La teoría de los rasgos de la personalidad de Allport
¿Cómo llegamos a ser la persona que somos? Basándonos en la teoría de Allport, nuestra personalidad se forma a través de una combinación única de rasgos que nos distingue e individualiza.
Ahora bien, ¿por qué desarrollamos ciertas características y no otras? El pionero de la teoría de los rasgos explica que el desarrollo de nuestra personalidad está influenciado por tres factores entrelazados: el ambiente, la experiencia personal y la herencia genética. La suma de todo determina quiénes somos y cómo actuamos en el mundo.
¿Quién fue Gordon Allport?
Gordon Allport (1897-1967) fue un psicólogo estadounidense graduado en la Universidad de Harvard, aunque antes obtuvo su diploma en Economía y Filosofía.
Se convirtió en referente muy respetado e influyente en el campo de la psicología de la personalidad. Se distinguió por su oposición tanto a las teorías conductistas de la época como a las propuestas por Freud.
Allport actuó como presidente de la Asociación Americana de Psicología (APA) desde 1939 hasta 1940.
Tal como se señala en un escrito publicado en Psychologia: Avances de la Disciplina , la teoría de Allport adopta un enfoque fenomenológico, ya que, en lugar de centrarse en los conflictos inconscientes (como el psicoanálisis), se enfoca en la experiencia directa y la percepción individual.
Entre sus aportes, se destaca su idea sobre los rasgos personales, los cuales están influenciados por las experiencias de la infancia, el entorno actual y la interacción entre ambos. Asimismo, postula que la personalidad está compuesta por tres tipos de rasgos: cardinales, centrales y secundarios.
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Su teoría sobre la personalidad
La teoría de los rasgos de la personalidad busca entender y describir la forma en la que rasgos estables y duraderos impactan en cómo una persona se comporta y piensa de manera única.
En su libro Pattern and Growth in personality (1961), Allport describe a la personalidad como una organización dinámica. Incluye el concepto de propium o self como un elemento articulador que unifica todas las dimensiones personales y permite a una persona construir una versión de sí misma, distinta al resto.
Esta noción se desarrolla a través de diferentes aspectos de la vida mental:
- La autoestima: se trata del proceso mediante el cual cada uno construye su valía personal.
- La identidad: responde a la idea de que en el ser humano hay algo consistente que le hace ser quien es y lo hace único.
- El esfuerzo o lucha propia: responde a la expresión del self en relación con los planes, metas y propósitos del individuo.
- La autoimagen: se refiere a la representación mental que cada uno tiene de sí mismo, así como la impresión que cree dejar en los demás.
- La adaptación racional: hace referencia a la forma en la cual se aprende a desarrollar habilidades y estrategias para afrontar distintas situaciones de forma efectiva y racional.
- La extensión del self: se desarrolla a partir de la vinculación con los intereses y aficiones, que se convierten en parte importante de lo que uno es, como la profesión o los pasatiempos.
- La sensación corporal: apunta a la relación que tiene la persona con la corporalidad y sus sensaciones, las cuales, a su vez, se convierten en un vehículo fundamental de contacto con ese mundo exterior.
Los rasgos de la personalidad según Allport
Según el psicólogo estadounidense, un rasgo es un sistema neuropsíquico generalizado y focalizado que tiene la capacidad de guiar formas de conducta adaptativas consistentes. Son entonces cualidades duraderas esenciales para nuestra adaptación al ambiente.
Aunque las personas podemos compartir algunos rasgos comunes, lo que distingue a cada individuo es la combinación única de estos rasgos y cuáles se destacan en cada uno. Así, la relación entre los rasgos define la singularidad de cada personalidad. En su teoría, Allport los categoriza en tres niveles.
1. Rasgos cardinales
Son aquellos que conforman el núcleo de la persona. Afectan y definen la mayor parte del repertorio conductual del individuo. En otras palabras, son los que tienen más peso en el modo de ser de cada quien y caracterizan la personalidad total.
