¿Cómo ayudar a una persona con cáncer?
Cuando una persona padece cáncer, sufre un fuerte impacto emocional. Su funcionamiento social y laboral puede estar profundamente afectado y este malestar puede extenderse a sus familiares y amigos. En general, la persona suele atravesar un período de incertidumbre y miedo, sin saber cómo actuar.
El diagnóstico inicial de una enfermedad oncológica supone en ocasiones un shock. A muchas personas les cuesta creer que sea verdad, sintiéndose incapaces para tomar decisiones a partir de ese momento, no sabiendo muy bien qué hacer o cómo actuar.
Surgen en la persona una gran diversidad de reacciones emocionales como el miedo, la rabia, la ansiedad o la desolación ante la posibilidad de padecer una enfermedad larga, con riesgo de muerte y ruptura de las metas vitales. No obstante, es posible vivir con bienestar personal, familiar y laboral durante y después del cáncer, pero se requiere tiempo para habituarse y que se produzca la adaptación a esta nueva situación.
La incertidumbre del cáncer
El cáncer es una enfermedad que asusta a muchas personas y que crea dificultades no solo en la persona que lo padece sino también en los que se encuentran a su alrededor y no se han enfrentado a ella. Pero no hay que avergonzarse de los miedos, interrogantes o malestares que experimentemos.
Si un ser querido ha sido diagnóstico de cáncer, es posible que experimente dificultades al interactuar con él o no sepa qué decirle. Es importante que sepa que puede hacer mucho por ayudarle. Muchos estudios indican que los pacientes con cáncer que reciben apoyo por parte de su entorno encuentran menos dificultades en relación al afrontamiento de su enfermedad.
Por ello, os ofrecemos una serie de recomendaciones para saber cómo actuar cuando alguno de sus seres queridos padece esta enfermedad. Sobre todo, es muy importante intentar ponerse en su lugar y comprender la situación que está experimentando.
Reconoce la situación e interésate por él
Una de las cuestiones más importantes que puede hacer es reconocer la situación de la forma que le resulte más cómoda, en lugar de intentar evitarlo. Es decir, si su reacción es la preocupación o el interés, muéstrelo y ofrezca su apoyo. Déjele saber que le preocupa. Recuerde que la expresión más sencilla de interés es la más significativa. Es importante que demuestres que estás ahí y que puede contar contigo.
Escucha y practica la empatía
Escuchar a la persona y ser empático resulta en ocasiones la mejor forma de ayudar. Saber escuchar es un proceso fundamental para una comunicación eficaz, pues significa dirigir nuestra atención hacia el otro. Preguntar a la persona cómo puedes ayudar, en ocasiones rompe la sensación de incomodidad.
Si su ser querido empieza a hablar sobre su enfermedad, no cambie el tema, necesita expresarse, escúchelo. Respete las necesidades de hablar o callar de la persona. Y no olvide que la persona que tiene cáncer se conoce a sí misma y cómo funciona su organismo, sabe que las cosas no están sucediendo como antes.
Sé sincero
Dar ánimos es importante, pero también lo es no generar un falso optimismo o decir continuamente a la persona que ha de tener siempre una actitud positiva o que sabemos cómo se siente. Hay que ser sincero, no se pueden decir cosas positivas si no son reales. Ni todos vivimos siendo optimistas todos los días, ni sabemos cómo se está sintiendo el otro, pues las experiencias individuales son únicas de cada persona.
Por ello, no intente pintar todo un mundo de color de rosas pero tampoco invalide a la persona si por sí misma puede continuar haciendo cosas. Sé sincero con él, pregúntale y cuéntele que estará a su lado para todo lo que necesite. Si le abres tu corazón, probablemente él también lo hará.
Utiliza el humor moderadamente
El uso del humor resulta saludable siempre y cuando, sea la persona afectada la que haya llevado la iniciativa, y estemos seguros de que el comentario que vayamos hacer lo pueda apreciar o responder. Muchas personas utilizan este recurso como modo para sobrellevar las situaciones y suele tener resultados positivos.
El humor puede resultar beneficiosa si lo utilizamos como vía de escape o para dar otra perspectiva a nuestra situación. De hecho es un recurso muy utilizado por algunas personas para afrontar sus dificultades. Pero no olvides, que tu no marcas el ritmo, sino la persona que padece esta enfermedad.
Sugiérale realizar alguna actividad
Cuando la persona tenga una buena apariencia es importante que se lo hagamos saber, al igual que cuando su aspecto no sea bueno es recomendable evitar comentarios. Inclúyelo en actividades de ocio o trabajo y actos sociales, siempre dejando la elección a la persona de decir si está preparado o no para la actividad.
La realización de actividades, sobre todo de aquellas que más le gusten o le llamen la atención, le permitirá desviar su atención de los pensamientos negativos y de las preocupaciones, además de disfrutar de lo que está haciendo y pasar un buen rato.
Respeta su privacidad
Resulta extremadamente importante respetar la privacidad de la persona enferma. Quizás pueda sentirse ofendido porque la persona cercana no le ha dicho la noticia del diagnóstico del cáncer. Hay que entender que muchas personas necesitan un tiempo de adaptación a la situación, así como prepararse para hablar con los demás de lo que le sucede, por eso no hay que tomarlo personalmente, siendo lo conveniente centrarse en cómo ayudar a la persona.
Ante todo debemos ser honestos acerca de cómo nos sentimos y descubriremos que es más fácil comunicarnos con la persona de lo que pensamos. No olvidemos que las personas con cáncer tienen días buenos y malos, tanto emocional como físicamente. Por ello hay que guardar nuestra relación con ellos de la forma más normal posible. En estos momentos se necesita mayor paciencia, comprensión, apoyo y compasión.