Descubriendo las parafilias

Cuando la satisfacción sexual va de la mano de intereses o prácticas que distan de lo normativo, se habla de parafilias. Si estas producen malestar o daño a otros, se trata de trastornos parafílicos, como la pedofilia.
Descubriendo las parafilias
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Adriana Díez

Última actualización: 19 septiembre, 2024

En las parafilias, la excitación sexual involucra o depende de objetos, situaciones o estímulos que no suelen generar placer en la mayoría de las personas. Son atípicas, pero no siempre problemáticas. Algunas fuentes estiman que existen cerca de 550 tipos de parafilias.

Unas de las más curiosas son la fermininofilia (atracción sexual hacia persona u objetos que se consideran feos o desagradables), ripofilia (atracción por la suciedad) y la coulrofilia (atracción hacia los payasos). Entre las más habituales se encuentran el sadismo, el masoquismo y el voyeurismo.

Diferencias entre una parafilia y un trastorno parafílico

Empecemos por el principio. Para comprender mejor el término «parafilia», es útil saber de dónde viene. La raíz ‘para-” significa ‘al margen de’ y ‘-filia’ significa ‘amor’. Puede entenderse entonces como ‘un amor al margen de lo habitual’, refiriéndose a intereses sexuales que se desvían de lo que se considera típico.

Pero, hoy en día entendemos que el mundo sexual es diverso y variado. La cuestión de qué es normal o anormal en la sexualidad es aún un objeto de debate. Al respecto, los sexólogos Wardell Pomeory y Alfred C. Kinsey (1965) propusieron cinco criterios para evaluar la «normalidad» de un comportamiento sexual:

  • Estadístico: la mayoría de las personas lo practica.
  • Biológico: es común entre primates u otros mamíferos.
  • Legal: las leyes sobre la sexualidad lo respaldan y permiten.
  • Moral: está en línea con las creencias y valores morales de la comunidad.
  • Social: es aceptado por la mayoría y no perjudica a otros en su contexto social.

La parafilia es una condición necesaria, pero no suficiente para tener un trastorno parafílico. El DSM- V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) define a un trastorno parafílico como una parafilia que causa angustia clínica significativa o deterioro en el funcionamiento de la persona debido a sus tendencias sexuales, y no solo por el repudio social. Además, puede implicar actos no consensuados o que ponen en riesgo la seguridad propia o ajena.

Parafilias más comunes

Es crucial aclarar que, entre las parafilias, algunas prácticas constituyen delitos graves, como la pedofilia y el exhibicionismo. Sin embargo, otras se llevan a cabo de manera consensuada entre adultos o se mantienen en el plano de la fantasía, por lo cual no son ilegales ni tienen por qué suponer un conflicto.

A continuación, analizamos las más frecuentes y mencionamos algunos datos curiosos de ellas:

1. Sadismo sexual

El sadismo consiste en obtener placer sexual al infringir dolor, sufrimiento o humillación a otra persona. Puede manifestarse en las prácticas específicas dentro del BDSM (Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo).

Hay investigaciones que asocian al sadismo con comportamientos criminales, ya sea de carácter sexual o no; aunque, por supuesto, no todas las personas con tendencias sádicas son delincuentes o tienen conductas antisociales.

2. Masoquismo sexual

Se refiere a la búsqueda y disfrute del dolor, la humillación o el sufrimiento como parte de la excitación sexual. Puede manifestarse de distintas formas, desde juegos de roles en los que una persona asume un papel de sumisión en una dinámica de poder, hasta prácticas físicas que involucran dolor o restricción como ataduras, golpes, entre otros.



3. Voyeurismo

El voyeurismo describe el placer que algunas personas obtienen al observar a otros en situaciones privadas o íntimas, sin que ellos lo sepan. Esto puede incluir espiar a otros, mientras están desnudos, se cambian o tienen sexo. En muchos países, estos comportamientos son ilegales porque violan la privacidad y el consentimiento de las personas involucradas.

