5 diferencias entre IQ y EQ

IQ y EQ son medidas de inteligencia que sirven para determinar habilidades asociadas al intelecto. Sin embargo, muchas personas desconocen las diferencias entre una y otra. ¡Te las contamos en este artículo!
5 diferencias entre IQ y EQ
Leticia Martín Enjuto

Revisado y aprobado por la psicóloga Leticia Martín Enjuto.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 13 julio, 2023

IQ y EQ son dos abreviaturas que se mencionan a menudo, pero no todo el mundo conoce qué significan. En síntesis, son medidas de inteligencia que se basan en resultados de test o herramientas diseñadas para evaluar capacidades.

Ya que permiten establecer el nivel en el que se encuentra una persona con base en un modelo preestablecido, muchos expertos cuestionan la validez tanto del IQ como EQ para determinar el nivel de inteligencia emocional o cognitiva de las personas.

De cualquier modo, se trata de dos medidas aplicadas en muchos ámbitos del mundo actual. A continuación, abordaremos con mayor profundidad las principales diferencias que existen entre IQ y EQ.

¿Cuáles con las diferencias entre IQ y EQ?

Aunque el IQ y el EQ corresponden a medidas que guardan cierta similitud, se relacionan con ámbitos diferentes: la primera, IQ, hace referencia al coeficiente intelectual; la segunda, EQ, corresponde al coeficiente emocional. En este sentido, cada una tiene ciertas particularidades, las cuales te exponemos enseguida.



1. IQ y EQ se enfocan en habilidades diferentes

IQ y EQ prestan atención a habilidades distintas. El IQ se enfoca en la capacidad cognitiva general, que tiene que ver con la habilidad para razonar, resolver problemas, aprender y comprender nuevas ideas. Por ende, este coeficiente de inteligencia implica la evaluación de las siguientes habilidades:

  • razonamiento lógico,
  • razonamiento verbal,
  • razonamiento numérico,
  • velocidad de procesamiento,
  • comprensión visual-espacial,
  • memoria a corto y largo plazo.

Por otro lado, el EQ se enfoca en la capacidad de reconocer y regular las emociones propias y ajenas, y en la habilidad para utilizar las emociones de modo que guíen el pensamiento y el comportamiento. Así, este coeficiente se centra en evaluar habilidades como las siguientes:

2. Examinan diferentes tipos de inteligencia

Otra de las diferencias entre IQ y EQ es que la primera hace alusión a la inteligencia cognitiva, que se puede medir a través de pruebas estandarizadas y objetivas. Hay test definidos que incluyen preguntas y ejercicios. Estos se emplean, de igual manera, en cualquier situación o en cualquier lugar del mundo.

Por su parte, el EQ hace referencia a la inteligencia emocional, que es más difícil de medir de forma objetiva y se basa, en gran medida, en autoinformes. En general, el EQ se evalúa acudiendo a herramientas como las siguientes:

  • entrevistas estructuradas,
  • cuestionarios y encuestas,
  • evaluaciones de desempeño,
  • evaluaciones de observación.

3. Los resultados permiten prever diferentes tipos de éxito

Normalmente, un IQ alto permite predecir un mejor desempeño académico y laboral. Es habitual que quienes obtienen un puntaje elevado estén más preparados para manejar situaciones complejas y resolver problemas. Además, se ha encontrado que el IQ puede ser un predictor útil de ciertos resultados, como la probabilidad de graduarse de la universidad o tener un trabajo bien remunerado.

El EQ, en cambio, permite predecir un mejor desempeño en situaciones sociales y emocionales, como la resolución de conflictos, la empatía y la comunicación efectiva.

Sin embargo, IQ y EQ no pueden tomarse en sentido absoluto. Hay muchos casos en los que un IQ alto no es suficiente para conseguir el éxito profesional. Asimismo, un alto nivel de inteligencia emocional puede compensar con creces un puntaje menor de IQ.

De hecho, varias investigaciones han relacionado un buen desempeño académico con el coeficiente emocional. Por citar una de ellas, podemos mencionar la investigación publicada por la Revista habanera de ciencias médicas, donde se evaluó a estudiantes universitarios y se determinó que la inteligencia emocional alta influye de manera significativa en un mejor rendimiento académico.

4. Hay un potencial de desarrollo distinto

Durante muchos años, se creyó que el IQ era una medida fija de la inteligencia y que no podía cambiar a lo largo de la vida de una persona. Sin embargo, una investigación publicada por el IZA Institute of Labor Economics demostró que el IQ no es fijo.

Aunque en términos generales el IQ tiende a ser estable, sí puede ser influenciado por diversos factores, como el acceso a recursos, la nutrición, etc. De igual manera, los puntajes de IQ pueden aumentar en la adolescencia y disminuir en la edad adulta avanzada.

El EQ tampoco es fijo; de hecho, tiende a ser mucho más flexible y cambia más a lo largo de la vida. Puede ser influenciado por factores como la educación, la experiencia laboral, la nutrición y la exposición a diferentes situaciones y culturas.

Asimismo, el entrenamiento en habilidades emocionales y sociales puede mejorar el EQ de una persona. Es más, muchas empresas y organizaciones están implementando programas de capacitación para mejorar las habilidades emocionales y sociales de sus empleados.



5. Los resultados se interpretan de forma diferenciada

Dentro de las diferencias entre el IQ y EQ, también está que el IQ, o coeficiente intelectual, es una medida numérica utilizada para estimar la inteligencia de una persona. Se expresa como un número que se sitúa en una escala, con una puntuación media de 100 y una desviación estándar de 15 puntos.

Esto significa que la mayoría de las personas tienen una puntuación de IQ de entre 85 y 115 puntos. Solo un pequeño porcentaje de la población obtiene puntuaciones muy bajas o muy altas.

Entre tanto, no es apropiado clasificar a las personas según su nivel de inteligencia emocional. El EQ no es una medida de superioridad o inferioridad personal, sino que se trata de una habilidad que se puede desarrollar y mejorar a lo largo del tiempo. Cada persona es única y tiene su propia combinación de fortalezas y debilidades en relación con el EQ.

IQ y EQ, medidas en controversia

En la actualidad, estos modelos para estimar la inteligencia y habilidades están en debate, puesto que muchos investigadores se han mostrado en desacuerdo con este tipo de mediciones. Consideran que tienen sesgos y que en realidad no permiten establecer el potencial de una persona, ni en lo intelectual ni en lo emocional.

Finalmente, también es importante mencionar dentro de estas diferencias entre IQ y EQ que estos no tienen una correlación directa. Una persona puede tener un IQ alto, pero un EQ bajo, o viceversa.


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