9 signos de manipulación psicológica en la comunicación
No responder. Ironizar. Decir que con nosotros no se puede hablar. Hacer uso de la condescendencia como si fuéramos niños. Amenazarnos con ultimátums. Los signos de manipulación psicológica en la comunicación y el lenguaje son tan variados como desgastantes. Es una forma de explotación mental y abuso emocional que debemos aprender a reconocer.
Licio Gelli fue uno de los hombres más oscuros de la historia de Italia. Este agente de la llamada logia masónica Propaganda Due, era un neofascista especializado en la manipulación de las grandes masas. Algo que dijo una vez tan siniestro personaje fue que, para controlar a alguien, bastaba con saber comunicarse. El lenguaje es un arma y la estrategia más perversa para la dominación, indicaba.
“El pensamiento corrompe el lenguaje y el lenguaje también puede corromper las relaciones humanas”.
-George Orwell-
Todos lo sabemos bien. Sabemos que en la esfera de la política, en la publicidad y en ese gran universo que es la mass media se hace un uso casi constante de la manipulación para seducirnos, influir en nuestras decisiones y, en última instancia, para controlarnos. Ahora bien, la cosa ya se vuelve un poco más sibilina y compleja cuando nos vamos al ámbito privado.
Hablamos como no de ese escenario reducido, íntimo y cercano que establecemos con los nuestros. Con nuestra familia, pareja, amigos… Los signos de manipulación psicológica y emocional fluyen entre nosotros casi de forma constante, pero camuflada. Aún más, también nosotros mismos los podemos estar aplicando de forma inconsciente. Por ello, es esencial saber detectarlos y reaccionar ante ellos.
Si el lenguaje es el vestido de los pensamientos, aprendamos a pensar con mayor delicadeza. Entendamos que no solo es importante cuidar lo que decimos sino también cómo lo decimos.
Signos de manipulación psicológica en la comunicación
Cuando hablamos de manipulación psicológica en la comunicación lo que acontece en primer lugar es un desequilibrio en la relación. Es usar el lenguaje a favor de uno y no solo para controlar al otro, sino también para hacer daño. Porque lo que mueve el mecanismo de esta agresión encubierta son las emociones más viscerales.
Aldous Huxley decía que las palabras pueden ser como Rayos X. Utilizadas de forma maquiavélica pueden atravesarlo todo: la autoestima del otro, la dignidad y hasta la identidad. Aprendamos, por lo tanto, a verlas venir, a entender un poco más esta dinámica tan destructiva a nivel personal.
1. Manipulación de los hechos
Todo experto en manipulación psicológica en la comunicación es un gran estratega deformando la verdad. La pondrá siempre a su favor, atenuará su parte de responsabilidad para proyectar en nosotros toda la culpa. Aún más, hará uso de la exageración y se guardará información clave para simplificar aún más los datos y conseguir así que la balanza siempre se incline hacia su “verdad”.
2. Te dirá que contigo no se puede hablar
Esta frase es sencilla, directa y efectiva. Si alguien nos dice que “con nosotros no se puede hablar” evita precisamente lo que desea: hablar de ese problema. Así, es común que se nos diga que somos demasiado emocionales, que todo lo cogemos a la tremenda y que en los últimos tiempos la comunicación con nosotros es muy dificultosa. Proyectan aquello de lo que ellos/as mismos/as adolecen: habilidades comunicativas.
3. Acoso intelectual
El manipulador psicológico y emocional también suele hacer uso de otra estrategia comunicativa muy común. Se trata del acoso intelectual, que no es otra cosa más que la de aportarnos una ingente cantidad de argumentos, informaciones, hechos y enrevesados razonamientos para convencernos de algo mediante el agotamiento y la infoxicación.
4. Ultimátums y poco tiempo para decidir
Si no aceptas lo que te propongo, esto se acaba. Te doy hasta mañana para pensar en lo que te he dicho. Este tipo de estrategias comunicativas suelen ser sin duda muy dolorosas y angustiantes. Nos colocan entre la espada y la pared, nos generan ansiedad y nos sumen en estados de gran sufrimiento emocional.
Es necesario entender que quien nos respeta, quien nos ame de verdad no hará uso de esas amenazas de todo o nada. Es otra estrategia de manipulación muy común.
5. Pronuncia nuestro nombre en numerosas ocasiones durante la conversación
Cuando en una conversación o discusión alguien pronuncia nuestro nombre casi de forma continua y exagerada, está ejecutando un hábil mecanismo de control. Con ello, obliga a la otra persona a prestar atención y la sume a su vez en un estado continuo de intimidación.
6. Ironías y humor negro
La ironía y el uso de ese sentido del humor que humilla, ridiculiza y nos infravalora es otro de los signos de manipulación psicológica en la comunicación más recurrentes. El agresor o manipulador busca empequeñecernos e intenta imponer su supuesta superioridad psicológica sobre nosotros.
7. El uso del silencio o las evasivas
De eso no quiero hablar. Ahora no es buen momento. ¿Y ahora para qué sacas ese tema?… Este tipo de dinámica suele ser muy recurrente en las relaciones afectivas, sobre todo si alguna de las partes carece de habilidades comunicativas, voluntad y sentido de la responsabilidad.
8. Aparentar ignorancia: “no entiendo lo que quieres decir”
Esta es una táctica muy clásica. La de aparentar que uno no entiende lo que el otro quiere que diga o haga. Es jugar con la otra persona haciéndole ver que complica demasiado las cosas, que lleva la conversación a un nivel que no tiene sentido. Estamos ante una estrategia clásica del manipulador pasivo-agresivo donde evita asumir su responsabilidad y busca hacer sufrir al otro.
9. Te dejará hablar primero
Entre los signos de manipulación psicológica en la comunicación más afinados, está el de quien busca que nosotros hablemos primero. Con esta estrategia consigue varias cosas. La primera ganar tiempo para preparar sus argumentaciones, la segunda encontrar nuestros puntos débiles.
Asimismo, es común que tras escucharnos, el manipulador emocional evite exponer sus ideas u opiniones. Se puede limitar a hacernos preguntas, a explorar cuestiones que lejos de ser útiles para llegar a algún acuerdo, buscan destacar nuestros defectos, encauzar el problema a su terreno y exponernos como personas torpes, débiles o exageradas.
Para concluir. Si bien es cierto que existen muchas otras estrategias en materia de manipulación psicológica y emocional en el campo de la comunicación humana, estas son sin duda las dinámicas más comunes. Son formas de intimidación que merman no solo la posibilidad de establecer diálogos efectivos, sino que además, sirven para someter al otro, para incapacitarlo a todos los niveles: personal, emocional y mentalmente.
Aprendamos a reconocer estos comportamientos.