Personas cínicas: lo que se esconde detrás de este perfil

El comportamiento cínico no es un recurso propio de una persona inteligente. En realidad, tras este perfil se esconde la hostilidad, la desconfianza y esa actitud de quien no duda en herir a otros a través de la crítica y la comunicación agresiva.
Personas cínicas: lo que se esconde detrás de este perfil
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 16 septiembre, 2022

Las personas cínicas se enorgullecen muy a menudo de su afilado escepticismo. Son expertos en el arte de la desconfianza, en dirigirse a los demás con esa sutil combinación entre la ironía y el desprecio, como si ello, fuera un rasgo de elevado ingenio. Ahora bien, no nos equivoquemos, el cinismo tiene poco de saludable y mucho de irrespetuoso.

De algún modo, podríamos equiparar al cínico con la persona sarcástica. Ambos rasgos definen ese comportamiento en el que queda impregnada la burla, el desagrado y esa crítica afilada que usa sofisticadas habilidades lingüísticas para invalidar al otro. Hay quien le ve incluso a este tipo de actitudes cierto encanto, porque por término medio suelen ser muy creativos a la hora de hacer uso de la ironía.

No obstante, es acertado saber que ambas conductas están aplicando la comunicación agresiva. De este modo, si hay algo que nos está demostrando la psicología de la personalidad en los últimos años es que detrás de ciertos tipos de dimensiones, como puede ser el sarcasmo o el cinismo crónico, se pueden esconder aspectos como la amargura, el negativismo desafiante, la baja motivación, la insatisfacción, el odio o incluso algún trastorno mental.

Conozcamos más datos a continuación.

“¿Qué es un cínico? Un hombre que sabe el precio de todo y el valor de nada”.

-Oscar Wilde-

Diógenes

Lo que se esconde detrás de las personas cínicas

Los términos cínico cinismo derivan de la raíz griega kyon, que  significa ‘perro’. Esta palabra tiene su origen en un grupo de filósofos del siglo IV a. C que se hacían llamar los cínicos y que tenían como líder al ateniense Antístenes (445-365 a. C.). Dicha escuela de pensamiento ensalzaba un estilo de vida humilde y vinculado a la naturaleza. Rechazaban convencionalismos como el dinero, la política, las normas sociales, etc.

Más tarde, este enfoque filosófico quedó encarnado en la persona de Diógenes, al que Platón denominaba el Sócrates enloquecido. Entre sus aspiraciones estaba llevar una vida como la de los perros: simple, humilde, fuera de toda costumbre, ligada solo a lo instintivo y a la propia naturaleza.

El cinismo, por llamativo que nos resulte, llegó a expandirse por todas las ciudades del imperio romano. En un momento dado, hasta rivalizó con el estoicismo, ese sistema filosófico que defendía el autocontrol, la fortaleza y la claridad de pensamiento.

Ahora bien, la visión más moderna de este término no llegó hasta el siglo XVIII, momento en que se definió como una actitud orientada a poner en duda toda norma y todo valor ético y social.

Además, de ello, se le añadía un componente más: el ofensivo. El cinismo define desde entonces a una persona que hace uso del desprecio para vulnerar, criticar o menospreciar el comportamiento o pretensiones de otras personas. Veamos a continuación que más aspectos se esconden tras esta personalidad.

Hombre sujetando una máscara para representar a las personas cínicas

Las personas cínicas son idealistas decepcionados

Podríamos decir sin equivocarnos que todos llevamos a un pequeño cínico en nuestro interior. El cinismo, en realidad, entra dentro de un espectro: hay quien evidencia ciertas pinceladas de esta actitud y otros, en cambio, presentan un cinismo crónico y altamente negativo.

Este rasgo es el que podemos aplicar a veces cuando nos sentimos decepcionados con algo o alguien y emitimos un comentario crítico sobre el tema. Lo hacemos, por ejemplo, al hablar de política o de los políticos en esos términos en los que queda en evidencia que cada vez desconfiamos más de este estamento social.

Asimismo, cabe destacar que el cinismo puede ser saludable y puede ser tóxico-despectivo. Este último puede verse en esas personas que siempre están a la defensiva, que hacen un uso y un abuso extremo de las críticas y que, además, se decepcionan con gran facilidad porque defienden un idealismo utópico.