4. Exhibicionismo

En este caso, las personas se excitan al mostrar sus genitales o su cuerpo desnudo a otros, sin su consentimiento. El exhibicionismo es más común en hombres y a menudo se realiza en lugares públicos frente a mujeres o niños. Se considera un delito.

5. Fetichismo

Se trata de una de las parafilias más comunes y, a comparación de otras, suele ser menos propenso a convertirse en un trastorno parafílico. El fetichismo implica obtener placer sexual a partir de objetos inanimados específicos, zonas del cuerpo no genitales o situaciones que no son típicas en las prácticas sexuales. Por poner algunos ejemplos; zapatos, otras prendas de ropa o los pies.

6. Fetichismo travestista

Es un tipo específico de fetichismo donde una persona obtiene placer sexual al vestirse o imaginarse vestida con ropa que culturalmente se asocia con el género opuesto. Aunque el DSM-V abarca a los géneros femenino y masculino, esta tendencia suele vincularse a hombres vestidos como mujeres.

En cualquier caso, esta parafilia no implica una identificación o deseo de vivir como el género opuesto fuera del contexto sexual.

7. Pedofilia

La persona pedófila siente atracción sexual hacia niños, niñas o púberes, en general menores de 13 años. Esto puede manifestarse tanto en deseos o fantasías sexuales, así como en comportamientos ilícitos serios como la posesión de pornografía infantil o el abuso sexual infantil.

8. Zoofilia

Esta parafilia implica tener deseos sexuales con animales o participar en actos sexuales con ellos. En el DSM-V se menciona bajo la categoría «Otro trastorno parafílico especificado».

Aunque las personas con zoofilia son conscientes de que su comportamiento es ilegal, lo interpretan como una forma de amor. Creen que eliminarla del DSM podría ayudar a reducir el estigma. Además, tal como indica un estudio publicado en Journal of Forensic and Legal Medicine, consideran que el sexo con animales es mejor que el sexo humanos.

9. Necrofilia

Esta práctica se caracteriza por la atracción sexual hacia cadáveres y puede incluir actividades sexuales con cuerpos muertos. La necrofilia se considera una violación de las normas sociales y éticas, además de ser un delito grave que implica la profanación de cuerpos.

Debido a la gravedad de sus crímenes y la cobertura mediática que recibió, el caso de Jeffrey Dahmer es uno de los más conocidos y perturbadores, en relación con el canibalismo y la necrofilia.

10. Froteurismo

También llamado frotismo, el froteurismo es una parafilia en la que una persona se excita al frotarse contra alguien sin su consentimiento. Esto suele practicarse en lugares concurridos donde el contacto físico se produce sin que la otra persona lo haya consentido, como transportes públicos o eventos con aglomeración de gente. Es una forma de abuso sexual.

11. Gerontofilia

Es el interés sexual hacia personas ancianas o mucho mayores que quien lo experimenta. Puede incluir tanto fantasías como actos sexuales con personas de edad avanzada.

La gerontofilia solo se considera problemática si causa malestar significativo o daño. Si no, es tan solo un comportamiento poco convencional.

12. Autonepiofilia

La persona con autonepiofilia alcanza la excitación sexual al recrear el rol de un bebé o niño pequeño durante la actividad sexual. Puede vestirse con ropa infantil, usar pañales, gatear o hablar como bebé. Además, pueden buscar que su pareja participe en la fantasía, realizando actividades como «darle el pecho», alimentar o cambiar los pañales.

13. Escatología telefónica

En este caso, la fuente de excitación son las conversaciones telefónicas sobre temas relacionados con la defecación y el excremento. Pueden incluir descripciones o evocaciones de actos escatológicos, de forma implícita o explícita.

