Diferencias entre sadismo, masoquismo y sadomasoquismo
El sadismo y el masoquismo comparten algunos aspectos, pero su diferencia crucial radica en el objetivo de cada caso. Mientras que la persona masoquista se centra en la búsqueda de placer a través del sufrimiento propio, la persona sádica encuentra satisfacción en la provocación de dolor en los demás.
Las características particulares de estos individuos hacen que sus vínculos sean más complejos de lo habitual, lo que contribuye a la dependencia emocional y malestar general. Indaguemos al respecto.
Entendiendo los conceptos
Pese a que, a menudo, se asocian con actividades sexuales, estas preferencias psicológicas se extienden a otras áreas de la vida, como la emocional. Es notorio cómo tales inclinaciones influyen en las dinámicas de las relaciones interpersonales, tanto en parejas como en otros tipos de vínculos de amistad o laborales.
Antes de adentrarnos en la manifestación de estos perfiles psicológicos en la vida cotidiana y su impacto en los vínculos, es fundamental definir y diferenciar con exactitud los términos sadismo, masoquismo y sadomasoquismo.
Sadismo
Esta es una tendencia psicológica en la que una persona obtiene placer al provocar dolor, sufrimiento o humillación a alguien más. El término proviene del nombre de Marqués de Sade, un escritor y dramaturgo francés del siglo XVIII conocido por sus obras sobre violencia y sexualidad.
Masoquismo
Se trata de una predisposición psicológica en la que una persona encuentra placer o gratificación al recibir dolor, humillación o sufrimiento. En este caso, el concepto tiene su raíz en el nombre del autor austriaco Leopold von Sacher-Masoch, quien exploró temas de dominación y sumisión en sus obras literarias.
Sadomasoquismo
Como su nombre lo indica, el sadomasoquismo combina ambas tendencias. En el aspecto sexual, se refiere al tipo de prácticas donde una persona asume un papel dominante y la otra un rol de sumisión. Puede ser intercambiable y manifestarse en diferentes formas y grados.
¿Cuál es la diferencia entre el masoquismo y el sadismo?
En líneas generales, la principal diferencia entre el masoquismo y el sadismo radica en las motivaciones y orientaciones hacia el dolor. Como ya dijimos, mientras que una persona sádica obtiene placer al provocar dolor, alguien masoquista lo halla al ser receptora de este.
Ahora bien, ¿qué impulsa a cada uno hacia estas conductas? La persona sádica causaría el dolor como una forma de afirmar su superioridad o en busca de una sensación de poder y control.
En el caso del masoquismo, la autoestima baja suele asociarse a las motivaciones detrás de la búsqueda de sufrimiento, la culpa internalizada o la necesidad de castigo.
Perfil psicológico de la persona sádica
Una persona sádica siente satisfacción al dominar a otros, a menudo, con una baja o nula empatía y una inclinación hacia la manipulación emocional en sus relaciones. Es posible que muestre un patrón de comportamiento que incluye el control, la intimidación o el chantaje para satisfacer sus deseos o necesidades.
De igual modo, tiene una visión exagerada sobre sí misma y busca la admiración y atención de los demás a través de su comportamiento dominante. No obstante, no es inusual que, a pesar de la aparente seguridad, oculten una autoestima frágil que intentan compensar.
En el plano sexual, causar sufrimiento físico o emocional a su pareja les provoca excitación. Es esencial aclarar que, siempre y cuando ambas partes estén de acuerdo y no existan riesgos, no hay nada problemático en esta práctica.
Pero si estas tendencias ya no reflejan juegos de roles sexuales, sino una forma de violencia, hablaríamos de una parafilia, como el trastorno de sadismo sexual. En este escenario, la persona actúa en contra de la voluntad del otro o experimenta malestar o deterioro significativo en diversas áreas vitales.
