¿Es verdad que el TOC se da más en personas inteligentes?

La industria del entretenimiento ha alimentado la creencia de que las personas inteligentes suelen ser susceptibles a tener TOC. ¿Qué tan cierta es esta noción? Si quieres conocer la respuesta de la ciencia, ¡sigue leyendo!
¿Es verdad que el TOC se da más en personas inteligentes?
José Padilla

Escrito y verificado por el psicólogo José Padilla.

Última actualización: 23 diciembre, 2023

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) en personas inteligentes es objeto de mucha controversia y debate, tanto en la población general como en las comunidades científicas. A menudo, se ha planteado que los inteligentes son más propensos a ser obsesivos y compulsivos.

No obstante, aún no se tienen respuestas absolutas al respecto. En este artículo, abordaremos esta inquietud y nos basaremos en dos estudios recientes para hacerlo.

Relación entre el TOC y la inteligencia

El TOC se caracteriza por la presencia de pensamientos intrusivos no deseados y conductas o actos mentales repetitivos. Por su parte, la inteligencia alude a esa capacidad de adaptarse al medio y resolver problemas mediante la aplicación de conocimientos y la adquisición de aprendizajes.

La creencia popular afirma que las personas con una elevada inteligencia son más proclives a ser obsesivas y a tener conductas repetitivas. Esta idea tiene su base en la noción de que la tendencia hacia la reflexión y la introspección podrían predisponerlas a un TOC.

Por otro lado, también se dice que quienes padecen este trastorno tienen un pensamiento analítico más agudo y son más atentos a los pequeños detalles, características asociadas con la alta inteligencia. ¿Pero es cierto todo esto? ¿Qué dicen las investigaciones al respecto?


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El TOC se da en personas inteligentes: mito o realidad

La verdad es que el TOC no se da más en personas inteligentes. Así lo muestra un metaanálisis de 2018 publicado en Neuropsychology Review. Este estudio tuvo como objetivo sintetizar la literatura científica sobre la asociación entre el coeficiente intelectual (IQ) y el trastorno obsesivo-compulsivo.

Para conseguirlo, los expertos recopilaron información de 98 investigaciones que abarcaban distintos tipos de IQ: verbal, de rendimiento y total. A través del análisis, determinaron si las personas con TOC se diferenciaban del grupo control (personas sin trastorno psiquiátrico) debido a su inteligencia.

Los resultados fueron contundentes: el trastorno obsesivo-compulsivo no está relacionado con un mayor coeficiente intelectual. Quienes padecen este problema de salud mental tienen rangos de inteligencia normales.

A diferencia de lo que se creía, el estudio en cuestión arrojó un dato sorprendente. En personas con TOC se encontró un IQ normativo inferior al de los participantes del grupo control. No obstante, dicha diferencia fue muy pequeña, por lo tanto, no es estadísticamente significativa esta distinción.



¿Por qué se cree que el TOC es más común en personas inteligentes?

La aparición y consolidación del mito del TOC en personas de alta inteligencia es el producto de diferentes representaciones o estereotipos culturales. Una de las principales vías de difusión de esta vinculación son los medios de comunicación y la industria del entretenimiento.

Es común que en las películas, series, novelas y libros las personas con este trastorno se retraten como inteligentes. Esta imagen puede crear un estereotipo generalizado sobre la forma de ser y las capacidades cognitivas de este grupo de individuos.

Otra posible explicación es que ciertos rasgos asociados con este trastorno (perfección, control, orden, meticulosidad, atención al detalle, entre otros) son atribuidos también a personas inteligentes. Esta coincidencia puede llevar a una conexión errónea.

Además, en la historia, varios personajes famosos e inteligentes (Nikola Tesla, Ludwig van Beethoven, Charles Dickens, Charles Darwin, Marcel Proust) mostraron rasgos del trastorno obsesivo-compulsivo, lo cual secunda la noción de que quienes tienen un alto IQ son más propensos a padecer este trastorno. Pero ya sabemos que no sucede así.

En síntesis, si bien es cierto que algunas personas inteligentes pueden tener TOC, no siempre ocurre de esa forma.

La inteligencia y los trastornos mentales

En general, ser muy inteligente no está vinculado a una mayor propensión a tener algún problema psicológico. Este hecho quedó evidenciado en un estudio de 2023 que analizó la relación entre la inteligencia y la prevalencia de trastornos mentales.

Los hallazgos señalan que las personas inteligentes no tienen más perturbaciones psiquiátricas que el resto de la población. Con respecto al TOC, los investigadores muestran que tampoco existe una asociación significativa entre la inteligencia y la prevalencia de este problema.

Los resultados indican también que la inteligencia alta opera como un factor de protección contra el estrés postraumático y la ansiedad. Además, las personas con gran inteligencia son menos proclives a haber experimentado abusos y agentes estresores, los cuales son factores de riesgo para tener un TOC.

Aunque existe mucho debate sobre las relaciones entre la inteligencia y los trastornos mentales, los dos estudios revisados establecen que el IQ alto no influye en la inclinación a padecer un trastorno obsesivo-compulsivo u otra alteración mental.

Entonces, en quiénes se da más el trastorno obsesivo-compulsivo

Aún no se conocen con exactitud las características de las personas más propensas a tener TOC, pero existen varios factores de riesgos que incrementan su aparición. A continuación, los mencionamos:

  • Edad: este trastorno es más frecuente en adolescentes mayores y adultos jóvenes.
  • Genéticos: las personas con familiares con TOC son más propensas a padecerlo.
  • Estilos de crianza: crecer con padres en extremo perfeccionistas, críticos y muy controladores.
  • Temperamentales: los individuos con una forma de ser más reservada y con mayor prevalencia de emociones negativas.
  • Personalidad: individuos con rasgos perfeccionistas, neuróticos, sensibles a la incertidumbre y con una alta necesidad de control.
  • Neurobiológicos: alteraciones en la corteza frontal y estructuras subcorticales, las cuales pueden afectar el control del comportamiento y las emociones.
  • Eventos vitales estresantes: las experiencias traumáticas (acoso, negligencia, maltrato, abusos, violaciones, catástrofes, etc.) durante la infancia se consideran factores de riesgo significativos.

Es pertinente aclarar que estas variables no determinan la aparición de dicho trastorno. Son factores de riesgo que pueden incrementar la probabilidad de que emerja, pero no son agentes causales directos.

El TOC en personas inteligentes no es una regla general

La aparición del TOC en individuos inteligentes es difícil de predecir, ya que la relación entra ambas variables es compleja. Los estudios científicos mencionados en este artículo desmienten, hasta el momento, el mito de que el trastorno obsesivo-compulsivo se da más en personas inteligentes.

A pesar de que la inteligencia no influye tanto, podemos hallar otros aspectos que sí tienen mayor incidencia en el TOC, como la genética, la crianza, los eventos estresantes, la personalidad, etc. No hay que olvidar que este trastorno es complejo y multifactorial.


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