Descubre las 12 razones por las que nunca tienes tiempo
¿Ha terminado el día y no has realizado ni la mitad de lo que tenías planeado hacer? ¿Te frustra esta situación? ¡Claro que sí! Sobre todo, porque pasan las horas, los días y las semanas, y parece que todo seguirá siendo igual siempre: el tiempo nunca te alcanza.
Si no sabes por qué te ocurre esto, sigue leyendo. En este artículo, te presentaremos y explicaremos varios motivos por los que este suceso te podría estar pasando. También te diremos qué puedes hacer en cada caso.
Razones por las que nunca tienes tiempo
Por lo general, este fenómeno se reproduce, principalmente, por una mala organización. No aprovechas cada minuto debido a la distracción, a la dedicación de tiempo en objetivos que no le agregan valor a tu vida, a la pereza o a la procrastinación. Veamos otras razones.
1. No duermes bien
No tienes tiempo porque no duermes bien. El sueño es necesario no solo para tu funcionamiento orgánico, también para el mental. La ausencia de un descanso de calidad está asociado a la reducción del bienestar general, el rendimiento y la productividad. Si tu rendimiento cognitivo y productividad disminuyen, ¿cómo esperas tener tiempo para acabar todo lo que tienes planeado?
Un estudio de la revista Sleep ha evidenciado que las personas que duermen un promedio de siete a ocho horas se desempeñan mejor en tareas cognitivas de razonamiento y resolución de problemas. En cambio, las que duermen menos tienden a sufrir de problemas en el razonamiento, la resolución de problemas y las habilidades de comunicación.
¿Qué puedes hacer?
- Crea una rutina con horarios fijos para acostarte y levantarte.
- Mantén tu habitación oscura y tranquila.
- No uses el celular, el ordenador, el televisor u otra pantalla minutos antes de dormir o mientras estás acostado esperando conciliar el sueño.
- Limita el consumo de cafeína o de bebidas energizantes antes de dormir.
- Haz ejercicio de manera regular.
- Evita dormir por el día o la tarde durante varias horas.
- Haz un ejercicio de relajación antes de acostarte.
- Procura dormir siete o más horas.
2. Tienes la costumbre de trabajar en modo multitarea
Si eres de las personas que hacen múltiples tareas, es razonable que no tengas tiempo, ya que la multitarea afecta el funcionamiento cognitivo. Esto impide que termines los quehaceres en las horas establecidas, y que, por ende, percibas que no te alcanza el tiempo.
Los seres humanos tenemos dificultades para ejecutar varias tareas a la vez, debido a la forma en que funcionan la atención y el control ejecutivo.
¿Qué puedes hacer?
- Haz una lista de tus tareas pendientes.
- Organízalas según la urgencia e importancia que tengan. Ubica de primero las más urgentes y en última posición las menos importantes.
- Comienza a resolverlas en orden.
- Evita hacer dos tareas a la vez.
- Termina una actividad y luego pasa a la siguiente.
3. Eres desorganizado y no gestionas tu tiempo
El desorden disminuye tu productividad y tus posibilidades de hacer todo lo que tienes planeado. No obstante, si te organizas, tu rendimiento y productividad pueden mejorar. Dedícale un poco de tiempo a planificar tus tareas y a mantener las cosas ordenadas.
Si no administras tu tiempo, no podrás tenerlo de sobra. Practicar estrategias de gestión hace que mejores en este aspecto. Es decir, cuanto más horas pases tratando de administrar tu día, mejor lo harás. De esta manera, tendrás más control sobre los minutos que pasan y menos estrés.
¿Qué puedes hacer?
- Establece objetivos claros y realistas.
- Inicia por la tarea más urgente y relevante.
- Planifica tus días.
- Asígnales tiempos a cada actividad que tengas que realizar.
- Usa estrategias de gestión del tiempo, como la técnica Pomodoro.
- Utiliza aplicaciones y herramientas que te ayuden a gestionar las horas.
- Monitorea cómo estás invirtiendo tu tiempo y ajusta tu planificación.
Descubre: 10 tips para administrar mejor tu tiempo
4. Tienes una agenda, pero no le haces caso
Cuando no revisas tus horarios y planes, terminas desperdiciando tu tiempo y energía en cosas que ya no son útiles o necesarias. En última instancia, vivir así te dejará siempre con la percepción de que no tienes tiempo.
¿Qué puedes hacer?