Estos son tan penetrantes que dominan casi todo lo que hace una persona. Algunas figuras históricas que demuestran tener marcado un fuerte rasgo cardinal son Abraham Lincoln, por su honestidad; Marqués de Sade, por el sadismo; y Juana de Arco, por su heroico autoservicio.
Los rasgos cardinales dan forma a la persona, al sentido que tiene de sí misma, a su composición emocional, a sus actitudes y a su comportamiento. Esto es así hasta el punto de llegar a identificarlas por ellos.
2. Rasgos centrales
Los rasgos centrales son las características generales que forman los fundamentos básicos de la personalidad. Aunque son importantes, no son tan dominantes como los cardinales. Se trata de las principales características que se pueden utilizar para describir a otra persona.
Según la teoría, cada persona tiene entre 5 y 10 rasgos centrales, y están presentes en diversos grados. Estos incluyen rasgos comunes, tales como timidez, honestidad, amabilidad, y son condicionantes en la mayoría de los comportamientos.
3. Rasgos secundarios
Son los menos evidentes y generalizados, y se relacionan con actitudes o preferencias. A menudo, aparecen solo en ciertas situaciones o bajo circunstancias específicas. Son difíciles de detectar porque responden a estímulos limitados.
Por ejemplo, una persona puede mostrar signos de sumisión cuando la policía lo detiene por exceso de velocidad. Este es solo un rasgo situacional que puede o no mostrarse para otros encuentros interpersonales.
¿Cuántos rasgos de la personalidad existen?
Allport elaboró una extensa lista de hasta 4500 rasgos. Sin embargo, aún persiste el debate sobre la cantidad de rasgos básicos que conforman la personalidad humana. Por ejemplo, la teoría de Raymond Cattell simplificó el número de rasgos observables de 4000 a 171 y, después, a solo 16. Lo hizo mediante la combinación de ellos y la eliminación de los más singulares o difíciles de definir.
A su vez, el modelo de los cinco grandes de la personalidad destacó los siguientes rasgos fundamentales: apertura a la experiencia, responsabilidad, extroversión, empatía y neuroticismo. Mientras, el psicólogo británico Hans Eysenck desarrolló un modelo de personalidad basado en tres dimensiones.
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Fundamentos de la teoría de los rasgos de personalidad de Allport
La teoría de la personalidad de Allport no se basa de forma directa en la investigación empírica y, para muchos, este es su mayor talón de Aquiles. Pero, pese a su falta de respaldo científico, ha influido en modelos más cuantificables, como la teoría de los cinco grandes, que se basó en la investigación factorial.
Si bien desarrolló su sistema, en su mayoría, a través de la observación clínica, revisión de la literatura psicológica y reflexión teórica, realizó algunas investigaciones para dar fundamento a sus ideas.
- En colaboración con su hermano, el psicólogo social Floyd Allport, examinó a 55 estudiantes universitarios basándose en sus rasgos centrales. Concluyeron que era posible medir estos rasgos en la mayoría de los individuos.
- Además, llevó a cabo una peculiar investigación al analizar 301 cartas escritas por una mujer llamada Jenny a una pareja casada durante los últimos once años de su vida. Allport adquirió los escritos y pidió a 36 personas que describieran los rasgos de personalidad de Jenny en función de lo que podían notar en las cartas.
Aunque critican su falta de rigor científico, su teoría ofrece una visión relevante y detallada de la complejidad de la personalidad. Su énfasis en la singularidad de cada persona ha dejado una huella en la comprensión actual de la diversidad en la naturaleza humana.
El valor de las teorías de la personalidad
La teoría de los rasgos de Gordon Allport es solo uno de los tantos modelos que nos brindan información valiosa para entender mejor quiénes somos, por qué nos comportamos de cierta manera y cómo podemos mejorar. En definitiva, son guías útiles para explorar nuestro mundo interno y, en paralelo, comprender mejor a los demás.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
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- Allport, G. W. (1937). Personality: A psychological interpretation. Henry Holt. https://psycnet.apa.org/record/1938-01964-000
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