¿Cómo saber si quiero ser madre? Preguntas esenciales para descubrirlo
Puede que a lo largo de toda tu juventud fueras de esas personas que se decía a sí misma aquello de «yo no quiero ser madre». Sin embargo, ahora, despertó en ti un inexplicable deseo que te llena de contradicción e incertidumbre. Aún más, puede que fuera justo todo lo contrario; siempre tenías claro que deseabas tener hijos y, en la actualidad, todo son dudas.
En primer lugar, no saber si quieres o no ser mamá es una experiencia normal y comprensible. Lo cierto es que hay pocos espacios donde una pueda valorar esta realidad sin sentirse juzgada. Por ello, te animamos a que explores con calma y autocompasión esa duda, teniendo claro que tal decisión te atañe solo a ti. Lo que decidas estará bien y, para tal fin, te proponemos reflexionar en varias cuestiones.
Ser madre, una decisión y una responsabilidad
Algo que vemos con frecuencia en las generaciones de nuestras madres o abuelas es que muchas de ellas ni tan solo se plantearon este paso. Tuvieron hijos porque «era lo que tocaba» o porque era lo socialmente esperable. Esto explica la razón de por qué algunas personas crecieron sin sentirse amadas y arrastran en la edad adulta más de una herida emocional no resuelta.
La maternidad es un ejercicio de responsabilidad que reconstruye tu identidad y que demanda de ti valiosas habilidades. Es una tarea que durará toda la vida y en la que deberás demostrar empatía, paciencia e inteligencia emocional. Además, está muy influenciada por factores internos, como tus experiencias previas, y externos, como el apoyo social que tengas. Veamos algunas preguntas que pueden ayudar a decidirte.
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1. ¿Por qué estoy considerando ser mamá o no en este momento?
Si has llegado a este artículo es porque tienes inquietudes y hay algo en ti que encendió este dilema. Te invitamos, antes de nada, a preguntarte qué realidades resuenan ahora en ti para valorar el tener un hijo. Algunas mujeres empiezan a profundizar en esta realidad motivadas por factores externos, como ver a sus amigas iniciar esta etapa.
Comprender si tus razones surgen de un auténtico anhelo personal o de presiones externas sobre la maternidad contribuye a tomar una decisión más consciente. Recuerda que, muchas veces, las mujeres estamos condicionadas por narrativas sociales y culturales. Tal acto es un paso que debes dar en sintonía con tus auténticos deseos.
2. ¿Estoy emocionalmente preparada para los desafíos de la maternidad?
Nadie puede prever lo que sucederá a lo largo de tu maternidad. Cada realidad es única. No obstante, convertirse en madre implica siempre grandes dosis de habilidades psicoemocionales. Un trabajo divulgado en Midwifery destaca que muchas mujeres suelen sentirse estresadas al ver cómo, de algún modo, pierden el control sobre sus vidas en las primeras etapas del embarazo y después del nacimiento.
La maternidad implica paciencia, resiliencia y también sanar muchas de tus heridas psicológicas; como es el caso de los traumas, los cuales pueden afectar la crianza y educación de nuestros hijos. Reflexionar sobre la capacidad para gestionar estas realidades es indicador importante de preparación.
3. ¿Estoy lista para priorizar las necesidades de otra persona frente las mías?
Nos encantaría vivir en esas sociedades ideales donde compaginar la maternidad con el trabajo no fuese un problema. Pero ser mamá significa, en ocasiones, sacrificar parte de tu tiempo, energía y puede que hasta tus proyectos personales. Evaluar si estás dispuesta a asumir estos cambios evitaría arrepentimientos futuros.
4. ¿Cuál es mi situación económica y cómo influye en mi decisión?
Muchos dirían que esta debería ser la primera cuestión que atender antes de dar el paso hacia la maternidad. Y las razones son evidentes: tener un hijo conlleva costos importantes. Considerar la estabilidad económica actual y las proyecciones futuras es esencial para decidir de forma madura y responsable.
Tanto si quieres hacerlo en soledad o en pareja, es necesario contemplar si ese aspecto monetario lo tienes garantizado y qué tipo de vida te gustaría dar a tu hijo. ¿A qué clase de colegios te gustaría que fuera? ¿Quisieras apuntarlo en actividades extraescolares? ¿Podrías ofrecerle apoyos psicoterapéuticos si presentara alguna necesidad especial?
5. ¿Mi pareja quiere dar ese paso? ¿Sería una figura enriquecedora para mi hijo?
A la hora de saber si quieres iniciarte en la maternidad, es fundamental tener en cuenta a esa otra figura tan decisiva en tu vida: tu pareja (en caso de que la tengas). ¿Está de acuerdo con ese deseo? Recuerda que en una relación debe existir un consenso claro en este tema. Si se diera el caso de que no quisiera dar ese paso y tú sí, analiza si podrías tener una vida a su lado sintiendo ese vacío.
