Qué es la dependencia emocional: causas, síntomas y consecuencias

La falta de dependencia emocional está relacionada con la baja autoestima, y afecta de manera significativa las relaciones interpersonales. Si quieres saber más sobre ella y sus efectos, ¡sigue leyendo!
Qué es la dependencia emocional: causas, síntomas y consecuencias
José Padilla

Revisado y aprobado por el psicólogo José Padilla.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 29 enero, 2024

Los seres humanos somos sociales por naturaleza y necesitamos de la compañía de los demás para sobrellevar el día a día y crear lazos significativos con nuestros seres queridos. Sin embargo, ¿qué sucede cuando la dependencia emocional comienza a manifestarse y qué síntomas puede ocasionar? Sigue leyendo y descubre cuáles son las causas y consecuencias de este nocivo comportamiento.

En una sociedad marcada por las relaciones efímeras y la poca responsabilidad afectiva, muchas personas con baja autoestima o incapacidad para establecer relaciones saludables suelen sufrir de este problema. Una necesidad constante de atención, cuidado y afecto que tiene graves secuelas en la salud mental de los afectados y puede manifestarse en sus relaciones amorosas, amistosas o familiares.

¿Qué es la dependencia emocional?

Se trata de un patrón de comportamiento que se caracteriza por una necesidad excesiva de atención, afecto, aprobación o validación por parte de una persona significativa, generalmente, la pareja amorosa.

En consecuencia, el individuo dependiente siente una fuerte obligación de mantener una relación cercana y sumisa con la otra persona. Esto puede llevar a una sensación de incapacidad para vivir sin ella.

Una investigación publicada en Anales de psicología reveló que esta falta de independencia afectiva está muy relacionada con el abuso del Internet y los dispositivos móviles. Algo que afecta a los jóvenes  y genera una necesidad impulsiva de estar conectados.

Sin atención especializada, este comportamiento problemático y dañino puede ocasionar situaciones de abuso emocional. En consecuencia, buscar ayuda profesional es una buena opción para mejorar la percepción y compresión de los sentimientos y emociones, abordar con madurez el problema y encontrar maneras saludables de establecer relaciones interpersonales.



Síntomas de la dependencia emocional

En cualquier tipo de relación, la dependencia se nota en una serie de síntomas que indican que la persona tienen un apego desproporcionado hacia su pareja, amigo o familiar. Esta forma de vincularse es poco saludable y afecta el desarrollo y el bienestar emocional y psicológico del dependiente. Veamos algunos de sus síntomas y signos más característicos.

  • Preocupación excesiva por la posibilidad ser abandonado.
  • Necesidad de ser cuidado.
  • Comportamientos sumisos.
  • Sentimiento de insuficiencia si la otra persona no está.
  • Búsqueda constante de aprobación y afecto.
  • Complacencia compulsiva.
  • Priorización de las necesidades y deseos de la otra persona.
  • Incapacidad de tomar decisiones cruciales sin la aprobación, supervisión o apoyo del otro.
  • Falta de establecimiento y de respeto de límites.
  • Manipulación emocional para evitar la separación.
  • Aceptación y justificación de comportamientos abusivos por parte de quien se depende.
  • Dificultades para manifestar desacuerdos.
  • Problemas para iniciar proyectos o hacer cosas nuevas por sí mismo.
  • Sentimientos de indefensión o incomodidad al estar solo.
  • Pasividad y delegación de responsabilidades.
  • Falta de confianza en sí mismo y búsqueda de ayuda o apoyo constante.

Depender de alguien más puede tener un impacto desfavorable en el bienestar y la calidad de vida de ambas personas. Si te sientes identificado con alguno de estos síntomas, o si alguien cercano demuestra un apego excesivo hacia ti, solicita apoyo profesional.

Causas de la dependencia emocional

Cada persona cuenta con un pasado único que los hace quienes son y moldea la manera en la que percibe el mundo y las relaciones sociales. Por tanto, sus causas son complejas, multifactoriales y pueden variar en cada individuo. Veamos algunas de ellas.

1. Falta de autoestima

Autoestima y dependencia emocional están relacionadas. El poco amor propio y la falta de confianza en algunos puede llevarlos a la necesidad de buscar la validación y la aprobación de otros para sentirse valorados y aceptados. Esto genera la dependencia y una búsqueda incesante de sentirse amados, apoyados o guiados.

