La depresión en mujeres de mediana edad

La depresión en mujeres de mediana edad a veces es ignorada. Ahora, ¿qué caracteriza a este tipo de depresión? ¿Qué factores predisponen o favorecen que aparezca? ¿Cómo podemos ayudar a alguien que la sufre?
La depresión en mujeres de mediana edad

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 21 julio, 2022

Los trastornos depresivos son una problemática de salud mental a nivel mundial. Su impacto en el bienestar es muy alto, llegando a ser muy incapacitantes. Los mecanismos por los que estos trastornos actúan explican, al menos en parte, las diferencias en cuanto a índices de incidencia en los distintos estratos o grupos sociales.

En esta oportunidad, veremos cómo la depresión se manifiesta específicamente en las mujeres de mediana edad. En el camino, analizaremos sus causas y precipitantes, así como las variables que aumentan nuestra vulnerabilidad.

Causas biológicas de la depresión

Los trastornos depresivos no son producto de una sola causa, sino que varios factores interactúan para su aparición. Podríamos decir que la base de dicha interacción está en elementos biológicos, pues estos regulan y configuran la adaptación del organismo.

Por un lado, el factor genético es determinante. Una predisposición genética explica cerca de la mitad de los casos de depresión mayor y otros trastornos depresivos. Esto significa que una persona tiene mayor probabilidad de padecer uno de estos trastornos si es familiar en primer grado de alguien que ya lo haya padecido. Dentro de las causas biológicas también juega un papel importante el desequilibrio en los neurotransmisores, pues al alterar el funcionamiento del cerebro pueden impactar negativamente los estados de ánimo.

Por supuesto, estos son factores a los que todos estamos expuestos, pero las mujeres enfrentan otras variables biológicas que se suman a las ya descritas. A lo largo de su ciclo vital, cada mujer experimenta cambios hormonales importantes, que si bien en la mayoría de los casos son asimilados sin complicaciones, en ocasiones pueden desencadenar estados depresivos.

La pubertad, la menarquia (primera menstruación), los embarazos, la menopausia, todos son momentos significativos en la vida de una mujer. En medio de estas etapas ocurren cambios hormonales importantes, pero como dijimos antes, lo usual es que las mujeres logren adaptarse sin afectaciones duraderas. Las dificultades vienen cuando el cambio hormonal está unido a otro factor, como una predisposición genética.

Mujer con depresión
En las mujeres de mediana edad, los mayores riesgos asociados a desequilibrios hormonales ocurren en la menopausia (antes, durante y después de ella) por las drásticas disminuciones en el nivel de estrógeno.

Causas sociales de la depresión

Tal vez sea este apartado el que mayores factores aporta para el riesgo específico en las mujeres de mediana edad. La sociedad y los estereotipos aumentan el riesgo de que las mujeres tienen de desarrollar trastornos del estado de ánimo como la depresión.

El acceso limitado a oportunidades laborales y educativas puede causar frustración relacionada con el proyecto de vida. En la edad mediana una mujer puede ver con tristeza que, a pesar de un gran esfuerzo y dedicación, no ha logrado acceder a un cargo o posición determinada, a pesar de merecerla.

También en esta etapa, la mujer puede vivir las consecuencias de decisiones que tomó en su juventud presionada por estereotipos y roles de género, como la elección de una carrera o dejar su profesión para dedicarse al hogar. La toma de conciencia de tales circunstancias puede causar tristeza profunda y una sensación de indefensión en las mujeres, con el potencial de convertirse en un trastorno más grave.

Los roles de género también le dan a la mujer la responsabilidad de la administración del hogar y el cuidado de los hijos, lo que lleva asociada una carga laboral adicional que, mal manejada, afecta negativamente al estado de salud mental.

Adicional a lo anterior, en la sociedad existen formas de violencia que afectan específicamente a las mujeres. Feminicidios, violencia sexual, violencia intrafamiliar, son fenómenos graves por sí mismos, con efectos colaterales tanto en las víctimas como en sus familiares, que incluyen los trastornos depresivos.