- Mantén tu agenda en un lugar donde puedas verla mientras trabajas o estudias.
- Configura recordatorios o alarmas en tu celular para que te recuerden seguir el plan que tienes.
- Tacha en la agenda las actividades que vas llevando a cabo.
- Recompénsate cuando termines una tarea o cumplas con lo que dice la agenda.
5. Tienes dificultades para priorizar
La falta de priorización de actividades se relaciona mucho con la falta de tiempo que percibes en tu día a día. No sabes clasificar las tareas por su grado de importancia ni dedicarle el tiempo que merecen.
Procura no comenzar algo sin antes preguntarte: «¿Necesito hacerlo ahora?» Si tu respuesta es no, entonces no lo hagas. Enfócate en lo prioritario e importante para el momento. Luego, pasa a las otras cosas. Priorizar te ayuda a usar el tiempo de manera eficiente.
¿Qué puedes hacer?
- Enlista los quehaceres que debes realizar.
- Usa el método de Eisenhower para evaluar la importancia y urgencia de cada ocupación.
- Apóyate en el uso de sistema de numeración (por ejemplo, 1 para alta prioridad, 2 para media y 3 para baja) o etiquetas como Alta, Media, Baja para clasificar las actividades.
- Organiza en orden de urgencia e importancia la lista que hiciste en un principio.
- Planifica tu tiempo para empezar a trabajar en cada tarea.
- Evita la multitarea.
- Revisa constantemente tus avances.
6. Buscas complacer a los demás
Nunca tienes tiempo porque llenas tu agenda con actividades o tareas que satisfacen las necesidades de otras personas, pero no las tuyas.
En ocasiones, preferirías quedarte en casa en tu sofá leyendo esa novela que compraste o viendo esa película que te recomendaron, pero no puedes porque no tienes tiempo. Tienes tantos compromisos que cumplir y tareas atrasadas que realizar por haber invertido el tiempo en complacer a los demás.
¿Qué puedes hacer?
- Identifica tus valores, necesidades y metas.
- Rechaza solicitudes que interfieran con la realización de tus objetivos.
- Establece límites claros y precisos.
- Dale mayor prioridad a tus necesidades.
- Celebra tus triunfos.
- Busca ayuda profesional si complacer a los demás afecta de manera significativa tu vida.
7. No sabes decir «no»
No sabes decir que «no» a un proyecto, a un compromiso o a la solicitud de alguien. Esta falta de asertividad termina quitándote el tiempo que podrías tener para otras cosas importantes que quieres hacer. Encontrar tiempo para ti debe ser tu principal objetivo. Priorízate a ti mismo y a tu bienestar por encima de los demás.
¿Qué puedes hacer?
- No te apresures en responder.
- Ten clara la razón por la que quieres decir «no».
- Mantén la calma y usa un tono de voz suave.
- Comunícate de manera respetuosa.
- Usa un lenguaje claro y directo al decir «no».
- Evita dar tantas explicaciones u ofrecer disculpas por negarte.
- Ofrece una alternativa si es posible.
- Haz respetar tus límites de manera asertiva.
8. Tienes miedo a estar contigo
«Algún día, en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente, te encontrarás a ti mismo, y esa, solo esa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas».
Al llenar tu agenda de trabajo y ocupar todo tu tiempo y espacio mental en hacer cosas, no tienes posibilidad de pensar en tu existencia. Así, ese «No tengo tiempo» te sirve como mecanismo para no estar a solas contigo, con tus sombras y con esas preguntas y angustias existenciales que te atormentan cuando haces una pausa.
Tu falta de tiempo te ayuda a librarte de esas incómodas inquietudes: «¿Es esta la vida que quiero llevar?». El ruido de las actividades te permite esquivar tal interrogante. Sin embargo, algún día tendrás que verte cara a cara contigo.
¿Qué puedes hacer?
- Acepta que tienes miedo.
- Explora tus sentimientos y examina por qué no quieres estar contigo.
- Practica la meditación o el mindfulness para que aprendas a estar en el presente contigo.
- Planifica tiempos cortos a solas.
- No te satures con actividades de entretenimiento porque terminarás distrayéndote de ti.
- En los tiempos para estar contigo, procura no hacer nada o realizar una actividad poco exigente, como caminar por el parque. La idea es que tengas tiempo para conectar con lo que piensas y sientes.
