Oscar Wilde: biografía y un infame encarcelamiento
Hoy abordamos a una de las grandes figuras de las letras, cuyas obras son conocidas internacionalmente. Oscar Wilde poseía un talento brillante y una personalidad extravagante que le valieron tantos éxitos como problemas.
El retrato de Dorian Gray o La importancia de llamarse Ernesto son algunos de sus trabajos más aclamados en la actualidad, aunque, en su día, levantaron las críticas más moralistas de la época victoriana contra su autor. Tal vez, el punto de vista y el estilo de Wilde no se correspondían del todo con los convencionalismos de su periodo.
Actualmente, es muy conocido, su obra ha sido estudiada y traducida; se le considera uno de los mejores escritores en lengua inglesa. Además, se le recuerda especialmente por su temperamento valiente, su ingeniosa manera de expresarse y por su infame encarcelamiento consecuencia de su homosexualidad, al que le siguió su prematura muerte.
Primeros años
Oscar Wilde nació en Dublín, en octubre de 1854. Era hijo de un médico que gozó de cierto estatus y fue fundador de un hospital para tratar a los más desfavorecidos de la sociedad. La madre de Oscar era una poetisa que influyó de manera decisiva en su hijo.
De niño, Oscar Wilde fue un estudiante brillante al que le encantaban los clásicos. Durante su formación en Oxford, Wilde comenzó a destacar en escritura creativa. Su habilidad con la palabra escrita le llevó a obtener varios premios.
Al terminar sus estudios en Oxford, se traslada a Londres con un amigo, un pintor retratista que pertenecía a la alta sociedad londinense. Es entonces cuando escribe su primer libro de poemas. Al año siguiente, viaja a Nueva York, lugar en el que realizó una gira de conferencias durante casi un año.
De regreso a su país, continuó con sus lecturas y empezó a establecerse como uno de los principales representantes de la estética. La estética fue un movimiento que enfatizaba la búsqueda de la belleza por encima de los ideales políticos o sociales.
Tras un temprano enamoramiento de una joven irlandesa que le rechazó para casarse con otro, Oscar Wilde conoce a una acomodada inglesa, Constance Lloyd, con quien se casaría y tendría dos hijos. Un año después, comienza a dirigir una revista femenina, Lady´s World.
Sin embargo, su esposa terminaría abandonándole tras el escándalo de su encarcelamiento y cambiaría el apellido de sus hijos para no relacionarlos con su padre. Aunque nunca se divorció de él, Wilde se vio obligado a renunciar a la patria potestad de sus hijos.
Sus mejores obras
Durante los siete años que trabajó como editor en la revista Lady´s World, Oscar Wilde vivió un período de creatividad frenética durante el que produjo casi todas sus obras literarias.
Publicó una colección de cuentos infantiles, The happy Prince y Other Tales. Más tarde, se acercó al género ensayístico con Intentions, una serie de obras que ensalzaban los principios del esteticismo.
Poco después, vería la luz su primera y única novela El retrato de Dorian Gray. Aunque, en la actualidad, este trabajo de Wilde se considera una de las grandes obras clásicas, en aquel momento, los críticos consideraron la novela completamente falta de moralidad.
La historia cuenta la vida del joven Dorian Gray, a quien le es concedido el deseo de que su retrato envejezca mientras él se mantiene joven y lleva una vida de pecado y desenfreno.
Más tarde, se atrevió con la dramaturgia en la obra Lady Windermere´s Fan, que gozó de tanto éxito que se convenció para dedicarse a este género como forma literaria principal.
Sus siguientes obras de teatro fueron satíricas e ingeniosas, llenas de matices oscuros y profundos. Entre ellas, se encuentra otra de sus obras más destacadas: La importancia de llamarse Ernesto.
El escándalo de Oscar Wilde
Cuando Oscar Wilde vivía el éxito literario tan justamente conseguido, comenzó una relación sentimental con un joven, el hijo del marqués de Queensberry. Parece que, por aquel entonces, la homosexualidad de Oscar Wilde no era un secreto para nadie, aunque la sociedad de la época mantenía las apariencias siempre y cuando no derivara en escándalos.
El padre de su amante envío a casa de Wilde una nota bastante grosera que ofendió profundamente al afamado dramaturgo. Oscar Wilde decidió denunciarle por difamación, pero esa decisión le arruinó la vida.
Los abogados del marqués utilizaron todos los recursos disponibles para presentar las evidencias de la homosexualidad de Oscar Wilde y, como consecuencia, fue condenado por su homosexualidad a dos años de prisión.
A su salida de la cárcel, Oscar Wilde estaba arruinado física, emocional y económicamente. Se exilió voluntariamente a Francia donde malvivió un tiempo. Murió de meningitis en noviembre de 1900, a los 46 años de edad.
La importancia de ser honesto
No deja de ser curioso que una de las obras más importantes de Oscar Wilde, The importance of being Earnest, que literalmente significa “La importancia de ser honesto”, se haya traducido al castellano como La importancia de llamarse Ernesto.
Lo cierto es que esto es solo otra de las notas discordantes en la biografía de este brillante dramaturgo, que vio derrumbarse su vida por sus orientaciones sexuales, en una época en la que la homosexualidad se consideraba una enfermedad mental.
Durante el juicio y la condena de Wilde, los medios de comunicación se hicieron amplio eco de la noticia, que llegó a extenderse a Estados Unidos. Lo que Oscar Wilde no alcanzó nunca a conocer es que su encarcelamiento fue el inicio de un proceso muy lento que terminaría en la despenalización de la homosexualidad como delito. Oscar Wilde está considerado una víctima icónica del hipócrita puritanismo victoriano del siglo XIX.
Un brillante autor cuya vida, tristemente, no lo fue tanto. Tras una vida marcada por las letras y por su talento, se vio condenado al exilio y a las penurias.
Su legado permanece todavía muy vivo, algunas de sus obras han sido trasladadas al cine e incluso se han hecho películas acerca de figura. La de Wilde es una de muchas historias trágicas en las que la homosexualidad, por desgracia, era condenada. Una historia que nos sirve para reflexionar, para darnos cuenta de que todavía queda mucho por hacer.