Lóbulos cerebrales: características y funciones
Rugosos, con crestas y e innumerables surcos. Los lóbulos cerebrales están distribuidos de manera casi simétrica en tus dos hemisferios e integran todo lo que eres. Tus funciones y hasta el misterio de la consciencia se hallan inscritas justo ahí, en ese órgano prodigioso, complejo y que refleja, a su vez, el éxito evolutivo de nuestra especie.
Si bien se asumió durante varias décadas que eran cuatro en total, hoy la neurociencia describe cinco áreas muy concretas. El lóbulo frontal es sin duda el más conocido. La planificación, el habla o la atención se ejecutan en mayor parte en esta región. Sin embargo, es muy posible que el lóbulo insular te suene un poco menos. Pero te aseguramos que es fascinante. Profundicemos en todos estos datos.
«El ojo absorbe… El cerebro produce formas»
Los lóbulos cerebrales y sus funciones
Antonio Damasio, el célebre médico neurólogo portugués, explica en su libro: En busca de Espinoza (2005) que el cerebro es algo más que una simple acumulación de neuronas. Este órgano y cada una de sus estructuras son el resultado directo de nuestra constante interacción con el medio. Sus regiones, de hecho, conforman áreas especializadas que facilitan tu supervivencia y adaptación.
Ahora bien, no pienses en los lóbulos cerebrales como entidades separadas que trabajan de manera diferenciada. Cada uno de ellos ejecuta sus funciones en armonía con las demás, interconectadas y compartiendo información de forma constante. De forma que, ciertas actividades y procesos, se superponen entre sí. Toma nota a continuación de estas funciones.
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1. Lóbulo frontal
Los lóbulos frontales son la esencia misma del resultado de nuestra evolución. Situados en la parte frontal de la cabeza, justo debajo de los huesos frontales del cráneo y cerca de la frente, conforman la región más afinada. Es la que más tiempo tardó en evolucionar y aparecer. Es más, una publicación de Frontiers in Human Neuroscience señala que buena parte de lo que conocemos sobre este lóbulo se lo debemos a la doctora Brenda Milner y sus investigaciones a lo largo de los años 60 y 70. Su trabajo en esta materia fue decisivo. Te describimos ahora esas tareas que le adjudicamos a esta parte fundamental de nuestro cerebro:
¿Cuáles son sus funciones?
- Habla y lenguaje: el área de Broca, que se encuentra en el lóbulo frontal izquierdo, y en la mayoría de las personas diestras, está asociada con la producción del lenguaje hablado. Determinadas lesiones en esta región pueden afectar la capacidad para formar frases coherentes y comprensibles.
- Control Ejecutivo: el lóbulo frontal está involucrado en el control ejecutivo, que incluye habilidades, como la planificación, la toma de decisiones, el razonamiento, la resolución de problemas y la atención sostenida. Dichas capacidades son esenciales para que puedas organizar y llevar a cabo tareas complejas.
- Personalidad y conducta social: tu personalidad y el comportamiento social se articulan en esta área tan sofisticada, en combinación con toda una red neuronal activa en diferentes partes. En ese sentido, se sabe que lesiones en esta región pueden alterar el control de los impulsos, la regulación emocional y la capacidad para adaptarse a las normas sociales. El famoso caso de Phineas Cage es el más conocido y estudiado en este sentido.
- Motricidad voluntaria: la corteza motora primaria del lóbulo frontal controla el movimiento voluntario de tu cuerpo. Por ejemplo, la parte superior del lóbulo frontal regula tus movimientos de la parte inferior del cuerpo, mientras que la parte inferior del lóbulo frontal se encarga de los de la parte superior.
2. Lóbulo parietal
Entre los lóbulos cerebrales, el parietal cumple funciones decisivas en materia sensorial y cognitivas. Está ubicado en la parte superior y posterior de cada hemisferio y, como curiosidad, la Universidad Jiao Tong de Shanghai, destaca en un trabajo un dato interesante. Los trastornos de la imagen corporal vienen orquestados por esta región. Toma nota de más características:
¿Cuáles son sus funciones?
- Procesamiento sensorial: el lóbulo parietal es clave en el procesamiento de la información sensorial de diversas modalidades, como es el tacto, la temperatura, la presión y el dolor.
- Percepción del espacio: te gustará saber que esta área es casi como tu GPS particular. Gracias a ella te orientas, coordinas y hasta comprendes la posición de tu cuerpo en relación con el entorno.
- Integración sensorial: además de recibir información sensorial, también se encarga de integrar esos datos para crear una percepción coherente del mundo que te rodea. Además, te permite reconocer objetos.
- Cálculo y habilidades matemáticas: es cierto, algunos no somos muy hábiles en esta materia, pero el lóbulo parietal es ese centro de mando decisivo para llevar a cabo el procesamiento numérico y la realización de cálculos matemáticos.
- Habilidades de lectura y escritura: el procesamiento de información visual relacionada con la lectura y la escritura, como la percepción de letras y palabras, también involucra al lóbulo parietal.
