Teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner

La teoría de Gardner propone 8 tipos de inteligencias que revolucionaron la forma de entender las habilidades humanas y el aprendizaje. Veamos en qué consisten cada una de ellas.

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Francisco Pérez

Última actualización: 01 diciembre, 2023

Hoy en día, cuando mencionamos la inteligencia, es natural pensar en el coeficiente intelectual y en las pruebas psicométricas convencionales que la miden de manera uniforme. Sin embargo, en los años 80 surgió una hipótesis alternativa que sacudió los cimientos de la psicología cognitiva: las Inteligencias Múltiples de Gardner.

Howard Gardner se percató de que las personas no tenían una inteligencia global que se pudiera aplicar a todas las esferas de su vida. Si no que desarrollaban diferentes tipos de destrezas, a las que denominó inteligencias múltiples. Esta perspicaz idea dejó atrás la concepción clásica y unitaria del concepto.

Así, su propuesta nos lleva a explorar un mundo fascinante donde la inteligencia se despliega en diversas dimensiones, revolucionado la forma de pensar las habilidades humanas y el aprendizaje.

-Howard Gardner-

Definición de las inteligencias múltiples

En el libro Inteligencias Múltiples. La teoría en la práctica (2015), Gardner define las inteligencias múltiples como las capacidades de resolver problemas o elaborar productos que sean valiosos en una o más culturas. Al inicio cuando postuló sus ideas en 1983, identificó y describió siete formas distintas de inteligencia.

No obstante, a medida que su investigación y compresión del potencial humano avanzaron, en la década de los noventa, opto por enriquecer el modelo, añadiendo una octava: la inteligencia naturista.

Este modelo reconoce que la inteligencia es un conjunto de habilidades diversas que se desarrollan de manera diferente en cada individuo. Gardner no niega el componente genético, pero sostiene que todos los seres humanos tienen el potencial para ampliar sus destrezas a través de las capacidades, motivación y factores como: el medio ambiente, las experiencias vividas y la educación recibida.

Así, esta teoría se posiciona como una alternativa a la conceptualización clásica del concepto: una entidad innata e inamovible, asociada a las habilidades cognitivas y académicas. En las que se creía que se nacía inteligente o no, y la educación no podía cambiar ese hecho.

Si bien, algunas formas de inteligencia pueden relacionarse con el rendimiento académico, Gardner destaca que el expediente escolar no suele ser la variable que mejor predice cómo se desenvolverá una persona en la vida. Existen otras de igual importancia como las habilidades sociales y emocionales.

Por ejemplo, personas que puntúan muy alto en los test de inteligencia clásicos, pero son incapaces de desempeñar un mínimo de habilidad en sus relaciones sociales. Triunfar en los negocios, o en los deportes, requiere ser inteligente, pero en cada campo se utiliza un tipo de inteligencia distinto.

Teoría de las inteligencias múltiples: 8 tipos de inteligencia

La teoría de Gardner aboga por adaptar la educación a las fortalezas individuales de cada persona, lo que podría reducir el costo del aprendizaje en términos de tiempo, recursos y energía. El modelo se compone de los siguientes ocho tipos de inteligencia:

1. Inteligencia lógico-matemática

Se define como la capacidad para entender relaciones abstractas. La utilizamos para resolver problemas de lógica y de matemáticas. Se corresponde con el modo de pensamiento del hemisferio derecho y con lo que nuestra cultura ha considerado siempre como la única inteligencia.

La inteligencia lógica matemática implica la competencia de usar los números de manera eficaz. Es decir, se pueden estimar, adivinar, recordar números y estadísticas con facilidad. Por lo que las personas son este tipo de competencia presentan un mejor desempeño en tareas como:

• analizar e investigar problemas
• trabajar con números y cálculos complejos
• contar y organizar información en tablas
• reparar ordenadores
• razonamiento inductivo y deductivo
• aplicar el pensamiento crítico

Es la inteligencia de los matemáticos, los científicos y los ingenieros. Para potenciar esta inteligencia puedes hacer sodoku, divertirte con juegos de cifras y letras o hacer cuentas de la vida cotidiana, sin echar mano la calculadora.