La baja autoestima se expresa como una constante sensación de no ser adecuado, acompañada de una autocrítica excesiva, desvalorización y autorrechazo. Quien la padece no aprecia sus cualidades destacadas ni sus habilidades. También duda de sí mismo y tiende a delegar sus responsabilidades y decisiones en los demás.

2. Inseguridad

No tener confianza en la fortaleza de los vínculos afectivos es algo que puede hacer que algunos individuos se sientan vulnerables y busquen seguridad o protección en los otros. En consecuencia, se produce el apego desadaptativo.

La falta de seguridad en sí mismo del dependiente lo impulsa a conseguir sostén y garantías en otros. En las relaciones románticas, puede aparecer acompañada de celos o miedo a la soledad. Otros de sus síntomas son la dificultad para tomar decisiones sin consultar, falta de iniciativa y evitación de desafíos, así como comparaciones frecuentes.

3. Necesidad de afecto

La búsqueda de amor, de amistad y de atención es otra de sus causas, en especial, si el afectado no ha recibido suficiente cariño y calor humano en su vida. Apegarse de manera adaptativa a otro es, pues, una forma de compensar las carencias afectivas.

Esta necesidad se manifiesta a través de un apego desmedido, el establecimiento de lazos emocionales rápidos, la búsqueda de amor, atención y validación. Asimismo, puede expresarse mediante el miedo al abandono y a la confrontación, preocupación por la permanencia de la relación, sensibilidad al rechazo.

4. Padres dependientes

Otra de las principales causas de la dependencia emocional es haber vivido con padres dependientes. Los niños educados en este contexto familiar, no aprenden a desarrollar su independencia afectiva.

En cambio, crecen pensando que necesitan ser constantemente protegidos, apoyados y validados por otros. No aprenden a autovalidarse ni a regular sus propias emociones si no hay alguien gestionando sus malestares.

5. Traumas emocionales

Los eventos desafortunados del pasado dejan cicatrices profundas y duraderas que pueden afectar el reconocimiento de emociones y hacer que se busque seguridad y apoyo en seres queridos.

Los traumas emocionales pueden generar miedo a la soledad y dependencia, con la cual obtienen consuelo y seguridad. Estos problemas aparecen con una sensibilidad a la crítica, evitación de situaciones asociadas al trauma, y relaciones que compensan las pérdidas, carencias y dolores del pasado.

6. Situaciones abusivas en el pasado

Las víctimas de abuso emocional o físico pueden tener más probabilidades de desarrollarla, ya que suelen tener dificultades para establecer relaciones interpersonales saludables. Además, tienen problemas para poner límites y para confrontar el conflicto. Esto puede llevarlas tolerar los abusos y a justificar el maltrato.

Consecuencias de la dependencia emocional

Este tipo de apego merma la capacidad de autorrealizarse, ya que impide que el individuo tome decisiones por sí mismo y que inicie proyectos en los que podría hallar sentido y significado para su existencia. A largo plazo, esto podría generar mayores problemas de salud mental, como ansiedad o depresión.

Otro efecto negativo es la pérdida de la individualidad o fusión de la identidad. Esto conlleva el sacrificio del yo en favor de los intereses, pasiones, gustos e identidad de la otra persona. La vida termina girando entorno a quien se depende, lo que tiene como consecuencia un empobrecimiento de la experiencia vital.

La dependencia emocional afecta las relaciones interpersonales y la calidad de estas. Las interacciones empiezan a carecer de balance e igualdad porque hay una relación de poder basada en la necesidad, la aprobación y el cuidado. Esta dinámica es agotadora para la contraparte, quien debe hacerse cargo continuamente del dependiente. No resulta extraño que, con el tiempo, estos vínculos desemboquen en relaciones tóxicas.

A nivel social, puede conducir al aislamiento. Esto es así, ya que el dependiente centra toda su atención en la otra persona y descuida sus demás relaciones o compromisos. Así su red de apoyo se debilita, lo que exacerba su apego excesivo.

La idealización es otra de sus consecuencias. Este enaltecimiento puede resultar en una tolerancia poco saludable hacia comportamientos negativos abusivos, los cuales representan uno de los riesgo de la dependencia emocional en la pareja. Debido a que el otro es superior y perfecto, no hay motivos para reconocer sus fallas. Los defectos se ignoran y se magnifican las virtudes.