- Conciencia Corporal: como te hemos señalado, este lóbulo es decisivo para construir tu imagen y conciencia corporal, permitiéndote saber dónde están ubicadas tus extremidades y cómo se mueven.
3. Lóbulo occipital
De entre los cinco lóbulos cerebrales, el occipital es el más pequeño. Se sitúa cerca de la nuca y sus funciones se focalizan, casi de manera exclusiva, en aspectos relativos a la información visual. En ese sentido, la revista Neurosciences, informa que pacientes con esquizofrenia presentan alteraciones en la sustancia gris y blanca justo en esta región.
¿Cuáles son sus funciones?
- Procesamiento visual: como hemos señalado, el lóbulo occipital es el centro principal para el procesamiento de la información visual. Recibe señales visuales de los ojos a través del nervio óptico y las procesa para interpretar la forma, color, movimiento y otros aspectos de los objetos observados.
- Corteza visual primaria: esta área es la primera etapa del procesamiento visual y ayuda a detectar bordes, líneas y otros aspectos básicos de las imágenes visuales.
- Integración multisensorial: aunque el lóbulo occipital es el responsable del procesamiento visual, también es decisivo al momento de combinar las señales visuales con información de otros sentidos, como el tacto y el oído, para crear una percepción completa y coherente del mundo.
- Lesiones y trastornos: una lesión en este lóbulo puede dar lugar a problemas graves de visión, como la ceguera parcial o total. Asimismo, pueden causar trastornos visuales específicos, como la agnosia visual, que afecta la capacidad de reconocer objetos o caras, y la hemianopsia, que implica la pérdida de visión en la mitad del campo visual.
4. Lóbulos temporales
Pegados casi a las sienes y a ambos lados de tu cerebro, están estos lóbulos que regulan funciones cognitivas y sensoriales. Además, integra una gran densidad de neuronas encargadas de procesar y ejecutar numerosas tareas perceptivas. Como dato curioso, un trabajo publicado en la revista Frontiers in Psychology, señala su relación con la psicosis.
Se ha visto que algunos pacientes evidenciaban cierta desregulación del glutamato y la dopamina en una red del hipocampo y esto, se manifestaba en forma de delirios. Veamos, no obstante, más características de los lóbulos temporales.
¿Cuáles son sus funciones?
- Audición: los lóbulos temporales se encargan del procesamiento auditivo. El izquierdo, en particular, se encarga del procesamiento del lenguaje y la comprensión auditiva. El giro temporal superior es una estructura clave que ayuda a discriminar sonidos y palabras.
- Memoria: te interesará saber que la formación y recuperación de la memoria se ejecuta en estas regiones. El hipocampo, en concreto, es la estructura clave para procesar la memoria a largo plazo y la navegación espacial.
- Procesamiento visual: si bien el lóbulo occipital se especializa en el procesamiento visual inicial, los temporales también participan en la interpretación de información visual más compleja, como el reconocimiento de rostros.
- Procesamiento del lenguaje: el área de Wernicke, que se encuentra en esta región, es decisiva para la comprensión del lenguaje hablado y escrito.
- Emoción y percepción social: estas partes también participan en la percepción, la interpretación de las emociones y la capacidad para que puedas comprender las señales sociales de otras personas.
- Trastornos neurológicos: los lóbulos temporales son un lugar común para el inicio de la epilepsia, la afasia (dificultades en el lenguaje), la agnosia auditiva (incapacidad para reconocer sonidos) y la amnesia (pérdida de memoria).
5. La ínsula lobular o isla de Reil
Durante mucho tiempo se asumió que la corteza cerebral se organizaba en cuatro lóbulos cerebrales. Sin embargo, desde un punto de vista neuroanatómico, hay otra área más. La ínsula es un lóbulo oculto justo debajo de las regiones temporales, frontales y parietales. Es una estructura muy recóndita y de complejo acceso, localizada entre numerosos vasos venosos y arterias.
Estudios divulgados en Journal of Clinical Neurophysiology, informan de la considerable heterogeneidad funcional de esta región. Las tareas que desempeña son:
- Procesamiento del dolor.
- Funciones cognitivas superiores
- Regulación de funciones autónomas
- Percepción y procesamiento de las emociones
- Integración de información sensorial y emocional
- Se asocia a trastornos como la ansiedad, depresión y trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)
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El rugoso mapa de tu cerebro
Los lóbulos cerebrales son como un mapa de compleja orografía lleno de secretos. Ese intrincado rompecabezas de células nerviosas se une en armonía para ayudarte a comprender el mundo, tus emociones y ofrecerte la capacidad de crear y aprender. Esa sinfonía de la mente humana te permite explorar, amar, soñar, descubrir y desarrollar tu personalidad.
La neurociencia sigue avanzando en la comprensión de sus funcionalidades. No obstante, recuerda siempre que cada área está especializada, pero necesita de las demás para ser eficiente al 100 %. El cerebro es un órgano interconectado que es el reflejo de nuestra propia evolución y que, sin lugar a dudas, continúa desarrollándose.
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