14. Coprofilia

Vinculada con la anterior, la coprofilia se trata de la excitación obtenida a través del contacto con los excrementos, ya sea al ver, tocar, jugar o manipular de otras formas las heces. También, puede incluir prácticas como defecar sobre un cuerpo ajeno o hacer que alguien más defeque sobre uno.

15. Clismafilia

Es una parafilia en la que una persona siente placer sexual a través de la introducción de líquidos en el recto mediante un enema. Es más común que la gratificación se experimente al recibir esta estimulación que al administrarla.

16. Urofilia

La urofilia es una parafilia en la que el contacto con la orina provoca excitación sexual. Puede abarcar una variedad de prácticas, tales como ver, oler o tocar pis, e incluirlo en juegos eróticos. Un ejemplo específico es la «lluvia dorada», donde la satisfacción se busca a través de la exposición al flujo de orina sobre el cuerpo.

17. Asfixiofilia

Quien experimenta asfixiofilia (también conocida como hipoxifilia) disfruta al restringir, de forma intencional y temporal, la respiración de su pareja sexual. Se usan ligaduras alrededor del cuello o se cubre la cabeza para limitar la entrada de aire.

Se trata de una práctica erótica peligrosa que puede llevar a consecuencias graves, si no se maneja con extrema precaución.

Tratamientos para trastornos parafílicos

Como ya se mencionó antes, las parafilias no necesitan ser tratadas. Eso significa que si, por ejemplo, tienes un fetiche por los globos y esto no te produce angustia, no implica riesgos para ti ni para otros, ni infringe los derechos de nadie, no hay motivo para buscar asistencia.

Pero, los trastornos parafílicos sí requieren de intervención ya que causan gran sufrimiento, afectan la vida diaria o involucran comportamientos peligrosos o no consensuados. Aquí el tratamiento debe ser multidisciplinario e integral.

En el plano psicológico se utilizan enfoques como los siguientes:

  • Intervenciones cognitivo-conductuales: para ayudar a modificar patrones de pensamiento y comportamientos problemáticos. La terapia también puede incluir técnicas de exposición y prevención de respuesta para reducir la incidencia de respuestas problema.
  • Terapia de pareja o familiar: para abordar las dinámicas relacionales y mejorar la comunicación.
  • Psicoeducación: para educar al paciente y a su entorno sobre el trastorno y las estrategias de manejo.

En el aspecto farmacológico, los profesionales tratantes suelen optar por:

  • Inhibidores selectivos de la serotonina (ISRS): como la sertralina.
  • Análogos esteroides sintéticos o análogos de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH): para disminuir los niveles hormonales, y por ende, los impulsos sexuales.

No obstante, es importante señalar que las personas con trastornos parafílicos rara vez buscan ayuda profesional, en especial, si implican delitos graves. Esto se debe a factores como la falta de conciencia sobre el problema, la dificultad al abandonar comportamientos que les resultan satisfactorios, el temor al juicio social y las posibles repercusiones legales.

Por ejemplo, un estudio publicado en Journal of Child Sexual Abuse indica que solo el 20 % de las personas con pedofilia de su muestra intentaron conversar con alguien sobre sus intereses sexuales inapropiados antes de su detención.

Es crucial trabajar en la prevención mediante programas educativos, psicoeducación para la comunidad, líneas de ayuda y consejería anónima.

Un espectro amplio y diverso

Al profundizar en las parafilias, entendemos que a cada uno le puede excitar una cosa u otra, según su historia, su aprendizaje o lo que ha visto. A veces, incluso, podemos no saber por qué encontramos satisfacción sexual en cosas diferentes. En los gustos, al igual que con las personas, no hay nada escrito.

En este artículo, hemos aprendido que todo aquello que no domine al sujeto ni genere un sufrimiento para nadie es algo libre y válido. Ahora bien, cuando estos intereses sexuales causan malestar o representan un riesgo para la seguridad de uno o de terceros, entonces entramos en el ámbito de los trastornos parafílicos.


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