Intervenciones psicoterapeúticas para la dependencia emocional

Existen muchos modos de combatirla, pero los más comunes se concentran en el apego, la autoestima y el desarrollo de la autonomía. A continuación, revisaremos algunos de los tratamientos para la dependencia emocional.

Terapia del apego

La terapia basada en el apego se centra en desentrañar cómo los traumas y las necesidades emocionales afectan las relaciones actuales de una persona. Utilizando herramientas de diagnóstico como el sistema de codificación del apego del paciente (PACS), los terapeutas pueden determinar el tipo de apego y la estrategia de tratamiento adecuada.

Este enfoque terapéutico incluye técnicas como la terapia enfocada en las emociones y la terapia basada en la mentalización, las cuales son fundamentales para ayudar a los pacientes a desarrollar relaciones maduras y seguras, mejorando su comprensión de sí mismos y de sus interacciones con los demás.

Terapia de esquemas emocionales

Esta terapia ayuda a los pacientes a reconocer y modificar patrones de pensamiento y comportamiento desadaptativos. Además, fomenta la autoconciencia, la autocompasión y la autovalidación. También es capaz de desactivar conductas autodestructivas.

Es particularmente efectiva para individuos con trastorno de la personalidad dependiente. Esto es así porque promueve la independencia afectiva y la responsabilidad personal. Asimismo aumenta la conciencia y permite entender la satisfacción de las propias necesidades no puede quedar en manos de otra persona.

Terapia cognitivo-conductual

Es una opción de tratamiento robusta y científicamente validada. Es eficaz en el manejo de síntomas asociados como la ansiedad y la depresión. El enfoque principal de esta intervención es mejorar la autoestima y reformar el diálogo interno.

Además, busca equipar a los pacientes con estrategias para el autocuidado y la responsabilidad personal, y orientarlos hacia la formación de relaciones de pareja saludables. Esto tiene como consecuencia una vida más equilibrada y satisfactoria.

Terapia de aceptación y compromiso (ACT)

Es una forma de intervención enfocada en la aceptación de las experiencias, pensamientos y emociones. Además, busca desarrollar un compromiso genuino por el cambio conductual. Su objetivo es ayudar a las personas a vivir de manera flexible y comprometida con sus valores.

La ACT puede ofrecerle recursos a la persona con dependencia emocional para aceptar y regular sus emociones, y para entender sus relaciones. También buscaría orientar las acciones del individuo hacia el desarrollo pleno de sus valores personales con el objetivo de que viva una vida significativa sin depender de alguien más.

Cómo lidiar con la dependencia emocional

No hay un solo camino para combatir este patrón de apego, y cada uno depende de las causas que lo están originando. En su Guía para vencer la dependencia emocional, Walter Riso propone 13 pasos para superar este problema. Aquí te presentamos los más destacados.

1. Reconoce la dependencia

El primer paso para superarla es identificar las características de dependencia o inclinaciones hacia ella. Este reconocimiento implica una autoevaluación para determinar la presencia de síntomas como los siguientes:

  • Necesidad de afecto.
  • Malestar en ausencia de la otra persona.
  • Dificultad para controlar el deseo de estar con el otro.
  • Emplear mucho tiempo y energía en la relación.
  • Comportamientos obsesivos o controladores por miedo al abandono.
  • Abandonar otras actividades por la relación.
  • Continuar con el vínculo pese a sus efectos negativos.

Si te identificas con dos o más de estas señales, es probable que estés experimentándola. Reconocer esto es fundamental para iniciar un plan de acción que permita deshacerse de ella y avanzar así hacia una vida más sana.

2. Identifica y ataca tus esquemas maladaptativos

Este tipo de esquemas subyacen bajo muchas formas de vínculos. Identificarlos y combatirlos es un paso crucial para vencer la dependencia. Veamos algunos de los más comunes y asociados a ella.

  1. Minusvalía: Es esa sensación de incompetencia que se manifiesta como «No puedo manejar la vida por mí mismo» (falta de autoeficacia). Creer que no puedes afrontar la vida solo puede llevarte a depender de alguien más. Identifica tu valor, acoge tus debilidades y potencia tus fortalezas. Acepta que tienes mucho que dar y aspectos valiosos en tu personalidad.
  2. No ser querible: El pensamiento típico de este esquema es «Es imposible que alguien me quiera». Para luchar contra él, procura cambiar tus diálogos internos por uno más amable y justo.
  3. Abandono: Si le temes al abandono, a la pérdida o el fracaso emocional, es probable que desarrolles patrones de apego desadaptativos. La mejor forma de luchar contra este esquema es aceptar la soledad y convivir con ella.
  4. Inasertividad: Se expresa como «Debo negociar mis principios con tal de mantener la relación» (autorrespeto). La falta de asertividad puede llevar a una persona a comprometer sus valores, intereses y necesidades. Reafirma tus valores, promueve la asertividad en tu comunicación y el respeto en tus relaciones.

