¿Cómo manejar las preguntas capciosas?
«¿Crees que es justo que yo haga todo por ti y tú no contribuyas en nada?», «¿Sigues aún con esa pareja con la que tenías tantos problemas?», «¿Por qué me tienes envidia?». Las preguntas con doble sentido no suelen buscar saber nuestra respuesta; de hecho, su objetivo es confundirnos o transmitir críticas de manera sutil o disfrazada.
Este tipo de preguntas engañosas nos colocan en una situación incómoda, y de repente nos vemos obligados a defendernos, sobre todo en conversaciones difíciles y conflictivas a nivel personal. Aunque con propósitos diferentes, también son frecuentes en otros contextos, como lo son las entrevistas de trabajo.
Es importante tener cuidado al responder estas preguntas para hacerlo de manera más consciente y adaptativa. En este artículo, explicaremos estrategias para abordarlas de forma efectiva y evitar caer en la trama que plantean.
¿Qué es una pregunta capciosa?
Son preguntas difíciles de responder. En su versión más lúdica, las preguntas capciosas se camuflan como acertijos y adivinanzas. Fuera de este plano, son interrogantes formuladas de manera astuta o engañosa con el fin de presionarnos para decir algo que no queremos o para inducirnos a caer en contradicciones.
Consideradas un tipo comunicación indirecta, utilizan la ironía y la presunción como una forma «elegante» de impactar emocionalmente al otro. Se comparan con el juego de esgrima, ya que en ambos casos involucran un enfoque táctico y astuto para atacar o manipular.
Nos podemos encontrar preguntas capciosas en cualquiera de nuestros entornos sociales. Es común, por ejemplo, que las planteen compañeros de trabajo, familiares e incluso nuestra pareja.
Cabe destacar que también pueden aparecer durante las entrevistas de trabajo. Por supuesto, en este caso no buscan hacernos sentir mal, sino más bien obtener información sobre nuestra personalidad que de otro modo no habrían conseguido o para evaluar nuestra honestidad.
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Estrategias para manejar las preguntas capciosas en el ámbito personal
Las preguntas capciosas que surgen a nivel personal pueden variar entre sí y tener una finalidad específica. Por esto, cada vez que nos veamos cara a cara con una de ellas, debemos evaluar la situación en la que estamos. En algunos casos, nos encontraremos ante alguien que busca un desencadenante para iniciar una discusión; en otros, podrían intentar criticarnos, ridiculizarnos o desacreditarnos.
«¿Buscas provocar mi enojo para alimentar tu sensación de importancia o tan solo porque disfrutas verme mal?». En este caso, el emisor asume tu intención voluntaria de hacerlo enojar, ofreciendo dos opciones negativas. Intenta atraparte en una trampa lógica a través de la manipulación psicológica.
Otro ejemplo: «¿Aún sigues torturando a tu coche o ya has aprendido a conducir?». La persona da por sentado que no sabes conducir y, aunque con un tono humorístico, busca provocarte. A esto último hay que prestarle atención, ya que el humor, los chistes o las bromas a veces se usan para atacar o desprestigiar.
Con todo, hay ciertas estrategias generales que es importante considerar ante cualquier pregunta capciosa:
1. Hazle notar que has descubierto la segunda intención detrás de su pregunta
Una estrategia eficaz para abordar este tipo de preguntas consiste en exponer la intención subyacente de la otra persona. Es crucial abordarlo con respeto y firmeza, marcando tus límites con claridad. Podrías decirle, por ejemplo: «Estás dando presuponiendo que mi voluntad es hacerte enojar, y eso no es así. ¿Podríamos discutirlo?».
2. Exige una comunicación directa
A menudo, las preguntas capciosas adoptan un lenguaje sarcástico e irónico. Es un tipo de comunicación indirecta que resulta perjudicial y difícil de ignorar. En preguntas como «¿Qué tipo de brujería hiciste para que te invitaran a esa conferencia tan prestigiosa?», queda claro que la persona está insinuando que no mereces la convocatoria, sugiriendo que la obtuviste mediante algún acto mágico extraordinario.
