semana. Son clases rigurosas que guían en el aprendizaje de unas técnicas de danza que pueden ser complejas. Es evidente que cada alumna tendrá su propio potencial y sus limitaciones. Sin embargo, algo que logra esta práctica es mejorar multitud de competencias cognitivas.

Atención, memoria, planificación y hasta la persistencia… Empezar clases de danza y disfrutar de ellas logra que se encienda la motivación y ese empeño por aprender, por asentar nuevas técnicas, por ver cómo mejora el rendimiento sensoriomotor.

La propiocepción, o la capacidad que tiene nuestro cerebro de saber la posición exacta de cada área del cuerpo, es una competencia que mejora con la danza. La memoria kinésica o el lenguaje corporal se ejercita y florece al máximo con el ballet.

Los instructores de ballet deben saber qué necesidades y desafíos puede realizar cada mujer para lograr su máximo potencial en las clases de danza.

3. Expresión física y emocional

Bailar es lograr una sintonía armoniosa entre el cuerpo y la música, entre la mente y los movimientos. Las emociones fluyen y encuentran un canal nuevo desde donde ser expresadas de formas nuevas. El ballet en las mujeres de más de 50 les permite reencontrarse y, descubrir a su vez, un medio innovador para desahogar sentimientos.

Asimismo, la danza es un medio extraordinario para manejar el estrés cotidiano, regular la ansiedad y oxigenar el cuerpo con esos neurotransmisores tan gratificantes como la serotonina o las endorfinas.

4. Conexión social y alianzas con otras mujeres

Uno de nuestros mayores problemas como sociedad es la soledad. Se trata de una dimensión que se intensifica con el paso de los años. Acudir a clases de danza de manera regular tiene innumerables beneficios sociales: forja amistades, permite vencer la timidez y facilita una enriquecedora conexión emocional.

Las mujeres crean una alianza con otras bailarinas de esa misma edad. Esto les permite compartir sentimientos, miedos y realidades comunes propias de esta época de la vida. Bailar forja nuevos vínculos, es un ejercicio individual y colectivo a la vez, íntimo, pero expresivo que mejora la comunicación a todos los niveles.

El ballet nos permite contar historias sin palabras y, a su vez, forja alianzas con otros bailarines sin importar la edad. Es un ejercicio artístico, social y emocional.

Mujeres hablando sobre el ballet en mujeres de más de 50
La danza nos permite forjar nuevas amistades.

5. Envejecimiento saludable

No es fácil llegar a edades avanzadas con un cuerpo ágil y una mente despierta, curiosa y con ganas de seguir aprendiendo. Lo que hagamos hoy tendrá su eco en ese mañana cuando en nuestra sonrisa asomen las arrugas. El ballet en las mujeres de más de 50 facilita que el paso de los años reduzca muchas de las sintomatologías asociadas a la edad.

Un ejemplo, en una investigación de la Universidad de Alberta, en Canadá, se destaca cómo el ballet fortalece las articulaciones femeninas. Las fortalece y conserva su flexibilidad. Por no hablar de los músculos, de la coordinación, la agilidad… En consecuencia, pocas prácticas resultan más estimulantes a cualquier edad como bailar, como aprender técnicas de danza y disfrutar de este arte.

Dejemos caer los prejuicios sobre la edad y los cuerpos y demos el paso, el ballet es un medio para un fin. Es una oportunidad para redescubrirnos y potenciar nuestra salud y bienestar a todos los niveles. Dancemos.


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    • Ali-Haapala, A., Moyle, G., & Kerr, Graham (2021). ‘Stretch’ cognitively and physically: A research on older adults’ experiences of taking ballet classes as an anti-aging method. Journal of Innovation in Social Science, 2(1), 1-7.
    • Jeffrey, A., Markula, P., & Story, C. (2022). Women’s articulations of aging: “Learning to be affected” through experiences in recreational ballet. Frontiers in Sports and Active Living, 4:795956. doi: 10.3389/fspor.2022.795956
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