2. Inteligencia lingüística

Es la inteligencia más reconocida en la enseñanza y aprendizaje de una lengua extranjera, pues abarca el leer, escribir, escuchar y hablar. Esta inteligencia supone una sensibilidad al lenguaje oral o escrito, así como la capacidad de usarlo con éxito en cualquier meta.

Esta habilidad incluye el empleo correcto de la sintaxis, la fonética, la semántica y los usos pragmáticos del lenguaje como la retórica, la mnemónica, la explicación y el metalenguaje.

Las personas que presentan inteligencia lingüística dan la sensación de ser muy naturales cuando explican, enseñan o persuaden porque su precisión a la hora de utilizar el lenguaje es muy alta. Prefieren pasar el tiempo leyendo, creando obras, escribiendo poemas, investigando, aprendiendo lenguas extranjeras o usando en sus tiempos libres juegos de palabras.

Es la inteligencia de los abogados, los autores, los poetas, los maestros, los cómicos, y los oradores. Para potenciar esta inteligencia puedes leer y escribir un diario, un blog, Twitter e incluso puedes animarte con la ficción. También, puedes divertirte con juegos como Apalabrados o Scrabble.

3. Inteligencia musical

Esta inteligencia incluye la capacidad de percibir las formas musicales. Supone una facilidad en la composición, la interpretación, la transformación y valoración de todo tipo de sonidos.

Estas personas tienen una sensibilidad al ritmo, cadencias, tono, timbre de la naturaleza y del medio ambiente. Son personas que disfrutan de pasar su tiempo:

• cantando
• escuchando melodías
• tocando instrumentos
• asistiendo a conciertos
• creando música
• canturreando cuando estudian.

Es la inteligencia de los amantes de la música: los compositores, los cantantes, los ingenieros de sonido, los músicos, los profesores de la música, etc. Para potenciar la inteligencia musical puedes escuchar variedad de melodías y sonidos, o bien aprender a tocar algún instrumento.

4. Inteligencia espacial

La inteligencia espacial es la capacidad de formar e imaginar dibujos de dos y tres dimensiones. También abarca:

• comprender, manipular y modificar las configuraciones del espacio
• recordar con facilidad fotos y objetos

Estos individuos prefieren pasar el tiempo dibujando, garabateando, pintando, construyendo modelos, leyendo mapas y estudiando ilusiones ópticas. Es la inteligencia de los arquitectos, los pilotos, los cirujanos y de los artistas como pintores, escultores o artistas gráficos.

Para potenciar esta inteligencia puedes hacer rutas en lugares desconocidos, tratando de orientarte con mapas, jugar con puzzles o hacer maquetas.

5. Inteligencia corporal-cinestésica

La inteligencia corporal-cinestésica constituye la capacidad de usar el cuerpo (en total o en partes) para expresar ideas, aprender, resolver problemas, realizar actividades o construir productos.

Estas personas tiene una fuerte conexión entre su mente y su cuerpo, lo que le permite aprender y expresarse a través del movimiento. Son sujetos que se caracterizan por:

• adquirir destrezas físicas de forma rápida y fácil
• tienen excelente coordinación motora y destreza física
• sensibilidad y conciencia de su propio cuerpo y movimiento
• habilidad para expresarse a través del cuerpo, como en el baile o la actuación
• actuar e imitar los gestos y expresiones de varias personas
• aprende mejor cuando está físicamente activo y en movimiento

Esta inteligencia suele estar muy desarrollada en los atletas, los bailarines, los actores, los cirujanos, los artesanos, los inventores, los mecánicos y las profesiones técnicas.

Para potenciar esta inteligencia puedes aprender algún tipo de baile que te ayude a practicar la coordinación y mover las partes de tu cuerpo por separado o bien practicar algún deporte o el yoga.

