Si pudieras volver al pasado: ¿qué consejo te darías?

No puedes cambiar ni borrar nada de lo que te ha pasado, pero a veces desearías avisarle de ciertas cosas a ese yo más joven e inexperto. ¿Qué le dirías? ¿Le advertirías de alguna realidad para que evitara cometer ciertos errores?
Si pudieras volver al pasado: ¿qué consejo te darías?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 13 marzo, 2024

Cualquiera que ponga la mirada en el retrovisor de su existencia siempre encuentra una mota, un defecto, una grieta que le gustaría corregir. Es cierto que hemos aprendido infinitas cosas, que hay vivencias que no cambiaríamos ni por todo el oro del mundo. A pesar de ello, el pinchazo de ciertos arrepentimientos despierta en nosotros un sutil deseo…

A la mayoría nos gustaría volver al pasado y advertirnos sobre ciertas realidades, darnos algún consejo y susurrarnos al oído determinadas informaciones. Algo así nunca sucederá; al fin y al cabo, aún no disponemos de un DeLorean con condensador de flujo ni la elegante máquina del tiempo descrita por H.G. Wells, pero eso no quita que dicho pensamiento sea una constante en el ser humano.

Tanto es así que la ciencia ha puesto la atención en esta clásica cuestión. Lo ha hecho instada también por factores de salud mental. Son muchas las personas que viven más en su pasado que en su presente. Lejos de sintonizar con ese «aquí y ahora» donde se sitúan las mejores oportunidades, viven anclados en el ayer. En ese fragmento de tiempo en el que habita la nostalgia y el dolor emocional.

«Nos pasamos toda la vida soñando con deseos incumplidos, recordando cicatrices, construyendo artificial y mentirosamente lo que pudimos haber sido».

-Mario Benedetti, Gracias por el fuego-

Hombre pensando en volver al pasado
A menudo, nos sorprendemos a nosotros mismos pensando en cómo sería nuestra vida si hubiéramos sabido en el pasado lo que sabemos ahora.

Lo que muchos se dirían si pudieran volver al pasado

Decía Oscar Wilde que «el único encanto del pasado consiste en que es pasado». Es cierto, sin embargo, el cerebro humano parece tener obsesión por ese tipo de encanto, porque casi siempre nos encontramos en dicho plano.

Nos pasamos el día recordando cosas: dónde hemos puesto las llaves, de qué conocemos a cierta persona, rememorando ese momento feliz del ayer o lamentando no haber hecho aquello otro.

La vida son recuerdos, pero en ocasiones los recuerdos duelen y nos hacen desear volver al pasado para aconsejar a ese yo más joven. El doctor Robin Kowalski, profesor de la Universidad de Clemson, quiso investigar esta misma propuesta.

En vista de que dicho deseo es casi un resorte persistente en nuestro universo mental, decidió realizar una investigación que fue publicada en el Journal of Social Psychology. Estos son los datos que pudo obtener.

Todos nos arrepentimos de algo

El deseo de volver al pasado viene motivado por el peso de los arrepentimientos. Una variable que es bastante común entre nosotros. La investigación se basó en una encuesta aplicada a una muestra de 400 personas mayores de 30 años que coincidieron en bastantes aspectos:

  • La mayoría desearía darse consejos al respecto de las oportunidades educativas perdidas, las malas decisiones tomadas, el dinero despilfarrado y los riesgos no asumidos.
  • Asimismo, no faltaron tampoco los clásicos comentarios al respecto de esas relaciones afectivas que preferían no haber iniciado. Advertirse sobre no enamorarse o casarse con ciertas personas es un factor muy extendido en este aspecto.

Piénsalo: has salido de muchas encrucijadas y, si bien has cometido más de un error, has obtenido una serie de aprendizajes que definen la persona que eres ahora. ¿Por qué lamentar lo que ya no tiene sentido ni utilidad?

pies deseando volver al pasado
Si miras al pasado de forma crítica, es porque has obtenido un valioso aprendizaje que te ha convertido en quien eres ahora.

Si eres de los que desearía volver al ayer, recuerda esto…

¿Cómo negarlo? Hay infinitas vivencias que nos hubieran gustado que fueran de otro modo. Todos albergamos el lastre de más de un arrepentimiento, de un hecho que, a nuestro parecer, truncó parte de nuestros sueños y nos llevó hacia otro destino menos luminoso. Nos duelen los errores cometidos y los riesgos no asumidos.

No podemos volver al pasado, pero lo deseamos para enmendar todas esas hebras sueltas del ayer que, tal vez, trazaran un mejor presente. Sin embargo, ¿de verdad es cierta esta premisa? Una investigación de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, destaca algo al respecto.

Nos arrepentimos más de las oportunidades que dejamos pasar que de los errores cometidos. Esa sensación distorsiona un poco nuestro «yo ideal», haciéndonos creer que el presente no es más que el resultado de muchas de esas puertas que no nos atrevimos a cruzar. Ahora bien, si esta es tu percepción, si das veracidad a esta idea, es interesante que reflexiones en una serie de ideas.

En el pasado no tenías la experiencia que tienes ahora

La mayoría somos muy críticos con nuestro yo pasado. Rechazamos a ese adolescente, a ese adulto joven algo impulsivo que no tomó las mejores decisiones en más de un área vital.

Sin embargo, debes entender que tu yo del pasado no tiene la sabiduría y la experiencia que tienes en el presente. Es más, todos esos traspiés del ayer te han permitido obtener los conocimientos que tienes ahora.

Sé más amable contigo mismo

¿Por qué volver al pasado si las mejores oportunidades acontecen aquí y ahora? ¿Por qué fustigarse por cada error y criticarte por cada oportunidad perdida? La persona que vive lamentándose de cada mala decisión, lo único que hace es invalidarse, alimentar la autocrítica y el desprecio hacia sí mismo.

Evítalo, mira a tu yo más joven con compasión para entender que nadie es infalible. Trátate con mayor amabilidad y deja de situar la mirada en un lugar que ya no tiene sentido ni trascendencia. Importa tu yo actual en este momento presente, aprovecha tu experiencia y ve a por aquello que deseas.

Debemos desarrollar un enfoque más tranquilo y amable sobre nosotros mismos, evitando la autocrítica que desgasta y que invalida.

¿Qué le dirías a tu mejor amigo si siempre se lamentara de los errores del ayer?

No vale la pena volver al pasado, nada nuevo crece allí, es como el papel quemado que se lleva el viento. Pero que, a veces, nos obsesionamos en retener entre las manos. Las personas con depresión suelen focalizar con frecuencia la mirada en este plano, alimentando las tristezas, los rencores y los arrepentimientos.

Si te sientes identificado, haz lo siguiente. ¿Qué le dirías a tu mejor amigo si siempre estuviera lamentándose del pasado? ¿Qué consejo le darías? ¿Qué palabras le dirías? ¿Cómo la apoyarías? Piénsalo bien, porque nada es tan necesario como tratarnos a nosotros mismos del mismo modo que tratamos a los que más queremos.

Como dice un proverbio árabe, «el pasado ya ha huido, lo que esperas está ausente, pero el presente es tuyo…».


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