«Mi pareja no me quiere, pero no me deja»: razones y qué hacer
El amor siempre nos plantea encrucijadas, aunque muchas de ellas sean felices laberintos. Sin embargo, a veces esas confusiones no son tan gratificantes. Por ejemplo, cuando estás frente a una de esas personas que no quiere estar contigo, pero no te deja ir.
Por un lado, sientes que el otro no está realmente interesado en ti. No permanece al tanto de tus necesidades, ni hace mayor esfuerzo por hacerte feliz. Sin embargo, por otro lado, cuando se llena la copa y anuncias tu intención de terminar la relación, salta inmediatamente y te hace cientos de promesas porque asegura que no quiere perderte.
Este tira y afloja es desconcertante. A veces llegas a pensar que quizás quien está confundido eres tú. Pese a ello, vuelves rápidamente a ver señales de que no te aman. Y el ciclo comienza de nuevo. ¿Qué hacer ante esta situación tan angustiante?
¿Cómo saber que no te aman?
El amor siempre genera alguna dosis de sufrimiento. Pero, si es sano, debe generar muchos más momentos de bienestar que de aflicción. También debe estar basado en la claridad, aunque esto no excluya dudas o contradicciones, de vez en cuando. En síntesis, el amor tiene que hacerte feliz.
Partiendo de esa idea, hay varias señales de que tu pareja no te quiere. Por ejemplo, puedes darte cuenta de que no te aman cuando es más la zozobra que la calma. Cuando pasas más tiempo sufriendo. Cuando ya no sabes qué es tener paz interior. Cuando todo el tiempo sientes huracanes en tu corazón.
Cuando no te prestan suficiente atención, no te aman. También cuando pasan por alto, minusvaloran, rechazan o critican tus necesidades y tus sentimientos. Siempre es fácil saber cuándo no te aman. Lo difícil es terminar de aceptar que esa relación no es para ti y tomar decisiones frente a ello.
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Razones por las que no me deja aun cuando no me quiere
Lo que siempre termina desconcertándote es que no quiere estar contigo, pero no te deja ir. Eso te confunde. Si amas a esa persona, terminas convenciéndote de que también eres amado, aunque de forma extraña. Prueba de ello es que no admiten que termines la relación. Esto es muy engañoso. Pero, ¿por qué ocurre? Hay varias explicaciones para ello.
1. Necesidad egoísta
La otra persona sabe que no te ama, pero también siente que te necesita. Quizás no sabe lidiar con la soledad y no ha encontrado una nueva pareja. Si lo hace, no dudará en terminar contigo.
2. Miedo al cambio
En ocasiones, en esa relación donde se repite el «No me quiere, pero no me deja», los motivos de la indecisión de tu pareja están en el miedo a lo nuevo, al temor a cambiar y salir de la zona de confort. Aunque ya no te ama, se siente cómodo contigo. La incertidumbre de lo desconocido más allá de ti lo angustia.
3. Posesividad y egocentrismo
Muchas personas no toleran la idea de que alguien vaya a ocupar su lugar. Asumen que su pareja es como una posesión que no deben perder. El temor de que vayas a conseguir una nueva pareja les generes una herida narcisista.
4. Presión social
Es posible también que, en algunos casos, la frase «No me quiere, pero no me deja» solo refleja la influencia que tiene el entorno familiar o social sobre esa persona.
Podría estar preocupada o inquieta por lo que puedan pensar los demás si te deja siendo tú una excelente pareja. Terminar una relación, sobre todo si ha sido duradera y estable, es visto como un fracaso por algunos.
5. Falta de madurez
Quizás lo que ocurre simplemente es que la otra persona no tiene idea del significado de amar a los demás. Le gusta que le amen, pero no sabe cómo corresponder.
6. Beneficios prácticos
A menudo, detrás del «No quiere estar conmigo, pero no me deja ir», hay ventajas que el otro disfruta estando contigo. Si depende de ti económica o emocionalmente, no va a terminar la relación a pesar de que ya no te ame. Otros beneficios puede ser la compañía, el sexo, el apoyo en la carrera profesional, etc.
7. Tu pareja cree que eres muy dependiente de ella
Un estudio publicado en Journal of Personality and Social Psychology encontró que las personas que percibían dependencia emocional en su pareja eran menos propensos a iniciar la ruptura. Por tanto, tu pareja podría estar sintiendo que te va a hacer un daño irreparable y se queda en contra de su voluntad.
8. Temor a la soledad
La expresión «No me quiere, pero no me deja» puede representar también que la otra persona le tiene miedo a estar solo. La soledad es más insoportable que estar contigo, aunque no te ame.
9. Tienen hijos en común
La descendencia suele ser una de las razones que más se exponen para no lanzarse a una separación. No obstante, los hijos suelen ser, en muchos casos, los mayores perjudicados de los problemas de pareja de sus padres, sobre todo si estos se mantienen en el tiempo.
10. Negación o autoengaño
Si no quiere estar contigo, pero no te deja ir, es probable que esté negando la realidad de lo que siente por ti. Es decir, se autoengaña creyendo que te quiere, cuando en realidad ha dejado de hacerlo hace tiempo. La negación es un mecanismo de defensa para no enfrentar la dolorosa situación de que el amor se ha terminado.
