La evolución del amor en la pareja

Las relaciones no son como los cuentos de hadas. Hay diferentes etapas que implican el conflicto y la incomodidad hasta lograr un amor maduro.
La evolución del amor en la pareja
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Valeria Sabater

Última actualización: 11 abril, 2024

Según la antropóloga Helen Fisher, las personas nacemos para amar. Ya sea de forma más o menos acertada, ese sentimiento intenso, a la vez que complejo, es también la fuente de nuestra existencia, de la creatividad y también de muchas de nuestras preocupaciones. Por tanto, conocer la evolución del amor en la pareja nos permitirá profundizar también en la esencia de nosotros mismos.

Si dijéramos ahora mismo que el “amor lo es todo”, muchos tomarían esta afirmación con algo de escepticismo. Como cultura, solemos ser por (término medio) algo cínicos con esa idea, sin embargo, desde un punto de vista biológico e incluso antropológico, esa sensación, ese impulso vital revolucionario nos ha permitido afianzarnos como especie. Porque el amor no solo facilita la consolidación de una pareja o la aparición de los hijos.

La pasión es la más rápida de desarrollar, y el más rápido se desvanecen. La intimidad se desarrolla más lentamente, y el compromiso más gradualmente todavía.

-Robert Stenberg-

El afecto da forma a la cooperación, nos permite involucrarnos en la atención y cuidado de otra persona. El amor nos da aliento para reducir la ansiedad y el estrés, apaga los miedos e incluso despierta nuestro lado creativo. Entender por tanto sus cambios, profundizar en la evolución del amor en la pareja nos permitirá ver cómo cada etapa, cada fase en nuestra relación encierra también su beneficio, su función, su trascendencia…

pareja en una nuez simbolizando la evolución del amor en la pareja

Evolución del amor en la pareja, un material variable pero sólido

Gerald Hüther, neurobiólogo y profesor de Neurobiología en la Universidad de Gotinga en Alemania, nos ofrece unas interesantes reformulaciones sobre la evolución del ser humano. Según él, hasta el momento la ciencia siempre ha hecho hincapié en el aspecto de la selección natural, y en el principio de la supervivencia basada en el individuo más fuerte. Ahora bien, para el doctor Hüther lo que en realidad nos ha permitido avanzar como especie, no es otra cosa más que ese pegamento delicado pero increíblemente sólido que es el amor.

Sin embargo, si hay algo que la mayoría sabemos es que ese material inobservable bajo la lente de un microscopio, no siempre perdura ni permanece en la misma forma o estado. Aparecen los obstáculos, las desilusiones, los desafíos. Para Gerald Hüther, como también para la antropóloga Helen Fisher, nada puede ser más importante que entender la evolución del amor en la pareja. Si comprendiéramos las características de cada etapa, seguramente estaríamos más preparados para esos altibajos que suelen acontecer en cada momento. Veámoslos.

La limerencia

Esta etapa es la que más suele gustarnos. El enamoramiento esa antesala llena de misterios, fantasías y descubrimientos varios donde discurre ese cóctel explosivo cargado de dopaminas, serotonina, la oxitocina, la noradrenalina… Todo es particularmente intenso en esta etapa, las emociones son arrolladoras y nada puede ser más significativo para nuestro cerebro que esa persona deseada.

Así, tal y como nos recuerda el conocido psicólogo John Gottman, en su libro Principa Amoris: The New Science of Love, esta primera fase del enamoramiento define lo que conocemos como “limerencia” un estado de gracia absoluta marcada por la euforia, la ilusión desbordada…

flor simbolizando la evolución del amor en la pareja

Amor romántico o vinculación

Tras ese flechazo que nos ha quitado la calma para llevarnos a una deriva química llena de pasión y fascinación, llega otra etapa. Otra fase dentro de la evolución del amor en la pareja donde surgen algunas dudas. ¿Lo que hemos iniciado significa para ti lo mismo que para mí? ¿Vas a estar conmigo en todo momento? ¿Puedo contar con tu confianza?

  • Este tipo de preguntas son las que nos dan la entrada a esa nueva fase: el amor romántico. La pasión se mantiene, pero ahora surgen los miedos, las preocupaciones y por encima de todo, el deseo de trascendencia, de vinculación con el ser amado. Es cómo no, una de las fases más hermosas en la relación de pareja, esa donde se inicia un viaje más auténtico, donde la obsesión de la limerencia da paso a un sentido auténtico de confianza.
  • Por otro lado, es más que común que en esta etapa del amor romántico surjan algunos problemas. Deseamos fortalecer nuestros lazos, y por ello, estamos obligados a conocernos mejor, a negociar, a resolver discrepancias, a ser esa pareja de baile donde cada uno debe controlar sus pasos sin arrastrar al otro, donde debe brillar la empatía, la reciprocidad, el cuidado, la tolerancia…

Si resolvemos esos pasos con efectividad e inteligencia ganaremos en madurez para las siguientes fases.

Amor maduro, el lazo de la lealtad

No hay una estimación segura de cuánto dura el amor romántico. Hay quien establece que de media son entre 4 o 5 años. Sin embargo, Helen Fisher  nos indica en un artículo que entre un 30 y 40% de las parejas de edad avanzada afirman que siguen viviendo en esa etapa. Que el romanticismo no se desvanece, que esa ilusión persiste y les garantiza un vínculo muy satisfactorio.

No obstante, John Gottman incide en la importancia de trabajar en la consolidación de un amor maduro. Se trata de ser capaces de construir un compromiso firme, de ver en el otro al mejor compañero de equipo, de valorar más profundamente a la otra persona practicando una ternura y un vínculo emocional atento y comprensivo que enriquezca a ambas partes por igual.

PAreja paseando entre flores simbolizando la evolución del amor en la pareja

Para concluir, si hay algo que nos queda claro en la evolución del amor en la pareja, es que no es el tiempo el que hace que estas fases lleguen a nuestras vidas. El amor y sus cambios no son normativos. Alcanzar la estabilidad y esa felicidad comprometida, leal y enriquecedora, necesita trabajo. Se necesita de esa artesanía intuitiva y atenta donde limar esquinas, donde ser bisagras, ser aliento, la mirada que entiende, el oído que escucha y el corazón que sabe entender, ceder y acoger…

Es un viaje complejo, no hay duda, pero el amor es una aventura que siempre merecerá la alegría, no la pena.

Imágenes cortesía Vladimir Kush


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