El cínico y la desconfianza egocéntrica

La persona cínica es alguien que hace de la desconfianza su principal estandarte. Es alguien susceptible, incrédulo, quisquilloso y despreciativo. Ahora bien, todos estos comportamientos son también claros mecanismos de defensa, parapetos donde separar a los demás de sí mismo y de ese egocentrismo casi enfermizo que los suele definir.

Además, están tan centrados en sus propios mundos que les trae sin cuidado las críticas ajenas. Esto hace a menudo que el cinismo vaya de la mano de la conducta asocial.

No temen ofender con sus comentarios

Cuentan los historiadores griegos que cuando Alejandro Magno se encontró con Diógenes, le preguntó si podía hacer algo para ayudarlo. Al ver sus harapos y su pobreza, el rey de Macedonia se apiadó de él. Ante ese comentario, Diógenes le respondió, simplemente, que se apartara de delante porque le estaba robando la luz del sol.

Las personas cínicas no temen ofender con sus comentarios. Es más, a menudo son hábiles expertos a la hora de humillar y criticar a través del ingenio de la palabra.

Alejandro Magno y su experiencia con Diógenes y las personas cínicas

Dicen lo que piensan

A veces no lo hacen respondiendo a un propósito práctico, pero allí donde hacerlo no tiene consecuencias negativas claras, las personas cínicas pueden ser muy transparentes. Esto quiere decir que si no dicen algo que sería relevante en una conversación, es más fácil que no sea por miedo al qué dirán o por vergüenza.

Cinismo crónico y uso de falacias

Además de su total despreocupación por el efecto de sus palabras en los demás, las personas cínicas tampoco dudan en utilizar falacias en su argumentación con tal de ganar. Como añadido a esto, al utilizar este tipo de trampas con mucha frecuencia son fácilmente descubiertos por sus interlocutores, pero no suele importarles.

Cinismo crónico y facilidad para mentir

El cínico es una persona que no se ajusta a una moral donde la honestidad tenga valor para ellos. Es por ello que no les cuesta nada mentir o ajustarse a un perfil ficticio donde muestren preocupación por los demás, aunque no la sientan en absoluto.

Para ellos, la mentira es una herramienta más. Por tanto, estas personas no dudan en mentir (con planes muy bien elaborados, eso sí) para conseguir sus objetivos o para manipular a las personas que tienen a su alrededor.

Cómo lidiar con personas cínicas

Algunos consejos generales son:

  • Evitar las discusiones y los debates abiertos: en estos casos es cuando una persona cínica se pone más a la defensiva, pues todo lo que no coincida con su propia visión será visto por ellos como un ataque directo hacia su propia persona.
  • Promover el optimismo, evitando el pesimismo: los cínicos suelen ser personas pesimistas, llevándolas esto a tener un agitado y negativo estado anímico de forma constante. Es importante no dejarse arrastrar hacia esa negatividad.
  • Intentar entender el por qué de ese cinismo: el cinismo no suele ser algo que aparezca de la nada, normalmente va ligado a malas experiencias o traumas pasados. Estos son los que generan esa profunda desconfianza y desencanto hacia la sociedad.

Cinismo crónico y demencia

Este dato es tan curioso como importante. En un estudio llevado a cabo en la Universidad de Estocolmo por parte de la doctora Elisa Nuevoven se demostró que las personas con un comportamiento hostil y cínico presentan un envejecimiento más adverso. Tienen mayores problemas de salud y mayor riesgo de sufrir demencias.

A su vez, la doctora Hilary Tindle, profesora de Medicina en la Universidad de Pittsburgh en Estados Unidos, nos señala otro aspecto relevante. En su práctica clínica ha podido comprobar que la hostilidad y el cinismo se relacionan con mayores trastornos de salud. Es más, este tipo de perfiles eran los que presentaban peores estilos de vida y quienes, a su vez, eran más reacios a desafiar e incumplir los consejos médicos.

Ahora bien, algo que explica también la doctora Tindle es que las personas cínicas siempre tienen la oportunidad de cambiar. Esa actitud defensiva, negativa y desconfiada puede tratarse.

No importa la edad del paciente, con ayuda adecuada, apoyo social y eficaces técnicas es posible favorecer un cambio. Y todo ello, revierte sin duda en la salud de la persona. La vida es demasiado corta para cargar con la desagradable máscara del cinismo. Tengámoslo en cuenta.


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