11. El dolor del duelo
Otro motivo por el que no quiere estar contigo, pero no te deja ir es el miedo al duelo por la ruptura. Muchas veces, el malestar latente a una relación disfuncional es más soportable en comparación con la expectativa del intenso dolor de la ruptura.
Como vemos, el hecho de que no te dejen ir puede ser tanto por una posición egoísta, como una forma de negación. Sin embargo, quedarse en una relación cuando el amor ya caducó, siempre termina causando más daño que la propia ruptura.
Por esto, y por todo lo anterior, conviene manejar la ruptura y la toma de decisiones posterior de una manera lo más sana posible. Es fundamental contar con una serie de estrategias de afrontamiento, como sugiere este artículo, para evitar que la ruptura tome un carácter traumático.
¿Qué hago si no quiere estar conmigo, pero no me deja ir?
¿Estás agobiada y le has dicho a tu red de apoyo «No me quiere, pero no me deja», y aun así no sabes qué hacer? A continuación, te daremos varias recomendaciones para que puedas lidiar de una manera más efectiva con la situación que estás viviendo.
1. Prepárate para decidir
Si no quiere estar contigo, pero no te deja ir, es momento de que tomes más cartas en el asunto. Prepárate para tomar decisiones difíciles, como ponerle fin a la relación. Aunque la ruptura no es nada sencilla, en estos casos, es necesaria para tu estabilidad emocional y mental.
2. Reflexiona sobre la relación
Analiza la situación y define si en realidad no te ama. No te dejes llevar por el victimismo. Simplemente, reflexiona y determina si tu pareja de verdad se interesa en ti y enriquece tu vida.
Si no es así, lo mejor es proponer un diálogo franco. Exponer las razones propias y tratar de entender las razones ajenas. Es posible que la otra persona ni siquiera entienda por qué actúa como lo hace.
3. Actúa rápido
Si estás en una situación como esta, lo aconsejable es que no dejes pasar más tiempo sin poner las cosas en orden. De una relación tan asimétrica no puede salir nada bueno.
Todo lo contrario. Lo usual es que los problemas escalen de manera progresiva, generándote muchos malos ratos, además de inseguridades y estancamiento.
4. Reconoce tu valor
Posiblemente, ya estás cansada de decirle a tus amigos: «No me quiere, pero no me deja». Es momento, entonces, de que aceptes que vales mucho y que mereces más de lo que estás recibiendo.
Te has ganado el derecho de ser amada de verdad. Aumenta tu autoestima y realiza actividades que te hagan sentir bien contigo: caminar, hacer ejercicio, pintar, practicar tu hobbie favorito, etc.
5. Comunica lo que sientes
Exprésale a tu pareja lo que sientes y tus preocupaciones de manera sencilla, directa y clara. Sé asertiva y busca un momento tranquilo para conversar.
Escucha de forma activa su punto de vista y procura comprender la situación, pero sin renunciar a tus necesidades. No olvides que mereces estar con alguien que te quiera.
6. Refúgiate en tu red de apoyo social
Busca sostén en tus amigos y familiares. Desahógate con personas de confianza que sepan escuchar, que sean empáticas y que se preocupen por tu bienestar. Hablar con otros te dará una nueva perspectiva y nuevas ideas para lidiar con lo que estás viviendo en tu relación.
7. Define tus límites
Establece límites saludables para cuidar tu bienestar emocional. Haz respetar tu decisión (si ya la tomaste) de que no estás dispuesta a seguir en una relación donde no te amen. Delimita otras barreras que no permitirás que se trasgredan. Piensa en tus límites y hazlos valer.
8. Promueve tu independencia
Trabaja en ser más independiente. Eso te dará mayor fortaleza para romper con el vínculo que tienes con la otra persona. Toma decisiones por ti misma, haz elecciones que te beneficien y te permitan crecer profesional y personalmente.
9. Cuida tu salud mental y física
Aliméntate bien, duerme lo suficiente, haz ejercicio físico y mental. Procura tener una excelente salud para que tengas fuerzas para afrontar la ruptura y para que goces de un mayor bienestar.
10. Busca ayuda profesional
Y, por supuesto, si estás aquí porque detectas dinámicas tóxicas o de malos tratos en tu relación, lo mejor es que acudas a un profesional de la psicología (y a las autoridades pertinentes, según el caso). No es malo ni vergonzoso pedir la ayuda de un psicólogo que pueda guiarte a través de un proceso que, muchas veces, no tiene un punto de partida claro.
Cada uno de estos consejos requiere reflexión y acción. No es un proceso fácil, pero cuidar de ti mismo y de tus necesidades emocionales es fundamental para tu felicidad y bienestar a largo plazo.
«No quiere estar conmigo, pero no me deja ir»: el momento de la ruptura
Lo que sigue es dejar ir a esa persona. Borrarla de tu vida, empleando para ello todos los mecanismos que tengas a tu alcance. Una relación así no vale la pena. Te daña, te limita y puede terminar hasta enfermándote. Si sientes que es imposible terminar, que no toleras el dolor de hacerlo, es hora de que pidas ayuda.
Esa persona no te ama, pero, si tampoco te deja ir, es porque hay algo que se debe descubrir y resolver. Aunque duela, no lo dudes: siempre es mejor pasar el duelo que vivirlo para siempre. Mereces más de lo que estás recibiendo.
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