¿Es lo mismo la orientación romántica y la orientación sexual?
Nuestra orientación romántica y la orientación sexual a veces coinciden. Sentimos una conexión sexoafectiva intensa y profunda por alguien. Sin embargo, en otros casos, podemos experimentar una fascinación y vinculación emocional arrolladora por una persona sin que exista deseo o atracción física. Esto último nos puede suceder con alguien de cualquier género.
Lo sabemos, nada es tan caótico, singular y chispeante como el mundo de las emociones, los afectos y el amor. No obstante, llevar a cabo una aclaración entre ambas esferas —la romántica y la sexual— nos aporta tranquilidad y también conocimiento. Saber que es posible crear lazos románticos con alguien sin que exista la variable de la sexualidad es revelador para muchas personas.
Descubramos, a continuación, en qué se diferencian cada una de estas dimensiones.
Todos nos hemos sentido atraídos de modo sexual por alguien con quien no teníamos ninguna conexión emocional. Lo opuesto, también es algo frecuente.
La orientación sexual: quién eres y quién te atrae sexualmente
En la narrativa de las relaciones humanas siempre asumimos que quien nos atrae de manera romántica también lo hace de forma sexual; pero no es así. Es más, la mayoría de nosotros sentimos atracción física por alguien con quien no teníamos ninguna conexión afectiva. Lo de «tener sexo y nada más» se cumple muchas veces.
Si esto sucede es porque la orientación romántica y la orientación sexual no siempre están en sintonía. Un trabajo publicado en la revista Current Psychology destaca que es necesario distinguir la orientación romántica de la orientación sexual, puesto que presentan mecanismos diferentes y dan paso a conductas y estilos de vinculación alternativos.
Por ello, proseguimos a clarificar, en primer lugar, en qué consiste la orientación sexual.
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Definición de orientación sexual y sus categorías
La orientación sexual define por quién sientes una atracción física y sexual. En esta variable puede o no aparecer la atracción romántica. No obstante, como bien podemos imaginar, las relaciones más plenas y satisfactorias se logran cuando ambas esferas están en sintonía.
A su vez, esa manera en que nos relacionamos en lo sexoafectivo con los demás, moldea una serie de categorías que todos conocemos y que pasamos a listar:
- Bisexualidad: define la atracción por ambos sexos.
- Asexualidad: la atracción sexual se excluye, no está presente.
- Heterosexualidad: atracción por personas de diferente sexo al nuestro.
- Homosexualidad: caracteriza a quien siente atracción por parejas del mismo sexo.
- Pansexualidad: propia de quien se siente atraído/a por cualquier identidad de género.
Orientación sexual e identidad de género no son lo mismo
Un artículo de Journal of Neuroendocrinology explica que la identidad sexual y la orientación sexual son componentes distintos. En ocasiones, están correlacionados, ajustándose al sexo genital de la persona; pero no siempre es así y es necesario resaltarlo.
Entonces, mientras la orientación sexual hace referencia por quiénes nos sentimos atraídos de modo sexual, la identidad de género define quiénes somos.
- Transgénero: implica tener una identidad diferente del sexo biológico.
- Cisgénero: nuestra identidad corresponde con aquella con la que nacimos y que nos asignaron.
- No binarios: define a las personas cuya identidad de género no coincide con el género masculino o femenino enteramente.
La orientación sexual se trata de quién te atrae de modo sexual. La identidad de género, de quién eres.
La orientación romántica: el vínculo emocional no sexual
A lo largo de nuestra historia concebimos el amor romántico como una expresión de la pasión y de la sexualidad. Ahí tenemos, por ejemplo, los clásicos trabajos de la antropóloga Helen Fisher como Por qué amamos (2004) o estudios como los publicados en Frontiers in Psychology , donde se mantiene una visión evolutiva asociada a la reproducción humana.
Sin embargo, la principal diferencia entre orientación romántica y la orientación sexual, es que en la primera no siempre está presente la sexualidad, el deseo o la atracción física. Tal y como nos señalan en un análisis en Current Directions in Psychological Science, son experiencias subjetivas distintas con sustratos neurobiológicos diferentes.
Definición de orientación romántica y sus categorías
La orientación romántica define esa conexión emocional, intelectual y romántica que podemos sentir por alguien. En esta variable puede aparecer, o no, el deseo sexual. Algo así se suele manifestar en un tipo de vínculos que, en muchos casos, causa contradicción. Ejemplo de ello es sentir atracción emocional por alguien que no armoniza con nuestra identidad de género.
Es decir, si somos heterosexuales podemos sentir una cercanía e intimidad muy significativa con alguien de nuestro mismo sexo. Cabe señalar, además, que este tipo de orientación es propia, sobre todo, de las personas asexuales. Conozcamos, enseguida, las categorías asociadas:
- Homorrománticos: atracción romántica hacia personas del mismo género.
- Birrománticos: suelen sentir atracción romántica hacia personas del mismo y diferente género.
- Heterorrománticos: experimentar atracción romántica hacia personas de un género binario diferente.
- Panrrománticos: se da en quienes sienten una atracción romántica hacia personas de todos los géneros.
- Demirrománticos: aquellos que tardan bastante en sentir una atracción romántica auténtica por alguien. Para ello, debe pasar un tiempo a fin de crear un vínculo más estrecho.
Impacto de la orientación romántica en las personas
Una de las diferencias entre orientación romántica y orientación sexual, es que la segunda suele traer menos problemas que la primera. Es fácil de entender. A veces, tenemos una conexión romántica muy intensa con una persona, pero no deseamos tener sexo. Algo así puede ser turbador para la otra parte. Y es así debido también a nuestros convencionalismos sociales.
Es más frecuente tener encuentros sexuales con personas que no amamos y más complicado tener una relación romántica sin que exista la variable del sexo. Nos contradice, lo vemos extraño y conlleva a menudo una revisión interna para preguntarnos si «hay algún problema en nosotros»; cuando no es así. Recordemos, es posible amar sin que exista una atracción sexual.
Las relaciones con base exclusiva en la afectividad romántica parten siempre de una buena comunicación y de acuerdos pactados. Solo así se evitarán discrepancias y sufrimientos.
Ser birromántico, heterorromántico u homorromántico exige clarificar a quien nos atrae en el plano afectivo cuáles son nuestros intereses. Plantear que no sentimos una atracción sexual por esa figura, siempre es necesario para evitar problemas.
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En síntesis: las principales diferencias entre orientación romántica y orientación sexual
Reconocerse en una identidad de género y orientación sexual es importante. Que nuestra sociedad avance en ese proceso, es beneficioso y esperanzador. Pero hay otro peldaño a superar y es puntualizar que la orientación romántica y la sexual no siempre van de la mano. El amor se conjuga de muchas maneras y, mientras exista respeto, todo es lícito. Debido a ello, nunca está de más clarificar esas distinciones:
- La orientación sexual define por quién sientes atracción y deseo sexual. En ella, podemos sentir o no atracción romántica.
- La orientación romántica se expresa en nuestra conexión afectiva y emocional por otras personas, sin que exista el deseo sexual.
- En la orientación romántica es posible la atracción emocional e intelectual, por personas que no coinciden con nuestra orientación sexual.
Para concluir, si sentimos alguna duda o inquietud en esta materia, siempre podemos acudir a organizaciones y colectivos en este ámbito. Asimismo, también disponemos de psicólogos especializados en identidad de género y relaciones afectivas, que aliviarán nuestros miedos y problemas. Amar ofrece plenitud a la vida; hagámoslo sin temores.
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