La sobrecarga laboral: síntomas físicos y psicológicos

La sobrecarga laboral continuada en el tiempo nos puede llevar a la cárcel de la depresión. El mercado de trabajo y las condiciones en que desempeñamos a menudo nuestra labor nos abocan a experimentar tarde temprano algún problema de salud mental.
La sobrecarga laboral: síntomas físicos y psicológicos
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 21 mayo, 2021

La sobrecarga laboral no llega de un día para otro. Es un desgaste continuado y silencioso que erosiona muy poco a poco el ánimo, las fuerzas y hasta la salud. Dolores de cabeza, insomnio, baja motivación a la hora de ir al trabajo… Y al final aparece ese día en el que sentimos sobre nosotros un peso que ya no podemos soportar; las demandas superan a nuestros recursos y nos sentimos superados.

Es importante considerar que casi la mitad de las enfermedades laborales tienen un origen mental. Ansiedad, depresiones, estrés… Los requerimientos psicofísicos que demandan muchos de los empleos actuales están llevando a muchas personas al límite y esto hace que los problemas psicológicos se sitúen como motivo de baja justo después de los problemas muscoloesqueléticos.

De este modo, hay un hecho llamativo en el que todos deberíamos reflexionar. Una parte de los problemas de salud mental con los que nos encontramos tienen como causa directa las condiciones laborales en las que muchas personas desempeñan su labor. Y tengámoslo claro, la administración de  psicofármacos y una baja de quince días no resuelven el problema.

El aislamiento, la tristeza y la desmotivación constante pueden llevarnos a situaciones muy peligrosas.

Cuando sentimos que nuestras responsabilidades superan a nuestros recursos para llevarlas a cabo, experimentamos un estrés intenso y muy desgastante.

Hombre estresado debido a la sobrecarga labora

La sobrecarga laboral: ¿cómo se manifesta?

Entendemos sobrecarga laboral como todas esas demandas, tareas y obligaciones que nos exigen en el trabajo y que superan nuestra capacidad para llevarlos a cabo.

A veces, incluso podemos cumplir con lo que se espera de nosotros. Sin embargo, no lo hacemos con la calidad que nos gustaría y eso también revierte en el malestar. Porque el sentido de autoeficacia decae y esto es un impacto directo para la autoestima.

Esa sobrecarga mantenida durante meses (o incluso años) se manifiesta tarde o temprano en el síndrome del trabajador quemado. Así, estudios como los realizados en la Universidad de Macedonia (Grecia) indican que la sobrecarga laboral se relaciona de manera directa con la aparición de depresiones y trastornos de ansiedad.

Es importante estar alerta y conocer esa sintomatología asociada a la sobrecarga laboral. La analizamos.

Síntomas físicos: el cansancio acumulado que no se va ni el fin de semana

Uno de los efectos de esa sobrecarga continuada en el ámbito del trabajo es el cansancio. Ahora bien, hablamos de un agotamiento persistente que no se resuelve durmiendo doce horas los domingos. Por término medio, se suelen manifestar las siguientes dimensiones:

  • Alteraciones del peso. Bien se tiende a engordar o la persona empieza a adelgazar.
  • Insomnio.
  • Alteraciones digestivas e intestinales.
  • Dolores muscoloesqueléticos.
  • Aparición de cefaleas tensionales.
  • Enfermedades psicosomáticas.
  • Alteraciones en la menstruación en las mujeres.
  • Mareos.
  • Perdida de la libido (falta de deseo sexual).
  • Taquicardias.

Síntomas psicológicos de la sobrecarga laboral

La sobrecarga laboral somete a la persona a una gran vulnerabilidad psicológica que se manifiesta poco a poco de muchas maneras. No todo el mundo evidenciará los mismos síntomas, pero es común que aparezcan una serie de realidades muy concretas que nos ayudan a realizar un buen diagnóstico:

  • Sentimiento de impotencia. Por mucho que se esfuercen en despertar su ánimo y motivación nada cambia. La sensación de estar superados es continua.
  • Nerviosismo constante.
  • Hipersensibilidad. Cualquier cosa les molesta, les enfada y les bloquea.
  • Problemas de concentración.
  • Baja autoestima y sensación de fracaso al percibir que no es posible cumplir con el trabajo de la manera que les gustaría.
  • La vida se vuelve de pronto poco estimulante. El ámbito social y afectivo se ve afectado también.
  • Desesperanza. Sensación de que no pueden cambiar nada de lo que les sucede.
  • Elevada ansiedad al pensar que deben volver al trabajo al día siguiente.

El trabajo debería ser una fuente de bienestar y de realización para las personas, no un foco para que desarrollen enfermedades mentales, infelicidad y desesperanza.

chico sufriendo la sobrecarga labora

¿Qué se puede hacer ante estas situaciones?

Este dato es curioso. En un estudio realizado por los psicólogos Christian Dormann y Dieter Zapf en Alemania durante varias décadas se vio algo llamativo. Los ciudadanos de la antigua República Democrática Alemana ya empezaron a evidenciar los efectos de la sobrecarga laboral con el cambio de modelo en el trabajo a finales del siglo XX. La prevalencia de la depresión empezó a ser una constante en aquellos años ante unas condiciones de trabajo cada vez más demandantes.

Con esto, queremos decir algo muy sencillo. Se puede tratar a las personas a través de terapias y los enfoques psicológicos más eficaces. Sin embargo, si vuelven a sus puestos laborales y esas condiciones no han cambiado, el problema persistirá. Es evidente que necesitamos cambios y reformulaciones profundas.

Las empresas deben atender, medir y valorar la exposición de los trabajadores a cualquier riesgo psicosocial. Recordemos que la Agencia Europea para la Seguridad y Salud del Trabajo exige que las organizaciones atiendan el bienestar psicológico de sus empleados. Cambiar este paradigma y poner el foco en la persona antes que en el producto o el servicio es lo que marca la calidad y el progreso.

Asimismo, también nosotros de manera individual debemos educarnos y adquirir mejores habilidades para el estrés cotidiano. Si bien es cierto que las malas condiciones generan enfermedades, nunca está de más tener recursos propios para manejar mejor estas situaciones.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • de Beer, Leon & Pienaar, Jaco & Rothmann, Sebastiaan. (2015). Work overload, burnout, and psychological ill-health symptoms: A three-wave mediation model of the employee health impairment process.. Anxiety, stress, and coping. 1-30. 10.1080/10615806.2015.1061123.
  • Dormann, Christian & Zapf, Dieter. (2000). Social support, social stressors at work, and depressive symptoms: Testing for main and moderating effects with structural equations in a three-wave longitudinal study. The Journal of applied psychology. 84. 874-84. 10.1037//0021-9010.84.6.874.
  • Gohar Abbas, S. & Roger, A. (2013). The impact of work overload and coping mechanisms on different dimensions of stress among university teachers. @GRH, 3(3), 93-118. https://doi.org/10.3917/grh.133.0093
  • Koutsimani P, Montgomery A, Georganta K. The Relationship Between Burnout, Depression, and Anxiety: A Systematic Review and Meta-Analysis. Front Psychol. 2019 Mar 13;10:284. doi: 10.3389/fpsyg.2019.00284. PMID: 30918490; PMCID: PMC6424886.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.