¿Sabes por qué es tan importante la sustancia blanca de nuestro sistema nervioso?

¿Sabes por qué es tan importante la sustancia blanca de nuestro sistema nervioso?
Carolina López De Luis

Escrito y verificado por la psicóloga Carolina López De Luis.

Última actualización: 19 febrero, 2024

La sustancia blanca es la encargada de transmitir la información a lo largo del todo sistema nervioso central. El nombre que recibe deriva del color que le proporciona las vainas de mielina, de color blanco. La mielina hace que la información eléctrica viaje de manera rápida de una neurona a otra, recubriendo los axones de estas.

En el cerebro, la sustancia blanca está situada por debajo de la materia gris, que es la corteza cerebral, mientras que en la médula espinal su lugar se encuentra en la parte exterior, recubriendo la sustancia gris. Está formada por axones que envían la información sensorial y motora al lugar que corresponda. Aunque en un principio se le atribuye la difusión de la información, parece estar implicada también en más procesos.

Localización de la sustancia blanca en el sistema nervioso central

En concreto, la sustancia blanca de los hemisferios cerebrales está formada por tres tipos de fibras diferentes:

  • Comisuras interhemisféricas: son las fibras que interconectan los hemisferios cerebrales. Dentro de esta categoría se encuentra la comisura anterior, que conecta los bulbos olfatorios con el lóbulo temporal. También el cuerpo calloso que une los hemisferios derecho e izquierdo. Así, cuando se secciona el cuerpo calloso se interrumpe la mayor parte de la comunicación que existe entre hemisferios.
  • Fibras de proyección: se trata de los axones que ascienden hasta la corteza cerebral y se organizan en un gran tracto que irradia a los hemisferios cerebrales.
  • Fibras de asociación: son los axones que conectan distintas zonas de la corteza cerebral del mismo hemisferio.

La médula espinal es la división más abundante del sistema nervioso central, está en constante interacción con el sistema nervioso periférico y tienen gran relevancia en las funciones sensoriales y motoras. Está protegida por la columna vertebral, encargada de amortiguar los golpes para evitar una lesión medular. La sustancia blanca se encuentra en la parte exterior, recubriendo la sustancia gris. La sustancia blanca en la médula espinal está organizada en tres columnas: dorsal, lateral y ventral.

  • La columna blanca dorsal está formada por las fibras aferentes somáticas de los nervios espinales que ascienden por la médula sin hacer sinapsis en el trayecto. Se agrupa en dos fascículos, el cuneado y el grácil. El primero formado por los tractos que entran por los segmentos de la parte superior (torácicos y cervicales). El segundo, el grácil, entra por la sección inferior (sacros, lumbares y torácicos inferiores).
  • La columna blanca ventral y lateral, formada por vías ascendentes que llevan información tanto somática como visceral y por vías descendentes que envían información somática y de modulación sensorial.

Su relación con las funciones cognitivas

Tradicionalmente la sustancia blanca se ha asociado con la velocidad de procesamiento, pero en los últimos años se ha intentado relacionar con diversas funciones cognitivas, visto el impacto de su degeneración en dichas funciones. Son muchos los estudios que han intentado aclarar el papel de la sustancia blanca en el lenguaje, la memoria o la atención.

Por ejemplo, en niños con déficit de atención se ha encontrado que un menor volumen en la sustancia blanca frontal derecha correlacionaría con el grado de alteración en la atención sostenida. En pacientes con Alzheimer y deterioro cognitivo leve también se han hallado correlaciones significativas entre su volumen y la memoria, aunque es posible que esta degeneración sea secundaria a la de la sustancia gris.

La desconexión de las fibras que unen el tálamo con el córtex frontal puede interferir en la memoria verbal y deteriorar la memoria de trabajo. Por otra parte, el aprendizaje y la memoria visual se han relacionado con la sustancia blanca parietal y temporal. La correlación entre memoria de trabajo y áreas de sustancia blanca temporales, parietales y frontales ha sido documentada por diversos estudios.

Daño axonal difuso

El daño axonal difuso es frecuentemente el resultado de una lesión traumática con mecanismos de aceleración-desaceleración o rotación. Es una de las causas más comunes de morbilidad en pacientes con traumatismo craneoencefálico, normalmente causados por accidentes de tráfico. Consiste en diversas lesiones focales en la sustancia blanca de 1-15 mm en una distribución característica.

Resulta en una pérdida instantánea de conciencia, más del 90% de los pacientes que la padecen permanecen en estado vegetativo; no provoca la muerte, ya que el tronco cerebral continúa funcionando y es el encargado de las funciones vitales del organismo. Es el responsable de la mayoría de las alteraciones de atención, memoria, velocidad de procesamiento y alteraciones ejecutivas en los traumatismos craneoencefálicos moderados y graves.

Prueba médica

El componente mecánico del traumatismo produce estiramiento, torsión y rupturas de los axones y de capilares cerebrales provocando microhemorragias. Desde el punto de vista clínico, produce confusión, pérdida de conciencia o coma, según la gravedad, debido a la interrupción de las fibras ascendentes. El grado de desconexión marca la gravedad y duración del coma y la presencia y duración de la amnesia postraumática.

Neuropsicológicamente, el daño axonal difuso perjudica la capacidad de realizar nuevos aprendizajes y causa alteraciones en la atención, en la velocidad de procesamiento de la información y en las funciones ejecutivas. La alteración de las funciones frontales es una constante y se explica por el hecho de que estas funciones requieren la integridad de todos los circuitos córtico-corticales y córtico-subcorticales, circuitos que están afectados.

Patologías que provocan la degeneración de la sustancia blanca

Existen diferentes patologías que cursan con degeneración de la sustancia blanca y que pueden acarrear graves consecuencias, a nivel cognitivo, motor y sensorial. Una de estas patologías es la denominada enfermedad de Binswanger. En ella, el aspecto cerebral externo suele ser normal, pero el ratio sustancia gris/sustancia blanca suele ser bajo.

En dicha enfermedad se da desde una afectación de los axones hasta la desmielinización de los mismos. Los síntomas habituales son el enlentecimiento del pensamiento, alteraciones de la memoria, confusión, apatía y pérdida de interés por el medio. La marcha a pequeños pasos o marcha inestable con caídas son signos tempranos de la enfermedad.

Hombre mayor con muletas

Las leucodistrofias también forma parte de las enfermedades que afectan a la sustancia blanca. Son un grupo de enfermedades genéticamente determinadas que producen alteración en el metabolismo de la mielina. Las manifestaciones clínicas más comunes son la tetraplejia, ataxia, ceguera, sordera y deterioro cognitivo. Son de evolución progresiva y comienzan en la infancia.

Como hemos podido apreciar en este artículo, la sustancia blanca es una parte fundamental de nuestro sistema nervioso. Es un medio conductor para la información que recibe nuestro cerebro, pero también es un canal de comunicación a través del cual este da órdenes a los diferentes órganos. Una buena cantidad de sustancia blanca y en buen estado ayuda especialmente a nuestra atención y a la velocidad con la que ejecutamos diferentes procesos cognitivos, como la toma de decisiones o la adquisición de nuevos aprendizajes.


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