Efecto de desinhibición online: ¿somos más valientes en internet?
¿Te atreverías a expresarte en tu trabajo de la misma manera en que lo haces en las redes sociales? Es probable que no. Quizás no quieras que tu jefe pueda acceder a ciertos contenidos que compartes en tu perfil de Facebook. Entonces, ¿por qué sí nos atrevemos a decirlas en línea, pero no en lo que podríamos llamar vida real? El efecto de desinhibición online es la respuesta a este curioso fenómeno.
Desde que aparecieron internet y las redes sociales, ha cambiado el modo en que nos comunicamos. Por un lado, es positivo, ya que elimina las barreras de la distancia y el tiempo, simplificando y abaratando el proceso. Sin embargo, también puede llegar a revelar un lado oscuro.
¿Qué es el efecto de desinhibición online?
Con frecuencia, las personas nos comportamos en internet de una forma diferente a cómo lo haríamos hablando cara a cara. En las redes sociales es común que la gente deje a un lado ciertos temores y se comunique de manera más abierta. A esto se le conoce como efecto de desinhibición online y no es nada nuevo.
De hecho, el término se usó por primera vez en un artículo del 2004, escrito por el psicólogo John Suler. Allí, el autor explicaba dicho efecto como un fenómeno de la comunicación que se asociaba al internet. Cuando estamos detrás de una pantalla, tendemos a volvernos más expresivos e impulsivos.
En otras palabras, nos sentimos más valientes o desinhibidos, y eso afecta a qué decimos y a cómo lo decimos. Ahora, si bien la expresividad suele ser vista como una cualidad, también puede tener un lado negativo.
Causas del efecto de desinhibición online
Según Suler, existen al menos seis factores que participan en este fenómeno comunicativo. En el caso de algunas personas, dos de estas variables son suficientes para producir la desinhibición. Sin embargo, se dice que en la mayoría de los casos todas están presentes e interactúan entre sí. Como resultado, el efecto se maximiza.
Anonimato disociativo
Una de las principales características de internet es la posibilidad de interactuar de manera anónima en diferentes espacios. Es algo tan fácil como crear un nombre de usuario o un correo electrónico. De esta manera, es poco probable que las acciones que alguien haga se relacionen de algún modo con su “persona real”.
En este sentido, el anonimato de internet produce en las personas una disociación del yo. Por una parte, está la identidad que interactúa con el mundo real y la identidad anónima de internet. Así, la gente tiende a hacer o decir cosas con su “yo anónimo” que nunca harían bajo su “yo real”.
Invisibilidad
Cuando estamos navegando en la red, sentimos que nadie nos está mirando, incluso cuando hablamos con otros usuarios. No hay contacto visual ni lenguaje corporal en estas comunicaciones y eso crea la sensación de “invisibilidad”. En consecuencia, las personas se sienten más dispuestas a expresarse o actuar de maneras que no usarían en otro contexto.
Asincronía
Al enviar un mensaje a otro no sentimos la obligación de recibir su respuesta de forma inmediata. De hecho, podemos decidir ignorarlo por horas, días, semanas o incluso meses. A su vez, esto significa que no tenemos que lidiar con sus reacciones en tiempo real y eso magnifica el efecto de desinhibición online.
Por ejemplo, si hacemos un comentario negativo sobre la apariencia de una persona en la vida real, es posible que el otro responda enseguida. Tal vez se enoje por lo que dijimos o se sienta lastimado y tendríamos que atenderlo en ese momento. Contrario a esto, en redes sociales existe la opción de ignorar el mensaje hasta que nos sintamos listos para leerlo.
Solipsismo e introyección
La falta de contacto visual hace que nos veamos en la necesidad de recrear una imagen mental del otro con quien nos comunicamos. Es decir, le damos un rostro a ese nombre de usuario y le asignamos una voz al mismo. De esta forma, mantenemos conversaciones mentales con esta “persona imaginaria” y la introyectamos.
El efecto que ocurre es que la gente se siente más desinhibida porque tiene la ilusión de que esos intercambios solo pasan en su mente. Recordemos que, a menudo, la gente fantasea con situaciones y conversaciones en su cabeza que no suceden en realidad. Así, sienten que sus pensamientos son un espacio seguro para expresar deseos que no revelarían.
Minimización de la autoridad
En la web, pero sobre todo en las redes sociales, el estatus social de las personas en la vida real pierde algo de relevancia. Es común ver a personas que escriben mensajes a celebridades o personajes políticos como si se tratara del vecino. Lo que motiva este comportamiento es el efecto de desinhibición online gracias a la minimización de la autoridad.
Dentro de los espacios virtuales, un presidente puede ser visto como nada más que otro nombre más entre miles. Por lo tanto, existe la ilusión de que no hay autoridades o jerarquías, así que es posible actuar con total impunidad.
Imaginación disociativa
Ya hablamos de cómo el anonimato digital puede producir una especie de disociación en la identidad de una persona. Siguiendo este hilo, es posible que dicho efecto se produzca también sobre el mundo. Es común leer los términos “espacio virtual” o “mundo digital” para hablar de plataformas que encontramos en la web.
Un individuo podría llegar a pensar que internet es otro mundo o lugar donde existe la posibilidad de expresarse como quiere. Los juegos de simulación social como Los Sims o Second Life pueden tomarse como ejemplos de este fenómeno. Allí, los usuarios crean personajes que se mueven en mundos falsos y les permiten tener una “segunda vida”.
¿El efecto de desinhibición online es positivo o negativo?
¿Es algo bueno o malo que las personas tiendan a ser más abiertas con sus emociones en internet? En realidad, no hay una forma simple de responder esta pregunta. Primero, debemos recordar que los conceptos de “bueno” o “malo” son diferentes para cada individuo. Aparte de esto, los seres humanos somos complejos, así que clasificar nuestra conducta como positiva o negativa es complicado.
En este mismo sentido, el efecto de desinhibición online puede influir de modo positivo o negativo en la gente. Lapidot-Lefler y Barak (2012) publicaron un trabajo sobre conductas negativas relacionadas con este fenómeno. Su investigación sugiere que la falta de contacto visual, la invisibilidad y el anonimato impulsa conductas negativas como enviar mensajes con insultos y amenazas.
De modo contrario, otra investigación reveló que estos mismos factores pueden promover acciones positivas como compartir emociones y la sinceridad (Lapidot-Lefler y Barak, 2015). Por ende, no se puede afirmar que este sea un fenómeno totalmente negativo o positivo.
Teniendo en cuenta lo anterior, se puede concluir que el modo en que influye este fenómeno dependerá de cada persona. Al final, todos tenemos rasgos positivos y negativos, lo que nos define es cómo decidimos actuar ante las situaciones.
Factores, como el efecto de desinhibición online, no hacen más que revelar aspectos de nosotros que quizá de otro modo nunca compartiríamos.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Lapidot-Lefler, N., & Barak, A. (2012). Effects of anonymity, invisibility, and lack of eye-contact on toxic online disinhibition. Computers in human behavior, 28(2), 434-443.
- Lapidot-Lefler, N., & Barak, A. (2015). The benign online disinhibition effect: Could situational factors induce self-disclosure and prosocial behaviors?. Cyberpsychology: Journal of Psychosocial Research on Cyberspace, 9(2).
- Suler, J. (2004). The online disinhibition effect. Cyberpsychology & behavior, 7(3), 321-326.