Efectos de los pesticidas en el cerebro
Los efectos de los pesticidas en el cerebro pueden ser especialmente graves ante una exposición prolongada. La industria química retira cada año cientos de productos que actualmente están en el mercado. Muchos de ellos parecían seguros, pero en realidad tienen altas tasas de toxicidad.
Los pesticidas son un amplio grupo de compuestos químicos heterogéneos. Se utilizan principalmente para matar insectos, maleza, hongos y roedores. Si bien producen un beneficio público al incrementar la productividad en la agricultura, conllevan un riesgo para la salud debido a sus potenciales efectos adversos.
Hoy en día nos encontramos expuestos a multitud de productos químicos. Sin embargo, no en todos los casos se han realizado estudios de laboratorio suficientes como para descartar sus efectos tóxicos. También puede ocurrir que por sí solo el pesticida no produzca daños en el organismo, pero que la mezcla de varios componentes provoque consecuencias devastadoras a largo plazo.
Por otro lado, los efectos de los pesticidas son especialmente graves para los niños. La exposición a productos químicos contaminantes, incluso a bajos niveles, puede afectar a su desarrollo cerebral. Esto ocurre, incluso, durante el proceso de gestación. Si se prolonga esta situación en el tiempo, diversas áreas pueden verse afectadas. Incluso, estas sustancias pueden contribuir a la aparición de trastornos como déficit de atención y autismo.
El cerebro en proceso de desarrollo es muy vulnerable a los efectos de productos químicos. Por eso, los pesticidas que pululan por el medio ambiente, incluso a bajos niveles de exposición, pueden producir secuelas permanentes.
Efectos de los pesticidas en el cerebro: primeros estudios
En 1962 se publicó Primavera silenciosa, el libro de la bióloga y conservacionista Rachel Carson. Es considerada la primera obra que contribuyó a la puesta en marcha de la moderna conciencia ambiental. El volumen advertía, por primera vez, de los efectos perjudiciales que los pesticidas tienen sobre el medio ambiente y causó tal alarma que el gobierno estadounidense se vio obligado a prohibir el uso del popular DDT.
A lo largo de la década de los 70 y 80, vieron la luz varios estudios que hablaban de los efectos de los pesticidas en el cerebro. Así, grupos de científicos demostraron que la exposición prolongada a los pesticidas organoclorados producía alteraciones en el sistema nervioso central (SNC). En la mayoría de los casos, se mostraron déficits en el aprendizaje y en la memoria. Además, también se produjeron alteraciones motoras y conductuales.
Los primeros estudios sobre los efectos de los pesticidas en el cerebro afirmaban que estos provocaban alteraciones en el sistema nervioso central.
Consecuencias de la exposición prolongada a los pesticidas
Los pesticidas pueden ser tóxicos tanto para los humanos como para los animales. Algunas toxinas son tan fuertes que solo es necesaria una pequeña cantidad para ser letal. Sin embargo, existen toxinas menos agresivas que no provocan daños inmediatos. Su peligro viene de que son capaces de provocar daños a largo plazo.
Es necesario comprender que las toxinas de los pesticidas pueden permanecer en el cuerpo durante largo tiempo. El organismo podrá reaccionar ante ellas de distintas maneras. Esto dependerá de varios factores: el tiempo de exposición, el tipo de pesticida y la resistencia personal a los productos químicos.
Pesticidas y Alzheimer
El estudio de esta enfermedad neurodegenerativa sigue trayendo de cabeza a los investigadores de todo el mundo. Afortunadamente, cada vez somos capaces de comprenderla mejor.
En un estudio publicado en la revista JAMA Neurology, se incide en la importancia del ambiente en la enfermedad de alzheimer. Esta investigación llegó a la conclusión de que haber estado expuesto a un pesticida como el DDT aumenta el riesgo de padecer este trastorno.
Este tipo de pesticidas fue utilizado hasta mediados de los 70 en Estados Unidos y hasta 2008 en España. En nuestro país, se siguió permitiendo el empleo de esta sustancia para elaborar dicofol, un tipo de plaguicida.
Para relacionar los pesticidas con la enfermedad de alzheimer se llevó a cabo un estudio con 2 grupos de pacientes que padecían esta enfermedad neurodegenerativa. De las conclusiones obtenidas se puede extraer que aquellos sujetos enfermos de alzheimer con altos niveles de pesticida en sangre habían desarrollado un deterioro cognitivo más severo frente a los sujetos del grupo control. Los de este segundo grupo habían desarrollado la enfermedad, pero estaban limpios en sangre.
Estos datos sobre el efecto de los pesticidas en el cerebro son muy atractivos. Sin embargo, este vínculo explicaría sólo algunos casos de Alzheimer, no todos. Aún así, es uno de los que muestra de manera más clara que existe una correlación entre los pesticidas y esta enfermedad neurodegenerativa.
Pesticidas y autismo
Aunque el autismo tiene un importante componente genético, el componente ambiental también juega un papel importante. Uno de los factores de riesgo que aumenta la probabilidad de sufrirlo es la exposición durante la gestación a pesticidas. Por ejemplo, en un estudio llevado a cabo en la universidad de California, se ha logrado relacionar la exposición a pesticidas y otros compuesto durante el embarazo al desarrollo de esta enfermedad.
La conclusión extraída es que la exposición a pesticidas puede alterar la metilación del ADN de la placenta más que los demás factores estudiados. Esto puede cambiar el funcionamiento de este órgano y alterar el desarrollo del niño. Así, se incrementan las probabilidades de padecer autismo de forma exponencial.
Pesticidas y parkinson
La enfermedad de Parkinson es un transtorno neurodegenerativo crónico. Se produce por la destrucción, por causas desconocidas, de las neuronas que actúan en el sistema nervioso central. Estas utilizan como neurotransmisor primario a la dopamina, encargada de transmitir la información necesaria para el correcto control de los movimientos del cuerpo.
Un grupo de científicos liderados por el doctor Francisco Pan-Montojo ha confirmado que uno de los efectos de los pesticidas en el cerebro es aumentar las probabilidades de sufrir la enfermedad de Parkinson. Diferentes estudios epidemiológicos confirman que existen determinadas sustancias tóxicas capaces de producir los síntomas de este trastorno.
Como vemos, el uso de los pesticidas es muy controvertido y lo será más a medida que vayamos conociendo mejor sus efectos en el cerebro. Sin ellos, la agricultura moderna no existiría tal y como la conocemos. Sin embargo, ¿hasta qué punto nos compensan si causa tantas enfermedades? El debate está en pleno auge, y es muy probable que nos encontremos con nuevos problemas relacionados en las próximas décadas.