Despedida a Quino, el inolvidable padre de Mafalda
Cuando Quino creó a Mafalda, allá por 1964, los demás dibujantes le recomendaron que no se centrara solo en un solo personaje. Podría ser un trabajo esclavo y limitaría su potencial artístico. Sin embargo, aquella niña irreverente conquistó el mundo y su padre tardó unos años más en desprenderse de ella.
Como suele ocurrir en esos casos en que un personaje adquiere una trascendencia tan poderosa a nivel cultural, es casi imposible separar al creador de su criatura. Lo mismo le ocurrió, por ejemplo, a Arthur Conan Doyle, padre de Sherlock Holmes. Joaquín Salvador Lavado Tejón, conocido bajo el pseudónimo Quino, jamás pudo librarse tampoco de Mafalda.
Así, a pesar de dejarla para siempre en 1973 tras haber dibujado cerca de 1928 tiras contando sus peripecias y desahogando sus ideas sobre los poderosos y los avasallados, la sombra de su pequeña criatura lo persiguió para siempre. Porque, casi sin saberlo, este argentino de excepcional mirada crítica había dado al mundo una de las figuras culturales más trascendentes…
Adiós a Quino, un dibujante y humorista gráfico inolvidable
Joaquín Salvador Lavado, conocido como Quino, nos sorprendió este 30 de septiembre con su pérdida a los 88 años. El mundo del humor gráfico, de la cultura y de la crítica social se ha quedado más huérfano tras su fallecimiento.
A pesar de ello, como siempre sucede con quien logra adentrarse en la memoria colectiva de varias generaciones, nunca se muere del todo. Al fin y al cabo, la auténtica muerte llega con el olvido y tanto el propio Quino como su contestataria hija seguirán habitando entre nosotros de infinitas maneras.
Mafalda será como Peter Pan, una criatura que jamás crecerá, que seguirá siendo una niña para darnos lecciones de sabiduría, de libertad y de reflexión para siempre. Porque, a pesar de que su última tira cómica apareciera a principios de los 70, su humor sigue estando de rabiosa actualidad.
¿Quién era Joaquín Salvador Lavado Tejón (Quino)?
Joaquín Salvador Lavado nació en Guaymallén, Argentina, en 1932. Sus padres eran españoles y decidieron llamarlo Quino desde bien pequeño para distinguirlo de su tío, el ilustrador Joaquín. De hecho, fue este quien le hizo desear esa misma carrera profesional.
Estudió en la escuela de Bellas Artes de Mendoza. Con poco más de 17 años, ya había perdido a sus dos progenitores y fue entonces cuando decidió abandonar sus estudios y probar suerte en aquello que más amaba: las historietas cómicas.
A partir de 1954, empezó a colaborar en varias revistas, también en diversos medios publicitarios como dibujante. Ahora bien, fue a partir de 1963 cuando su vida dio un giro. Fue tras ser contratado por Agens Publicidad con el fin de promocionar la marca electrodomésticos Mansfield. Se le pidió que creara una tira cómica semejante a la de Peanuts, con algún chico como protagonista, uno cuyo nombre empezara por “M”.
Ahora bien, la propuesta que les presentó Quino no les gustó, pero sí a Joaquín Delgado, director de la revista Primera Plana. Quino, que simpatizaba con el movimiento feminista, decidió que la protagonista de aquellas tiras debía ser una niña.
Pero aquella niña que creó en su mente era un tanto peculiar. Era una pequeña temeraria y contestona que vivía con sus padres en un apartamento de Buenos Aires. No era ni rica ni pobre, le fascinaban los libros, tenía una radio para escuchar a The Beatles y las noticias y, además, tenía un globo terráqueo…
¿Qué lecciones nos dejó Quino a través de Mafalda?
Quino se valió de la figura de una niña argentina como cualquiera en aquella época, para darle la voz y el pensamiento de un adulto. De algún modo, siguió la misma línea que las tiras de los Peanuts con Charly Brown y Snoopy. Posiblemente, ni él mismo auguró nunca el éxito que le traería aquella original criatura nacida en 1964.
Mafalda se convirtió en la niña más popular de Latinoamérica y, al poco, no tardó en cosechar los mismos éxitos en Europa. La razón de ello se explica en que la voz crítica de ese personaje, aparentemente tan arraigado a la cultura argentina, hablaba de hechos que, en realidad, eran universales y también atemporales.
No importa de dónde seamos o en qué momento nos encontremos, las palabras de Mafalda siempre resuenan, siempre arrancan una sonrisa y nos hacen pensar.
Estos son solo algunos ejemplos.
«Resulta que si uno no se apura a cambiar el mundo, después es el mundo el que lo cambia a uno»
Con esta idea Quino nos hace reflexionar sobre algo que nunca deja de sucederse. No importa la época, no importa el momento. Uno siempre sueña con emprender, con crear algo nuevo, con transformar la sociedad y dejar atrás los viejos modelos. Sin embargo, al final, llega un momento en el que nos dejamos llevar por la corriente y acabamos derivando en los mismos modelos caducos, casi sin darnos cuenta…
«Como siempre: lo urgente no deja tiempo para lo importante»
Frase inolvidable de Mafalda. No importa que el personaje de Quino cuente ya con más de 50 años… Sus razonamientos son aplicables ahora más que nunca. Somos esa sociedad enferma de prisas, alineada por la inmediatez que ya no deja espacio ni dispone de tiempo para lo verdaderamente importante…
«Comienza tu día con una sonrisa y verás lo divertido que es ir por ahí desentonando con todo el mundo»
Malfalda era contestataria, ingeniosa, rebelde, defensora de la libertad y, por encima de todo, extraordinaria. Esta fue sin duda uno de sus mensajes más míticos… En un mundo de rostros serios, en un escenario social marcado por las preocupaciones y las cavilaciones perpetúas ¿qué tal si lo desafiamos marcándonos una gran sonrisa?
Para concluir, Quino nos dejó quizá en sus tiras un arquetipo social del inconformismo que todos deberíamos integrar en nuestro interior. Adquirir una visión crítica sobre las cosas es una forma excepcional de revalorar nuestra realidad, de transformarla y hacerla mejor… Estos días le decimos adiós a uno de los dibujantes más entrañables de nuestra cultura pero la verdad es que su obra, su niña talentosa, siempre estará con nosotros.