6. Inteligencia interpersonal

La inteligencia interpersonal abarca la capacidad de fijarse en las cosas importantes para otras personas: acordándose de sus intereses, sus motivaciones, su perspectiva, su historia personal, sus intenciones, y muchas veces prediciendo las decisiones, los sentimientos, y las acciones de otros.

Los individuos que poseen este tipo de destrezas son aquellos a los que les gusta conversar, aprender en grupos o en parejas, y trabajar o hacer actividades con otras personas. Pasan mucho tiempo ayudando a otros y son buenos mediadores de conflictos sociales.

Son excelentes comunicadores, usando el lenguaje corporal y verbal. Tienen muchos amigos y siente cariño sincero por otros. Además, entienden cómo motivar a los demás. Es la inteligencia de los maestros, los psicólogos, los consejeros, los políticos, los vendedores y los líderes religiosos.

Para potenciar esta inteligencia puedes practicar la escucha activa, realizar actividades de grupo, en especial, si se fomenta la cooperación como el deporte y los voluntariados.

7. Inteligencia naturalista

La inteligencia naturalista está determinada por una sensibilidad hacia las formas naturales y las características geológicas de la tierra. Abarca la capacidad de distinguir, clasificar los detalles y los elementos del ambiente urbano, de los suburbios o el rural.

Estas personas disfrutan acampar, ir de caminata, cuidar a las mascotas, y averiguar y categorizar los nombres y los detalles de las personas, los animales, las plantas, y los objetos en su ambiente. Esta inteligencia es más importante para las culturas dependientes de la caza, la pesca, y la vendimia.

Es la inteligencia de los científicos naturales y sociales, los poetas, y los artistas. Por lo general, reconocen los detalles y utilizan su destreza perceptiva en sus profesiones, al mismo tiempo que la desarrollan.

Para potenciar esta inteligencia puedes cultivar tu propio huerto o salir a dar caminatas por ambientes naturales con una guía sobre la flora y la fauna.

8. Inteligencia intrapersonal

La inteligencia intrapersonal refiere a la habilidad de comprenderse a uno mismo, incluyendo las emociones, metas y motivaciones personales. La autoexploración, la reflexión, la madurez emocional y la autoaceptación son aspectos importantes en el desarrollo de esta inteligencia.

Las personas con esta inteligencia tienen mayor conciencia de sí mismas autodisciplina, autocontrol, mejor autoestima y se caracterizan por:

• una gran habilidad en la autorregulación y la metacognición
• practican la introspección, mirando hacia adentro para comprender sus pensamientos y sentimientos
• presentan conciencia adecuada de sus limitaciones y conocimientos
• buena gestión emocional
• son asertivas, expresando sus emociones y necesidades de manera respetuosa hacia los demás.

Por lo que para potenciarla puedes reflexionar a través de la escritura de diarios, practicar técnicas de meditación o leer sobre psicología y la mente humana.

Otros tipos de inteligencia según Howard Gardner

Es importante destacar que han surgido numerosas propuestas para categorizar aún más las habilidades humanas, como la inteligencia culinaria, la sexual, la humorística o la digital. A pesar de estas propuestas adicionales, Gardner no ha avalado ninguna de ellas de forma oficial, sino que solo reconoció las ocho inteligencias originales.

En una entrevista publicada en Big Think, mencionó dos intentos de expansión de su teoría:

• la inteligencia pedagógica, que se define como la capacidad de una persona para comprender, enseñar y transmitir conocimientos de manera efectiva a otros.
• y la inteligencia existencial, que hace referencia a una capacidad de comprensión de las grandes cuestiones.

Aquellas personas que presentan el primer tipo inteligencia tienen el talento de ser buenos educadores, mentores o facilitadores de aprendizaje. Sin embargo, esta capacidad no se limita al ámbito escolar, ya que también puede manifestarse en la capacidad de enseñar a otros en entornos de trabajo. Asimismo, en cualquier situación donde se requiera la trasferencia efectiva de conocimiento y habilidades.