Causas individuales de la depresión

Sumado a todo lo anterior, las mujeres de mediana edad tienen características personales que pueden actuar como factores de riesgo.

En la etapa de la vida que transitan pueden haber soportado presiones psicológicas sostenidas por varios años. Ya sea en lo laboral, lo familiar, lo social, lo económico o en otras áreas, muchas mujeres soportan sentimientos negativos, estrés y preocupaciones durante años. En la mediana edad aumenta el riesgo de que tales presiones alcancen un límite y acaben generando síntomas de depresión.

Es también en esta edad que las mujeres pueden enfrentar las consecuencias de estrategias de afrontamiento deficientes. La falta de redes de apoyo, acciones de evitación como el consumo de sustancias o la negación de los propios síntomas para no preocupar a los seres queridos, todo esto aumenta la gravedad de los factores de riesgo ya existentes.

Muchas mujeres son vistas como el soporte emocional para sus familias y amigos, por lo cual están acostumbradas a brindar ayuda, pero no a pedirla. Esto ocasiona que al llegar a la mediana edad no saben cómo buscar ayuda, e incluso pueden sentir que hacerlo significa un fracaso personal o un signo de debilidad.

Combatir la depresión

El conocimiento es poder. Ya que sabemos los factores que exponen a las mujeres a la depresión durante la mediana edad, podemos tomar acciones para prevenirla y tratarla.

Los chequeos de salud son una herramienta útil para identificar factores de riesgo y para prevenir múltiples patologías. El solo hecho de gozar de un buen estado de salud en general funciona como factor protector para la salud mental. Además, si se cuenta con alguna predisposición genética hacia los trastornos depresivos, es bueno contar con revisiones médicas periódicas por parte de un profesional de la salud mental.

Fortalecer las redes de apoyo es también de gran ayuda. Aunque lo ideal es construir relaciones significativas lo más temprano posible, nunca es tarde para empezar. Abrir canales de comunicación y crear espacios para expresar las emociones y preocupaciones contribuye a disminuir el estrés y el malestar afectivo.

A nivel social, aunque no se pueden negar los avances logrados en la búsqueda de la equidad de género, todavía podemos lograr más. Y es que la desigualdad de género contribuye a que la depresión sea más frecuente en mujeres que en hombres. Desmontar estereotipos y roles injustos, como los que ponen la responsabilidad de las tareas del hogar en las mujeres, es un aporte valiosísimo en reducir el riesgo de salud mental para las mujeres.

Y aunque prevenir debe ser nuestro primer objetivo, también debemos estar en capacidad de reconocer las señales de riesgo y buscar ayuda profesional cuando ya hay un trastorno depresivo en curso. Entre otros, algunos síntomas que podemos observar son los siguientes:

  • Alteraciones del sueño (dormir mucho o muy poco).
  • Pérdida de interés en las actividades que usualmente se disfrutan.
  • Deterioro de las relaciones interpersonales.
  • Llanto frecuente.
  • Sentimientos de angustia intensos y persistentes.
  • Sensación de cansancio que no desaparece.

Hay que recordar que la depresión es una enfermedad, por lo cual ante cualquier síntoma o señal de alarma lo más prudente es buscar ayuda profesional.

Mujer con depresión pensando
La depresión en la mujer de mediana edad tiene una alta prevalencia.

Cuidarnos entre todos

La clave de la supervivencia no es la competencia, sino la cooperación. Cuidarnos a nosotros mismos es importante, pero también lo es cuidar a los demás. Para prevenir y tratar la depresión se necesita el apoyo de los seres queridos.

Si eres una mujer de mediana edad que está atravesando por síntomas de depresión, no te sientas culpable por necesitar ayuda; todos la necesitamos en distintos momentos. Hay una belleza especial en esta etapa de tu vida y te mereces el espacio para descubrirla.

Si tú, lector, no eres una mujer de mediana edad, seguramente tienes alguna en tu vida a quien quieres cuidar, así que ten presente que estar ahí, dispuesto a dar apoyo y construir juntos un mundo más saludable, es invaluable.


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