WhatsApp y pareja: las relaciones del doble check azul
Un mensaje de “buenos días, te echo de menos” o un “¿cómo te va el día?” son gestos sencillos que enriquecen nuestra relación afectiva. Ahora bien, la simbiosis WhatsApp y pareja y la dependencia de ese doble check azul nos puede llevar a veces hasta situaciones extremas, a dinámicas de control absoluto, a discusiones basadas en malentendidos que pueden terminar en rupturas.
Un estudio reciente publicado en la revista Computers in human behavior, nos reveló un aspecto que nos demuestra hasta qué punto están cambiando nuestras relaciones. En este trabajo se realizó una encuesta a la población estadounidense de entre 18 y 45 años sobre la importancia que tenían los servicios de mensajería en su día a día, y concretamente en su vínculo con la pareja. El resultado no pudo ser más contundente: el uso del WhatsApp era clave para esa relación y un barómetro sobre la calidad de la misma.
Los mensajes de texto son una forma de comunicación indispensable para la mayoría de nosotros. Hacemos uso de este canal a nivel familiar, laboral, con amigos y cómo no con nuestras parejas afectivas. Esa inmediatez en la respuesta y esa cercanía que nos brinda refuerzan las relaciones que están (sobre todo) en la fase de enamoramiento. Sin embargo, la cosa parece complicarse cuando afianzamos ese lazo y llegamos a la etapa de convivencia o consolidación.
El uso del whatsapp puede enriquecer o destruir por completo nuestras relaciones de pareja. Según los expertos, el uso de los móviles y el trato que tengamos en ello es un reflejo también sobre cómo tratamos nuestros propios vínculos afectivos
WhatsApp y pareja: ¿cómo nos afecta?
Los mensajes de texto son delicadamente íntimos, pero distantes a la vez. Refuerzan la relación, nos dan un impulso cariñoso en esos momentos del día cuando más los necesitamos y además, enriquecen el vínculo con la persona que amamos. No podemos por tanto, emborronar su magia, apagar su encanto o criticar su utilidad, porque la tiene. Sin embargo, y aquí llega el inevitable “pero”, algo que están viendo cada vez más los terapeutas de pareja es que esa combinación entre WhatsApp y pareja es a menudo un arma de doble filo.
Muchas de las dificultades, de las desavenencias y problemas son el resultado directo de ese ambiente de hiperconectividad en el que estamos sumergidos. Los canales digitales tienen una curiosa característica: lo creamos o no, son un espejo en el que se refleja nuestra auténtica personalidad. Ahí se canalizan nuestros miedos y obsesiones, ahí nuestra capacidad para respetar o no y también nuestra madurez emocional.
Para entenderlo mejor, no tenemos más que reflexionar sobre todos esos modos en los que whatsapp afecta a nuestra relación de pareja.
Modos en que whatsapp media en tu relación
- Contacto constante. Podemos iniciar nuestra relación de pareja enviándonos mensajes cada media hora. Lo más probable es que en algún momento nos sea imposible mantener ese flujo de comunicación. En el momento en que esto ocurre, alguno de los miembros puede empezar a sospechar, a entrar en pánico y a preguntarse si algo no va bien.
- Se pone a prueba nuestra resistencia. Esa simbiosis entre WhatsApp y pareja siempre se pone a prueba con el famoso doble check azul. Dejar un mensaje como leído y no responder despierta la suspicacia. Enviar un mensaje a las 18 y llegar a las 18.15 sin ver el doble check genera frustración y enfado en muchas personas.
- ¿Con quién está en línea? Ver que nuestra pareja está en línea con alguien que no somos nosotros conlleva situaciones tan rocambolescas como conflictivas. Hay personas que dejan de ser productivas en su trabajo al estar pendientes en todo momento de los instantes de conexión de sus parejas.
- Whatsapp no es un buen canal para la comunicación efectiva. Por mucho que lo creamos, este mecanismo suele suscitar malentendidos constantes. Un hecho que no sucede con tanta frecuencia cuando estamos cara a cara, al poder así descifrar esa comunicación no verbal y emocional básica en toda relación de pareja.
- Conductas pasivo-agresivas. Son muchos los estudios que nos revelan este hecho: el uso del Whatsapp es un canal idóneo para evidenciar esas conductas pasivo-agresivas donde manipular al otro, donde ir desde el acoso a la desconexión, y generar así situaciones tan dolorosas como poco asertivas e inmaduras.
Las redes sociales, así como el uso de los servicios de mensajería son canales donde queda reflejado de forma inconsciente nuestras inseguridades, de ahí que se generen respuestas cognitivas basadas en los celos, la suspicacia y en esos pensamientos obsesivos cargados de desconfianza.
Cuando llevamos a nuestro amor en el bolsillo
Que tengamos un móvil o un ordenador no nos capacita para hacer un buen uso de él, y en especial de los servicios de mensajería como el whatsapp. No cuando el uso de los mismos se mueve por un canal que no siempre controlamos: el emocional. Llevamos a nuestras parejas en los bolsillos, el amor en el siglo XXI es portable y no siempre hacemos un buen uso de él.
La culpa, por tanto no está en las nuevas tecnologías ni en los constantes avances de este sector. Somos nosotros, las personas quienes no avanzamos en sintonía con estos fabulosos recursos que al fin y al cabo, están ahí para hacernos la vida más fácil. En la actualidad, la combinación whatsapp y pareja evidencia una vez más nuestras inseguridades, nuestros vacíos más inamduros y oscuros, esos que nos llevan a desconfiar del otro y a hacer de los celos un arma de destrucción masiva a través de mensajes, audios y emoticonos.
Evitemos estas situaciones. Hagámoslo educando mejor a nuestros jóvenes, consigamos también hacer de ese recurso un mecanismo enriquecedor para nuestras relaciones, partiendo en primer lugar de nosotros mismos. Trabajando nuestras emociones, nuestra confianza en el otro y entendiendo que la auténtica comunicación, la más satisfactoria, es la que se hace a través de los ojos y no a través de un doble check azul.