¿Qué quiere decir el cinismo en la filosofía?

Esta escuela de pensamiento despreciaba los valores tradicionales y los excesos. De hecho, los cínicos veían en los perros un modelo a imitar, ya que estos animales viven sin preocuparse por el «qué dirán».
¿Qué quiere decir el cinismo en la filosofía?

Escrito por Jennifer Rojas

Última actualización: 28 julio, 2024

De seguro, has escuchado o usado la palabra «cínico» para referirte a una persona falsa o que, cuando sabe que hizo mal, no se hace responsable de su actuación. Esta forma de entender el término es actual, porque en sus orígenes se refería a una escuela filosófica.

La actitud de los filósofos cínicos se corresponde con el significado de su nombre. El adjetivo «cínico» en griego es «kynikós», que significa ‘perruno’. A su vez, esta palabra deriva de «kynós», que quiere decir ‘perro’.

En este sentido, los cínicos eran en sus orígenes personas que se comportaban como perros, indiferentes y desvergonzados de las cosas que hacían. Sus inicios se remontan a la antigua Grecia de la mano del filósofo griego Antístenes y Diógenes de Sinope, dos grandes representantes del cinismo.

¿A qué llamamos cinismo en filosofía?

Se trata de un modo de vida caracterizado por el desprecio hacia las costumbres y los valores tradicionales. Esta perspectiva y forma de vivir surgió en la antigua Grecia, cuando el sentido comunitario que unía e identificaba a las ciudades griegas se perdió.

Los cínicos no solo despreciaban las convenciones de su época, sino que también sentían un profundo desdén por aquellas personas que llevaban una vida colmada de excesos y bienes materiales superfluos.

Por este motivo, a los filósofos cínicos suele representárselos como personas marginales y salvajes. Esto se debe a que su estilo de vida era coherente con su forma de pensar el mundo, viviendo de manera austera y precaria.

Esta actitud no tenía por fin provocar a los ciudadanos, sino más bien despertar sus conciencias. Según la filosofía del cinismo, una vida colmada de bienes materiales hace a las personas esclavas de los mismos. Además, en su afán de conseguirlos, se produce una destrucción de la naturaleza y los recursos naturales.

Los cínicos consideraban que había que vivir con lo justo y necesario de manera tal que satisficiera las necesidades básicas de los seres humanos.


¿En qué contexto surge?

La filosofía del cinismo surge a partir de las conquistas lideradas por Alejandro Magno entre los años 334 y 323 a. C. Su victoria ante Atenas impactó en la destrucción de la democracia ateniense, con todos sus valores comunitarios y políticos.

Así, se fue instaurando de manera progresiva una nueva organización social caracterizada por la figura de un rey que gobierna y decide los asuntos públicos, sin incluir a la comunidad.

En este contexto, la identidad entre ética y política que fundamentaba el pensamiento filosófico griego perdió sentido. En su lugar, fue necesario que la reflexión se enfocara en otorgar una direccionalidad a la vida de los individuos. Esto significó que la filosofía debía centrarse en la individualidad y no en la comunidad.

La filosofía del cinismo proporcionó una guía para encauzar las vidas de los individuos, abandonados a su propia suerte en un mundo cambiante e inestable.

Los inicios del cinismo

Aunque suela considerarse a Diógenes «el Perro» como fundador de la escuela cínica, en realidad lo fue Antístenes, según los especialistas. Se cuenta que este filósofo griego se reunía con sus oyentes en un gimnasio llamado Cinosargo que en griego significa «El perro blanco».

De esta manera, sus seguidores tomaron al pie de la letra el nombre del establecimiento, ya que comenzaron a adquirir y difundir un estilo de vida similar al que llevan los perros.

Con todo, Diógenes de Sinope es el representante más importante de la filosofía del cinismo. Hacia el año 380 a. C., se unió al grupo del Cinosargo y decidió tomar su historia de vida en favor propio.

Se cuenta que Diógenes tuvo que huir de su ciudad natal, Sinope, actual Turquía, debido a que su padre era un falsificador de monedas. Este ejemplo lo tomó como parte de su filosofía de vida, pero de un modo distinto. Así, en vez de dedicarse a falsificar monedas, Diógenes era un falsificador en el sentido de que consideraba como falsos los valores de su época.

Características de esta corriente filosófica

La filosofía del cinismo propone la felicidad como meta última a lograr. Sin embargo, esta en nada se relaciona con la obtención de cosas materiales o con un estado emocional.