En estas circunstancias, es adecuado exigir que, si de verdad desean preguntar algo en particular, lo hagan de manera directa y respetuosa. Esta solicitud no solo promueve una conversación más transparente y constructiva, sino que también señala que has percibido la posible intención negativa detrás de la pregunta.
3. Elige tus disputas
Se dice que la indiferencia puede ser devastadora. Formulaciones como «¿Cuándo dejarás de tenerme envidia?», o «¿Por qué odias a tu madre?», a menudo se basan en argumentos falsos y suposiciones completamente infundadas, las cuales puede ser preferible pasar por alto.
El propósito del emisor es provocarnos, por tanto, mantener la calma y evitar respuestas impulsivas es clave. Recuerda que a veces es mejor estar en paz que insistir en tener razón. Así, por el bien de la salud mental y el equilibrio psicológico, es aconsejable no entrar en estos juegos de manipulación.
Estrategias para manejar las preguntas capciosas en las entrevistas de trabajo
Cuando un reclutador plantea una serie de preguntas capciosas durante una entrevista de trabajo, busca evaluar la originalidad y capacidad de reacción del candidato ante situaciones inesperadas.
Pueden soltar interrogantes como: «Si ganaras la lotería, ¿seguirías trabajando?», «¿Cuál es el libro que estás leyendo?», o «¿Prefieres el trabajo individual o el trabajo en equipo?».
Aunque estas preguntas no tienen un fin malévolo o provocador, es esencial manejarlas con astucia y profesionalismo. Toma nota de nuestros consejos para abordar una situación así.
1. Prepárate para estas preguntas
Ten en cuenta que es probable que surjan preguntas difíciles y desafiantes en una entrevista de trabajo. Es útil que te informes sobre ellas para que evitar sorpresas que puedan generarte bloqueos, ¡pero procura no obsesionarte con ello!
2. Mantén la calma y compostura
Ante preguntas trampa, es fundamental mantener la calma. Tómate un momento para reflexionar antes de responder. Esta pausa estratégica no solo te permite estructurar una respuesta más precisa, sino que también revela tu habilidad para estar tranquilo bajo presión, una competencia valiosa en cualquier entorno laboral.
3. Haz uso del ingenio, pero sé sincero
Si te preguntan «¿Qué libro estás leyendo?», y en este momento no estás inmerso en ninguna lectura, no tienes por qué mentir. En lugar de eso, puedes mencionar el último libro que leíste y te impactó, o incluso compartir el título de aquel que tienes en mente leer y explicar por qué te resulta interesante.
Tal como se sugiere en un trabajo difundido en International Journal of Human Resource Studies , el nivel de autoconfianza que muestra un candidato influye de manera significativa en las decisiones de los reclutadores. Por lo tanto, la clave es que te muestres seguro y sin titubear, incluso si tu respuesta no es la ideal.
4. Contextualiza tus respuestas
Una buena estrategia para manejar las preguntas capciosas es brindar el contexto de tus respuestas, sobre todo si la consulta se puede interpretar de diferentes maneras. Al mismo tiempo, es importante que evites responder de manera extrema o demasiado categórica.
Por ejemplo, ante la pregunta «¿Prefieres el trabajo individual o el trabajo en equipo?», puedes ejemplificar situaciones en las que has demostrado eficacia en ambas modalidades, si el puesto al que aplicas lo amerita.
¡Úsalas a tu favor!
En cualquier área de la vida, desde entrevistas laborales hasta situaciones cotidianas, es común encontrarse con este tipo de formulaciones que buscan poner a prueba tu capacidad de respuesta y pensamiento rápido.
Si bien es cierto que no es sencillo identificarlas y gestionarlas de manera efectiva, con práctica y paciencia es posible mejorar esta habilidad. Además, aprender a manejar las preguntas capciosas con soltura puede ser una oportunidad para destacar tu ingenio, habilidades de comunicación y capacidad para enfrentar desafíos.
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