Perfil psicológico de la persona masoquista
Alguien masoquista suele buscar de forma activa situaciones que le causen malestar o sufrimiento, ya que encuentran placer en ello, por más paradójico que suene. Es común verlas envueltas en relaciones de dependencia emocional, con parejas dominantes o autoritarias que refuercen su sentido de indignidad y merecimiento de castigo.
En estos vínculos, asumen papeles sumisos y entregados, al término que sacrifican sus propios deseos y necesidades para complacer al otro. Por ejemplo, alguien con tendencia masoquista podría permitir que su pareja tome decisiones en su lugar sobre aspectos personales, como la elección de actividades o la gestión financiera, con la consecuencia de renunciar a su autonomía.
Es habitual que tengan problemas de autoestima, sintiéndose indignas de amor y respeto. En lugar de preferir formas saludables de mejorar su autoconcepto, son individuos que tienden a envolverse en un ciclo autodestructivo donde el sufrimiento es una manera de fortalecer esas creencias negativas sobre sí. El autosabotaje es moneda corriente en este perfil.
Dentro de la esfera sexual, es común que se exciten al sentirse vulnerables y denigrados, ya que se inclinan por la humillación como forma de satisfacción. Al igual que el trastorno de sadismo sexual, el trastorno de masoquismo sexual solo se considera una parafilia cuando las prácticas, los deseos o las fantasías interfieren de forma negativa y significativa en la vida diaria de la persona.
¿Cómo se ven las diferencias entre el masoquismo y el sadismo en ejemplos de la vida cotidiana?
Los siguientes ejemplos ilustran cómo, aun con sus diferencias, tanto el sadismo como el masoquismo, pueden manifestarse en distintos aspectos de la vida. Representan formas en las que las personas pueden buscar placer a través del dolor propio o ajeno.
Relaciones de pareja
- Sadismo: una persona que humilla, denigra e incluso golpea a su pareja, y siente placer al hacerlo.
- Masoquismo: alguien que permanece en una relación abusiva donde se expone al maltrato emocional o físico de forma continua.
Ambiente laboral
- Sadismo: un jefe que disfruta tratar de manera humillante, despectiva y agresiva a los miembros de su equipo de trabajo.
- Masoquismo: un empleado que no solo no marca límites al ser explotado y maltratado en su espacio de trabajo, sino que encuentra cierta satisfacción en ello.
Interacciones sociales
- Sadismo: un individuo que hace comentarios hirientes a otros en reuniones sociales, y siente placer al ver la incomodidad o malestar que causan.
- Masoquismo: una persona que se ridiculiza a sí misma ante los demás. Sacrifica su propia dignidad con tal de obtener aceptación o reconocimiento.
La destrucción como punto en común
En ambas tendencias, las dinámicas de poder, sumisión y placer se entrelazan con la idea de desintegración y agresión. Bajo la teoría psicoanalítica, las dos podrían estar relacionados con el concepto de pulsión de muerte, aquella tendencia intrínseca hacia la destrucción, que se contrapone con la pulsión de vida.
La persona masoquista suele tener comportamientos autodestructivos. Se somete a situaciones dolorosas, incómodas o denigrantes, lo que puede interpretarse como una forma de autorrechazo o autoaniquilación psicológica.
Mientras, el sadismo refleja la forma externa de destructividad. El individuo convierte la agresión en un medio para alcanzar un placer perverso.
No saques conclusiones apresuradas
En esta lectura aprendimos la diferencia entre el sadismo y masoquismo desde un punto de vista psicológico, con ejemplos cotidianos para entender mejor ambos conceptos tan complejos. Puede que te hayas identificado con algunos de los puntos mencionados, o que los reconocieras en personas de tu entorno.
Sin embargo, es crucial recordar que debes utilizar esta información como una guía general y no como una base para sacar conclusiones determinantes sobre ti o alguien más. El sadismo y el masoquismo pueden manifestarse en diferentes grados y de modo singular en cada persona, y solo un profesional capacitado puede realizar un diagnóstico preciso.
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