Más bien, se trata de un estado de desapego total que se consigue gracias al ejercicio continuado en soportar las adversidades y el cumplimiento de necesidades básicas. En este sentido, las características de esta corriente filosófica son las siguientes:

  • Concepto de áskesis. Hace referencia al ejercicio reiterado que tiene como finalidad acostumbrar nuestro cuerpo y espíritu a soportar el esfuerzo. Así considerado, se trata de un entrenamiento que se practica a diario.
  • Infelicidad del ser humano. Los cínicos consideran que el ser humano es infeliz porque son esclavos del lujo y el placer. Estos carecen de límites y además debilitan el carácter.
  • Ejercitarse en el sufrimiento. La áskesis tiene como objetivo ejercitar al ser humano en el sufrimiento. De esta manera, los prepara para soportar las desdichas en el momento en que aparecen.
  • Autarquía. El humano debe ser capaz de satisfacerse con lo que tiene, sin necesidad de recurrir a cosas externas. En este sentido, se trata de lograr ser seres que se basten a sí mismos.
  • Libertad. Si logramos la independencia con respecto a los bienes materiales externos y obedecemos las leyes de la naturaleza, seremos libres.
  • Apatía. Generar un carácter fuerte, carente de emociones o pasiones, es importante para calmar la inclinación de los humanos hacia bienes mundanos superfluos.

Representantes del cinismo filosófico

Los filósofos cínicos se caracterizaron por su actitud contestataria y sus acciones insolentes y desvergonzadas. Con todo, sus esfuerzos estuvieron dirigidos a llevar una vida austera como demostración de su filosofía de vida.

Antístenes (445 a. C.- 365 a. C.)

Antístenes fue en realidad el filósofo cínico que dio forma a esta actitud filosófica. En sus comienzos, fue discípulo del sofista Gorgias. Sin embargo, luego de un tiempo, conoció a Sócrates y empezó a escuchar sus palabras. Esto fue muy importante, ya que en cierto modo el cinismo de Antístenes se inspiró en el modo de vida filosófico que llevaba Sócrates.

La filosofía del cinismo comenzó a impartirse en el gimnasio de cynosarges hasta que Diógenes de Sinope comenzó a difundir el pensamiento cínico.

Diógenes de Sinope (400 a. C.- 323 a. C.)

Diógenes de Sinope fue el representante más ilustre de la filosofía del cinismo. Su visión del mundo, que se refleja en sus desconcertantes frases, lo llevó a adoptar una vida sin lujos, atendiendo solo las necesidades básicas de subsistencia. Asimismo, su carácter burlesco y despreciativo hacia las normas o convenciones sociales ocasionó que fuera un personaje poco estimado en su época.

Crates de Tebas (365 a. C.- 285 a. C.)

El caso del filósofo cínico Crates de Tebas fue muy particular, ya que nació en el seno de una familia distinguida y acomodada. Esto supuso una gran contradicción para los principios de la filosofía del cinismo. Con todo, Crates se distanció de sus orígenes y se destacó por sus poemas de tintes burlescos y de denuncia hacia el lujo y lo innecesario.

Hiparquía de Maronea (350 a. C.- 280 a. C.)

En la historia de la filosofía se considera a Hiparquía de Maronea como una de las primeras filósofas. Fue discípula de Crates de Tebas, con quien se casó y llevó un estilo de vida acorde con la escuela a la que pertenecían.

Hiparquía asistió a diferentes escenarios públicos donde discutía con otras personas sobre la filosofía cínica y, en algunos casos, sobre el rol típico de la mujer, que ella estaba rompiendo. Fue una mujer fuerte que enfrentó con ferocidad las críticas de algunos hombres de la época, por dedicarse al cultivo de la virtud en lugar del cuidado doméstico.

El cinismo en el mundo contemporáneo

En el mundo contemporáneo, la palabra «cínico» tiene un significado despectivo, muy distinto del que tenía en la antigua Grecia. Un artículo publicado por la Universidad de Granada sostiene que el término «cinismo» hace referencia a una actitud de pura indiferencia y sarcasmo total hacia las convicciones y valores de los demás.

Para expresar este desacuerdo, las personas cínicas suelen recurrir a provocaciones e insultos. Por eso, suelen ser caracterizados como individuos desvergonzados, hirientes, burlones y críticos.

A pesar de esto, existen expresiones y tendencias que indican un cinismo moderno mesurado. El mismo exalta su carácter crítico como forma de libertad de expresión, necesario para revisar los valores sociales y políticos de una sociedad determinada.



El legado duradero del cinismo filosófico

A lo largo de este artículo descubrimos que el cinismo en filosofía fue una escuela de pensamiento profunda y radical. Su actitud provocadora fue útil para desafiar las convenciones de la época en la cual surgió. Asimismo, buscó difundir y revalorizar una vida libre de ataduras materiales y falsas apariencias.

Con todo, este significado que tuvo en sus inicios fue cambiando. Hoy en día, el cinismo adquirió una forma más bien pesimista y desilusionada con el mundo. A pesar de esto, no se puede dejar de exaltar las enseñanzas cínicas, ya que ellas nos invitan a reflexionar de manera crítica nuestros propios valores y comportamientos.


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