Por otra parte, piensa si quien amas ejercería bien su papel en la educación y crianza de ese bebé. ¿Es alguien comprensivo? ¿Sabe manejar bien sus emociones? ¿Es una persona respetuosa y cariñosa? ¿Sería esa figura inspiradora capaz de sostener y guiar a un niño en su desarrollo hasta la madurez? Vale la pena reflexionar en esta dimensión.
6. ¿Estoy en la edad adecuada? ¿Cómo valoro mi ánimo y disposición?
Tal y como señalan en una investigación realizada en University Hospital of Würzburg (Alemania), la maternidad tardía está en aumento. Cada vez es más frecuente ser madre en los cuarenta, momento en que, por lo general, se alcanza la estabilidad económica. Ahora bien, puede que estés en la edad adecuada para dar ese paso (entre los 20 y 30 años), pero, aun así, no estés preparada.
A veces, la edad biológica no siempre está en sintonía con el deseo de ser mamá. Y que sientas esto es entendible y permisible. Así que, más allá de los años que tengas, están tus ganas, tus ánimos y disposición. No pasa nada si decides aplazar ese momento. Tampoco si tu deseos de tener un hijo son firmes y tu entorno te dice que aún eres joven. Si lo has meditado bien, la decisión es solo tuya.
7. ¿Cómo afrontaría tener que optar por otros medios para tener un hijo?
En ocasiones, cuando por fin decides tener un hijo, descubres que no puedes. Esto implica no solo hacer frente a procesos complicados como la adopción o muy duros como la reproducción asistida, sino también a los altibajos emocionales que se derivan de ellos. Por ejemplo, los tratamientos pueden fallar y, en ciertos casos, se pueden sufrir pérdidas gestacionales. Son vivencias de gran impacto psicológico que se transitan en silencio en nuestra sociedad.
Por tanto, para saber si deseas tener un hijo, hay que dejar espacio a las posibles dificultades que puedan surgir en este proceso. Aunque esto es algo que no podemos saber, a veces, todo sale de la mejor manera. Otras, debes prepararte para asumir desafíos que nunca habías imaginado.
8. ¿Qué apoyo tengo en mi círculo cercano para criar a un hijo?
Hay un proverbio africano muy hermoso que nos recuerda aquello de que «para criar a un niño hace falta una tribu». El apoyo del entorno es clave durante la maternidad y la crianza; es más, como desataca un artículo en BMC Public Health, mejora la autoeficacia parental. Al fin y al cabo, resulta muy complicado asumir esa labor las 24 horas en soledad o con tu pareja.
Delegar de vez en cuando en tu familia y amigos ciertas tareas no solo te servirá de ayuda, sino que los niños también se enriquecen del contacto con esos lazos sociales que van más allá del propio hogar. En este test para saber si quieres ser madre, la presente cuestión es una esfera que conviene meditar.
9. ¿Estoy preparada para criar un hijo en esta sociedad?
Criar un hijo en la actual sociedad implica, en primer lugar, tener que compaginar jornadas laborales extensas con la necesidad de dedicar tiempo de calidad a los niños. Además, está esa exposición temprana de los más pequeños a la tecnología y los problemas que de ello se desprenden. Establecerles límites y guiarles para que desarrollen buenas habilidades sociales y emocionales es básico.
Asimismo, piensa que el cuidado de la salud mental de los hijos se ha vuelto prioritario en un mundo donde la ansiedad, el bullying o los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son comunes. En este contexto, a la par, persiste cierta presión sobre la mujer, instándonos siempre a ser «las madres perfectas».
10. ¿Qué miedos tengo respecto a ser mamá y de dónde provienen?
Uno de los miedos más recurrentes que solemos tener a la hora de ser madres es cometer los mismos errores que nuestros padres. Puede que te asuste no estar a la altura, caer en la sobreprotección, ser muy permisiva o incluso no saber cómo reaccionar ante cada problema. Otras mujeres, por su parte, temen perder su libertad o arrepentirse algún día de haber dado este paso.
Sea como sea, ten en cuenta que nada genera más miedo que ser madre y lidiar con dudas. Ahonda en esas dimensiones internas, sopésalas, mira a través de ellas y dialoga con esos temores. Al hacerlo, verás que muchos son del todo irracionales. Otros pueden revelarte algo que quizá debas resolver.
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Cualquier decisión que tomes será válida
El hecho de que te preguntes si deseas ser madre y estés leyendo este texto dice mucho de ti. Significa que, decidas lo que decidas, será un acto maduro y meditado. Y estará bien, porque refleja, al fin y al cabo, la conciencia de la responsabilidad que implica traer una vida al mundo. Cabe decir que, en nuestra sociedad, las mujeres recibimos una gran presión en esta materia.
Por ello, es necesario regalarte un espacio de autoconocimiento y de análisis para hablar contigo misma sin presiones o ruido externo. Solo así tomarás una decisión alineada con tus valores, deseos y circunstancias personales. Lo importante es confiar en ti y, sea cual sea tu elección, tendrá un sentido pleno y auténtico.
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