Los tres pilares sobre los que construir el significado de tu vida
Cuando revisamos las historias que mucha gente escribe o cuenta sobre su vida o sobre la vida de otros nos damos cuenta de lo importante que es haber hecho algo digno de contar.
Si ahora nos paramos y pensamos qué estamos haciendo con nuestra vida y miramos de forma retrospectiva, más de uno pensará que está trabajando demasiado, que hace tantas cosas que apenas tiene tiempo para dedicarse a los suyos o que hace tiempo que dejó de interesarse por el “por qué” de las cosas para centrarse en el “cuánto”.
En general, todos deseamos tener una vida feliz, pero el ajetreo diario, el estrés, las obligaciones sociales y otras impuestos por terceros, además de las que nosotros mismos añadimos, y muchas cosas más, hacen que perdamos de vista qué es realmente para nosotros ser felices y que olvidemos cuáles son nuestros propios valores por encima de los “políticamente correctos”.
Mantenernos fieles a lo que nos importa y ser fieles a nosotros mismos nos permitirá vivir nuestros propios valores y vivir una vida significativa y feliz desde un punto de visto pleno.
Descubrir nuestro verdadero yo, identificar lo que es significativo para nosotros e identificar los obstáculos, tanto internos como externos, que nos dificultan el camino es esencial para vivir esa vida significativa que todos deseamos.
Piensa en lo que realmente quieres en tu vida
Saber “quién soy” es un verdadero reto para cada uno de nosotros, igual que determinar “cuál es mi propósito en la vida”. Si no sabemos quiénes somos o qué buscamos en la vida navegaremos sin rumbo por ella. Sin embargo, averiguar quiénes somos y qué queremos de la vida nos ayudará a marcar una ruta y a obrar en consecuencia.
En definitiva, para vivir una vida significativa tienes que saber qué es importante para ti, mucho más allá de lo que debería ser. Esto es fundamental para conocerse a uno mismo. Nadie puede obligarnos a ser, ni siquiera nosotros mismos, porque somos lo que somos.
Por otra parte, decidir lo que nos importa implica reconocer a las personas que nos importan, determinando que son una prioridad en nuestra vida y que cuidar de ellos es parte de lo que nos hace felices.
Establece metas específicas pensando en positivo
Para marcar un buen rumbo es necesario establecer metas basadas en nuestros principales valores y creencias. A menudo, muchas personas tienden a plantear sus objetivos en términos negativos: “voy a dejar de hacer esto que me gusta para conseguir esto que quiero” o “tengo que hacer algo que no gusta para conseguir esto que quiero o dejar de ser esto que no quiero”.
Sin embargo, hablarnos con mensajes negativos no nos ayudará tanto como si nos hablamos desde una visión positiva en relación a nuestros sueños y metas.
No atiendas las demandas de tu crítico interior
Cuando uno se pone en camino es normal encontrar obstáculos de todo tipo, incluida esa voz crítica interior que nos va a recordar lo duro que es el camino, la cantidad de críticas que vamos a recibir de la gente, la cantidad de cosas que una vez intentamos y que no pudimos hacer, la preparación que nos falta, o el para qué vas a luchar por algo que es una batalla perdida, entre otras muchas cosas.
Olvídalo, no les hagas casos. Vuelve a tus motivaciones reales y recupera tu punto de vista. Tu crítico interior no es más que una voz subconsciente que agrupa todas las cosas negativas que has oído ya y que probablemente volverás a oír de otros. Identifícalos y plántales cara para reafirmarte en tus metas.
No dejes que el temor te invada o la incertidumbre no te permita avanzar. Es normal que estas sensaciones aparezcan, pero lo importante es seguir adelante y luchar por lo que realmente queremos.