- Dedícate tiempo para reflexionar en tu vida.
- Sé amable y compasivo contigo.
- Cuida tu salud física y mental.
- Busca ayuda profesional.
9. No delegas tareas
«No tengo tiempo», eso es lo que dices, posiblemente, porque no sabes delegar. Quieres tener el control total de tus actividades que no eres capaz de delegar o pedir ayuda. En consecuencia, te sobrecargas de trabajo y no tienes horas disponibles para hacer otras cosas.
¿Qué puedes hacer?
- Identifica las tareas que no requieren de tu atención constante y que puedes asignarle a otra persona.
- Encuentra a alguien de confianza y pídele su ayuda de manera amable y asertiva.
- Cerciórate de que la persona cuente con los recursos y capacidades para cumplir con las exigencias de la tarea.
- Expresa el resultado que esperas, pero sin ser demasiado perfeccionista o rígido. Aclara bien lo que se debe hacer y resuelve las dudas que surjan.
- Mantente informado del progreso y ofrece retroalimentación.
- Agradece el apoyo que has recibido.
10. Quedas atrapado en el perfeccionismo
Buscar la perfección en todo lo que haces es contraproducente, sobre todo cuando es obsesiva. A pesar de que es una buena cualidad cuando es moderada, puede llevar mucho tiempo alcanzar los estándares que exige cuando se sale de la normalidad.
¿Qué puedes hacer?
- Fíjate objetivos y expectativas más realistas.
- Recuerda que no todo tiene que ser perfecto.
- Permítete sentir satisfacción con lo que haces, aunque no sea perfecto.
- Establece límites de tiempo para cada tarea y respeta el plazo que te pusiste.
- Identifica las tareas que no exigen un alto nivel de perfección.
- Sé compasivo contigo y acepta que la imperfección y los errores son parte de la naturaleza humana.
11. Careces de una rutina estructurada
No tener una rutina organizada y bien distribuida hace que tu cotidianidad parezca caótica. Cuando trabajas o estudias sin estructura, al final de la jornada sentirás que no tuviste tiempo para cumplir o adelantar las responsabilidades pendientes de ese día.
¿Qué puedes hacer?
- Dedica tiempo cada noche para planificar el día siguiente. También puedes hacerlo cuando te levantes por la mañana.
- Anota las tareas que debes realizar y asígnales un tiempo.
- Emplea aplicaciones de gestión de tareas para mantener un registro de ellas.
- Identifica y prioriza las actividades más importantes y urgentes.
- Organiza tu día en segmentos de tiempo dedicados a labores específicas.
- Piensa en los posibles distractores que se puedan presentar y prepara una estrategia para enfrentarlos.
- Define, de manera breve para que no se te olvide, cómo resolverás cada tarea. También puedes escribir qué estrategias usarás para gestionar el tiempo en cada una.
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12. Interrumpes tus actividades
Las interrupciones constantes hacen que te atrases y que el tiempo pase sin que logres avanzar en tus actividades. Las llamadas inesperadas, las redes sociales, los correos electrónicos, las conversaciones con otras personas, etc., fragmentan tu tiempo y hacen que pierdas el enfoque. Las distracciones externas o internas perturban tu productividad y afectan tu rendimiento.
¿Qué puedes hacer?
- Designa momentos breves para descansar. En esos intervalos puedes revisar tus redes sociales, conversar, revisar tus e-mails…
- Usa aplicaciones que te ayuden a bloquear las distracciones del celular.
- Organiza tu ambiente de trabajo o estudio, y elimina las distracciones materiales.
- Rechaza solicitudes o favores adicionales que interrumpan tu trabajo urgente o importante. Por eso, es fundamental saber decir «no».
- Habla con las personas cercanas a ti (familiares, amigos, compañeros) y diles que solo las atenderás en ciertos periodos de tiempo. Haz esto si ellas son motivo de interrupciones y no son una parte esencial para el desarrollo de tus actividades.
Aprovecha tu tiempo con ayuda de una buena gestión
La próxima vez que percibas o pienses que nunca tienes tiempo para hacer todo lo que tienes planeado, recuerda que el tiempo, como dimensión física, no es algo que puedes controlar.
Concéntrate, más bien, en lo que puedes hacer, en cómo gestionar tus horarios y actividades, pensamientos y creencias para volverte más productivo en tu día a día. Recuerda que la falta de tiempo, por lo general, es producto de su mala administración.
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