5 errores comunes al pasar la página de una relación
Pasar la página de una relación puede no ser una tarea fácil, en especial cuando es el otro el que corta el vínculo. A veces uno no está de acuerdo con esa decisión, pero es posible que esto no cuente. Si la pareja ha resuelto que no quiere mantener el vínculo, básicamente no hay nada que hacer.
Puede haber mucho viento en contra a la hora de tomar una decisión de este calibre de manera unilateral, aunque esté claro que el vínculo está deteriorado y los intentos por restaurarlo no hayan dado demasiados frutos. La resistencia a aceptar los hechos a veces da lugar a una serie de errores a la hora de pasar la página de una relación.
Lo problemático está en que, si no se logra pasar la página de una relación de una manera razonable, es posible que se prolongue o se intensifique el duelo consustancial a la pérdida. Esta, de por sí, es dolorosa, pero si se le condimenta con conductas inadecuadas o se le echa sal a la herida, las cosas pueden ponerse peor. ¿Qué es eso que no se debe hacer? Veamos.
“Un hombre que no ha pasado a través del infierno de sus pasiones, no las ha superado nunca”.
-Carl Gustav Jung-
1. Presionarse a uno mismo
El primer error a la hora de pasar la página de una relación es presionarse a uno mismo. Nadie tiene por qué superar el tema en poco tiempo ni tampoco evitar la experiencia de malestar que deriva de una pérdida amorosa. Imponerte la obligación de estar bien ahora mismo solo te va a hacer sentir peor.
Concédete espacio, y también tiempo. Perder a un ser querido no solo puede generar tristeza, sino también enfado, frustración o una sensación muy intensa de pérdida de control. Intentar echar a estas emociones con el tipo de mensajes que echarías a una persona de un sitio solo van a hacer que se queden. La inteligencia emocional circula por otros cauces, más sutiles y a la vez menos directos.
2. Buscar una persona que ocupe el lugar de la anterior
Comenzar una nueva relación en medio de un duelo no suele ser una buena idea -en algunos casos puede funcionar, porque esta no es una variable determinante, pero sí una variable que suele tener una gran influencia-. Ni la mente, ni las emociones humanas funcionan de esa forma automática. No puedes cruzar los dedos y esperar a que el pasado se volatilice sin dejar ninguna proyección sobre el presente.
Puede funcionar si la relación que termina no da lugar a un duelo. De lo contrario, probablemente lo único que consigas sea confundirte más. Es muy probable que de forma inconsciente persistas en los conflictos que te llevaron a la ruptura con tu pareja anterior. Quizás solo consigas una nueva frustración. Mejor sanar primero, antes de intentarlo de nuevo.
3. Intentar que cambie de idea
Otro error común a la hora de pasar la página de una relación es el de resistirse a los hechos. No son pocas las personas que alimentan la fantasía de que se puede dar marcha atrás y reanudar la relación, dándole algo de tiempo a la otra persona e intentando luego persuadirla para que cambie de idea.
Si hablamos de una relación entre dos personas adultas, lo anterior no tiene mayor sentido. Si se llegó al punto de la ruptura es porque las cosas iban mal. Quizás es bueno, en un comienzo, intentar que el otro vea las cosas desde un nuevo punto de vista. Si esto no se consigue, no hay nada más sano que respetar la decisión ajena y seguir adelante.
4. Espiar
Permanecer atentos a lo que la expareja hace o deja de hacer no es la mejor idea cuando lo que se busca es pasar la página de una relación. Ese espionaje hace daño en varios sentidos. Primero, no te deja hacer un corte y marcar un límite entre el pasado y el presente. Seguirás alimentando un vínculo que ya no existe.
En segundo lugar, ese espionaje solo te va a dejar ver una parte de la realidad de esa persona. Es muy probable que eso te lleve a una serie de conjeturas, la mayoría de ellas equivocadas. En esas condiciones no es fácil ser objetivos y es casi seguro que termines con la cabeza invadida de fantasías, positivas o negativas, sin fundamento.
5. Obligarse a ser amigos
Está muy bien tener una ruptura civilizada, pero de ahí a que los dos se obliguen a ser amigos hay una distancia muy grande. Esto es básicamente imposible, en especial si hubo mucho amor, mucha pasión y muchos conflictos. Es muy habitual que esa supuesta amistad solo sea una forma falsa de intentar preservar una relación que ya acabó.
La mejor manera de pasar la página de una relación empieza por aceptar su final. Para superarlo, nada mejor que evitar el contacto con esa persona que ha quedado atrás. En lugar de esto, darte tiempo, conectar con tu propia realidad y buscar nuevos caminos para tu vida.
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- García, F. E., & Ilabaca Martínez, D. (2013). Ruptura de pareja, afrontamiento y bienestar psicológico en adultos jóvenes. Ajayu Órgano de Difusión Científica del Departamento de Psicología UCBSP, 11(2), 42-60.