3. Explora y asume riesgos

Otro de los ejercicios para trabajar la dependencia emocional propuestos por Walter Riso es aventurarse a tener nuevas experiencias. Mediante la exploración, te puedes ir abriendo a la autonomía, a esa independencia que te lleva a recorrer nuevos rumbos. Realiza actividades que te saquen de tu zona de confort.

4. Hazte cargo de ti mismo

Según Riso, la autonomía fomenta un enfoque de vida que reduce el apego y mejora la salud emocional en tres aspectos fundamentales: incrementa la autoeficacia, fortalece la confianza en uno mismo y promueve la autosuficiencia, lo que ayudando a superar el miedo a la incapacidad. Resuelve problemas y dilemas sin ayuda, disfruta de la soledad y acércate a tus temores.

5. Busca un sentido en tu vida

Quienes poseen un sentido en la vida disfrutan más de su existencia y gestionan mejor el malestar y le sufrimiento. Encontrar un sentido te permitirá distanciarte de las cosas mundanas, te dará una perspectiva más amplia y una mayor independencia emocional. Conecta con tus talentos, habilidades o vocaciones. Despliega tu potencial en el mundo y vive cada día con un propósito.



«Mi pareja es muy dependiente»: ¿qué hago?

Lidiar con alguien que depende emocionalmente de ti no es nada sencillo, especialmente si sientes que está deteriorando tu bienestar. Aquí tienes varios consejos que podrían ayudarte:

  • Establece límites claros: Debes dejarle claro que hay cosas con las que no estás dispuesto a lidiar y que no aceptarás en tu vida. Define muy bien tus límites y hazle saber que no tolerarás que los transgreda.
  • Comunícate de forma asertiva: Habla sobre lo que sientes, piensas y necesitas. No seas agresivo al sugerir cambios y expresa lo que esperas de manera honesta y directa. Usa la asertividad para comunicar tus límites también.
  • Fomenta la independencia: Invita a la persona a tomar sus propias decisiones y a que participe en nuevas experiencias en las que tú no estés. Anímala a explorar y a asumir algunos riesgos tolerables. Esto puede ayudarla a tener más confianza y a ser más independiente.
  • Refuerza sus primeros pasos: Es importante que reconozcas sus esfuerzos por ser más autónoma cuando procura hacerlo sin tu apoyo o compañía. Los refuerzos incrementan la posibilidad de que una conducta se vuelva a repetir. Pero no abuses de ellos.
  • Sé paciente y firme: Todo cambio lleva tiempo, por lo tanto, no te desesperes, sé paciente, pero cuida tus necesidades y tu salud. Sé firme con tus límites.
  • Cuida de ti: Vivir con una persona dependiente es agotador y puede mermar tu salud mental. Por consiguiente, realiza actividades que te permitan recuperar energía y distraer tu mente: haz ejercicio, camina en la naturaleza, toca un instrumento musical, duerme bien, come saludable, reúnete con tus amigos, etc. Saca tiempo para ti.
  • Considera la posibilidad de un tiempo a solas: Si la dependencia es muy intensa, puedes optar por solicitar un tiempo aparte, donde ambos tengan la posibilidad de reflexionar a solas durante determinado periodo (días o semanas) sobre la situación que están viviendo.

Buscar ayuda es fundamental

La dependencia emocional puede tener un impacto significativo en la salud mental y el bienestar emocional de las personas. Así que, en caso de ser necesario, no sientas temor de buscar atención profesional para ayudarte a comprender las raíces de tu comportamiento y a desarrollar habilidades y estrategias de autocontrol para manejarlo de manera más saludable.

La ayuda experta también es necesaria en los casos en los que otro depende de ti. No es nada sencillo satisfacer las necesidades y demandas afectivas de una persona con este patrón de apego. Se requieren buenas estrategias de afrontamiento para combatir este problema.


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