En cambio, la inteligencia existencial está presente en quienes tienen una inclinación hacia la filosofía y la exploración de cuestiones espirituales. En personar que buscan respuestas a preguntas trascendentales sobre la existencia humana, cuestionan y exploran el propósito de la vida.

Sin embargo, estas no se han integrado en el modelo original, ya que no cuentan con evidencias científicas suficientes sobre las bases biológicas de su existencia.

Críticas al modelo de las inteligencias múltiples de Gardner

Este modelo ha revolucionado la educación, la psicología, el ámbito laboral y el desarrollo personal al ofrecer la idea de que cada individuo puede sobresalir en un área específica, y que el coeficiente intelectual tradicional no es la única medida de valía. Pero como toda idea revolucionaria, ha tenido sus críticas y adeptos.

Desde la psicología cognitiva, este modelo se alinea con la idea de que la mente humana es diversa en sus procesos como en sus funciones cognitivas. La distinción de los 8 distintos tipos de inteligencia sugiere la noción de cognición modular y multifacética.

Sin embargo, uno de los principales argumentos en contra del modelo es la falta de evidencia científica sólida que respalde la existencia de estas inteligencias como entidades separadas y distintas.

Mientras que las habilidades cognitivas tradicionales de la psicológica cognitiva, se pueden medir con pruebas estandarizadas y tienen una base neurocientífica sólida. Por ejemplo, las regiones frontales están relacionados en lenguaje. Las inteligencias múltiples de Gardner carecen de una base empírica firme, lo que plantea dudas sobre su validez como teoría científica.

Des mismo modo, la eficacia de las metodologías inspiradas en las inteligencias múltiples no está clara y su eficacia es discutida. Una revisión, en la revista Intelligence, mostró que los estudios tenían importantes fallas metodológicas como: tamaños de muestra pequeños, falta de grupos de control activo, sesgos de publicación o informes, insuficiencia en las herramientas empleadas para medir los resultados o las actividades específicas realizadas, que impidieron una evaluación válida.

Además, algunos críticos argumentan que la teoría de las inteligencias múltiples puede llevar a una sobrevaloración de las fortalezas individuales en detrimento de las habilidades académicas esenciales, al interpretarlas como estilos de aprendizaje. Al centrarse en una amplia gama de inteligencias, que resultan en talentos, podría surgir la preocupación de que se diluya la importancia de habilidades fundamentales como la lectura, la escritura y la aritmética.

Esto podría dar lugar a un enfoque educativo fragmentado y dificultar la evaluación objetiva de las habilidades de los estudiantes. Por lo que cabe advertir que no se han encontrado pruebas que respalden la idea de que adaptar la instrucción, al estilo percibido del alumno, tenga beneficios en términos de resultados de aprendizaje o logro educativo, según un estudio de la Anatomical Sciences Education.

Mientras que el concepto de las inteligencias múltiples ha influido en la educación y la sociedad, la falta de evidencia científica sólida plantea interrogantes sobre su aplicabilidad y utilidad en la práctica educativa.

Todos poseemos las ocho inteligencias

Aunque ha generado debates y cuestionamientos sobre su validez científica, esta teoría ha contribuido a valorar la diversidad de habilidades humanas y promover un enfoque educativo más centrado en las fortalezas individuales.

La teoría de las inteligencias múltiples abrió la puerta a la idea de que cada individuo posee potencialidades únicas. Así como subraya que ninguna de estas inteligencias se considera más importante que las demás. El dominio de varias de ellas puede proporcionar un mejor desenvolvimiento en la vida, aparte de la profesión que se ejerza.

Todos tenemos en potencia cada una de estas destrezas y podemos desarrollarlas a lo largo de nuestras vidas. Su desarrollo depende, en gran medida, de nuestro esfuerzo y motivación personal.