Personalidad cambiante, ¿trastorno o superpoder?
Escribir sobre los trastornos de personalidad no es fácil. La literatura y el cine han magnificado o minimizado los síntomas característicos de cada uno de ellos. El lenguaje y la comunicación cotidiana tampoco han ayudado. Por ejemplo, la frase “no le entiendo, tiene doble personalidad“. Todo ello contribuye a la confusión respecto a la realidad del problema.
Otro ejemplo de la confusión que el cine puede generar es la película del director M. Night Shyamalan”Múltiple”(Split). Relata el secuestro de unas jóvenes por parte de una persona con veintitrés personalidades diferentes. Personalmente creo que hay que dejarse envolver y aceptar las premisas que nos presentan para disfrutar del film. Sin embargo, fuera de la sala hay cierta confusión con el trastorno e incluso con el lenguaje que se usa para hablar de ello.
Trastorno de personalidad múltiple: ¿Realidad o ficción?
El trastorno de personalidad múltiple, también conocido como trastorno de identidad disociativo, se caracteriza porque la persona diagnosticada tiene dos o más personalidades, cada una con unas características propias. Va acompañado de una incapacidad para recordar información personal importante (más allá de los olvidos naturales). Es decir, cuando una personalidad actúa, la otra no recuerda nada, ya que no está presente en ese momento. Además, al menos dos de esas identidades controlan de forma repetida la persona.
Por otra parte, tampoco es del todo aceptada por algunos estudiosos la existencia del trastorno en sí. La delgada línea del diagnóstico depende en su mayor parte de en qué lado del océano Atlántico nos documentemos. Mientras muchos investigadores norteamericanos defienden su existencia, en Europa hay muchas voces que lo tildan de “invención”.
La controversia parte de un libro publicado por Flora Rheta Schreiber llamado “Sybil” en los años 70. El texto contaba el caso de una mujer con dieciséis personalidades distintas y su proceso terapéutico. Cuatro años después hizo una película sobre el libro y las consecuencias no se hicieron esperar.
Existen detractores del trastorno de personalidad múltiple
Después de salir al mercado, aumentaron exponencialmente los casos diagnosticados. Tanto ruido a su alrededor atrajo el debate, que aún sigue vigente. Algunos psiquiatras como el doctor Numan Gharaibeh, mantenían la esperanza de que la nueva versión del DSM (DSM-V) no incluyera a este trastorno por considerar que no hay evidencia científica suficiente que sustente su diagnóstico.
Pese a la poca presencia real en las consultas, existen evaluaciones que han terminado con diagnóstico y tratamientos para el mismo. Uno de ellos es la terapia individual con cada una de las personalidades tal y como se muestra en la película. Al margen de la etiqueta, estas personas suelen sufrir otro tipo de alteraciones mentales como depresión, ansiedad, problemas de sueño o trastornos de alimentación que igualmente deben ser tratados.
El error de la “doble personalidad”
Existe una tendencia general a confundir la personalidad con los roles. ¿Una persona que se comporta de forma exigente y seria con su familia puede ser alguien abierto y flexible con amigos? Lo cierto es que sí. Fuera de las consultas de los especialistas, también se utilizan o cuelgan etiquetas como “bipolaridad” o doble personalidad e incluso hay personas que se las cuelgan a sí mismas en broma: “hoy estoy bipolar”, “tengo doble personalidad, porque cuando llego casa me trasformo”.
“Las gentes de una isla pueden ser apacibles y sin embargo, en la isla de enfrente, tener fama de agresivos. Dos islas pueden ser muy dispares a pesar de que sólo las separe un pequeño trayecto en barca. Por eso creo que, al igual que los humanos, cada isla tiene su propia personalidad”.
-Natsuo Kirino-
Piensa que, dentro de la más absoluta normalidad, cada uno potenciamos características personales diferentes según el contexto y el entorno social. Lo que de forma extrema es considerado un problema de salud mental, de forma moderada es una alta capacidad de adaptación al medio. Sin embargo esto no quiere decir que la personalidad cambie. Construimos roles en función de nuestras características de personalidad.
Roles y personas
Si un niño siempre manifiesta lloros y rabietas ante situaciones incómodas, lo más probable es que esa persona mantenga esa forma de ser a lo largo de su vida. Puede que lo consiga modular en etapa adulta. Sin embargo, al llegar a la vejez seguramente volverá a mostrar ese tipo de comportamiento. Lo que etiquetamos como “doble personalidad” en realidad significa que hemos visto a esa persona en dos roles distintos. No es lo mismo el rol de padre que el de amigo. El rol de hijo que el de estudiante.
En función del entorno y del objetivo que tengamos desplegaremos unas cualidades y otras…y no solo eso, sino que el lenguaje, la mímica y las emociones serán completamente diferentes. Todo ello forma parte de nuestra personalidad: la base de nuestra forma de comportarnos, sentir y proyectar.
Puede ser una persona reservada y atesorar cierta popularidad en el trabajo por su facilidad de palabra. Esto no esta relacionado con la doble personalidad. Los estímulos que tengamos alrededor, la intención, las relaciones sociales e incluso las motivaciones dirigen de forma inconsciente nuestras reacciones. Desarrollar distintos roles manteniendo la coherencia con nuestros valores personales es más un super-poder que algo patológico o enfermizo.
El trastorno de personalidad múltiple, o cuando la realidad supera a la ficción
En conclusión, el trastorno de personalidad múltiple parece infrecuente en entornos clínicos. Sin embargo es muy popular entre el vulgo gracias al concurso de la literatura y el cine. Está definido en las principales clasificaciones diagnósticas (CIE-10, DSM-5) como la alteración de las funciones integradoras de la conciencia, memoria e identidad.
Parece iniciarse en la infancia para manifestarse unos años más adelante, diagnosticándose más en mujeres que en hombres. Las últimas posiciones teóricas en cuanto a este trastorno lo relacionan con el trauma, la sugestionabilidad y el trastorno de estrés postraumático. Motivos, en ocasiones alejados, a los expuestos en el cine y las revistas. García-Cortés, A., Pérez-Fernández, F., Corbí-Gran, B., & Martín-Moreno-Blasco, C. (2017)
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- García-Cortés, A., Pérez-Fernández, F., Corbí-Gran, B., & Martín-Moreno-Blasco, C. (2017). Estudio de caso:¿ simulación o trastorno de personalidad múltiple?. Clínica y Salud, 28(1), 39-45.
- Rabito-Alcón, M. F., Rodríguez-Molina, J. M., & Guasch, M. (2018). Síntomas disociativos y experiencias traumáticas en la infancia en un grupo de mujeres universitarias.
- Schreiber, F. (1973) Sybil. Novela relato de caso clínico. Barcelona: Círculo de lectores
- Vizcaíno, E. V., & Aragón, M. M. (2018). «Yo soy tres». A propósito de un caso de trastorno de identidad disociativo. Psiquiatría Biológica, 25(1), 36-39.