¿Eyacular poco es signo de haber tenido relaciones antes o existen otros factores?
¿Alguna vez te has preguntado si eyacular poco es únicamente signo de tener relaciones antes? La respuesta es que también entran en juego otros elementos: desde la frecuencia de la actividad sexual hasta aspectos como la hidratación y el estrés, influyen en la cantidad de semen que un hombre segrega.
Son más los factores que causan una menor eyaculación, pero este es un tema que suele rodearse de muchas creencias populares. Te ayudamos a aclarar esta duda, para desmitificar la idea y evitar preocupaciones infundadas.
Factores que pueden influir en eyacular poco
Los mitos populares y la influencia de la industria pornográfica han llevado a muchos a creer que una eyaculación abundante es sinónimo de virilidad y salud sexual. Sin embargo, la realidad es muy diferente. De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina, el volumen promedio de semen en una eyaculación suele estar entre 1.5 y 5 mililitros.
Dicho volumen suele representar una cucharadita de esperma, y puede variar entre los hombres, dependiendo de factores físicos y psicológicos que pasamos a explicarte.
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1. Frecuencia de la actividad sexual o masturbación
Si un hombre tiene varias relaciones sexuales o se masturba con mucha frecuencia en pocos días, es probable que la cantidad de semen disminuya de forma temporal. Esta es una respuesta natural del cuerpo, ya que se necesitan entre 24 y 48 horas para reponer las reservas de esperma.
Cuando las eyaculaciones ocurren en intervalos cortos, el cuerpo no tiene suficiente tiempo para reabastecerse por completo, lo que puede resultar en una menor cantidad de semen en las eyaculaciones posteriores.
Algunas investigaciones han sugerido que cuanto más tiempo se pasa sin eyacular, mayor es la cantidad de esperma y el número de espermatozoides en la eyaculación. Para aumentar volumen de semen en los encuentros sexuales, abstenerte de eyacular por un tiempo es una buena estrategia.
2. Edad avanzada
Según información de la Sociedad Internacional de Medicina Sexual, los hombres producen la mayor cantidad de semen cuando están en sus treinta años, ya que en esa etapa la función reproductiva tiende a estar en su punto más alto. No obstante, a medida que envejecen, la cantidad de semen que producen empieza a disminuir de forma gradual.
Esto ocurre porque, con el tiempo, los niveles hormonales cambian, la función de las glándulas reproductoras disminuye y el sistema reproductivo envejece.
A pesar de que, con los años, la cantidad de esperma producida puede ser menor, esto no significa que se pierda la capacidad para concebir. Lo que sí es cierto es que se reduce la calidad del semen con el envejecimiento y haría más difícil la fecundación.
3. Mala hidratación
La hidratación juega un papel crucial en la producción de semen. Si el cuerpo no recibe suficiente agua, el volumen de esperma tiende a bajar. Esto sucede porque el líquido seminal, que constituye gran parte del semen, se compone principalmente de agua.
Por lo tanto, mantenerse bien hidratado es esencial para que el cuerpo pueda producir una cantidad adecuada de esperma. La falta de líquidos no solo afecta el volumen, sino que también incide en la calidad del semen, lo que hace que sea más espeso y menos fluido.
Y no es solo la cantidad de agua que se bebe lo que importa, sino también sus propiedades o compuestos. El agua del grifo a veces tiene mucho cloro, lo que afectaría la fertilidad y la salud de los testículos.
4. Alimentación y estado nutricional
Una dieta equilibrada y rica en vitaminas y minerales es importante para mantener una producción adecuada de esperma y asegurar que la salud reproductiva esté en óptimas condiciones.
Algunas investigaciones han sugerido que el consumo de suplementos de zinc puede mejorar la calidad del semen, aumentar el volumen en cada eyaculación e incrementar la cantidad de espermatozoides por mililitro.
Con todo, la ingesta de cualquier suplemento debe estar avalada por una profesional de la medicina.
5. Problemas de salud o medicamentos
Ciertas condiciones médicas, entre las cuales destacan las infecciones en el tracto reproductivo (como la prostatitis o la epididimitis), problemas hormonales (como bajos niveles de testosterona) y enfermedades crónicas (como la diabetes o los trastornos autoinmunes) perjudican la producción de semen.
Por su parte, los medicamentos para la presión arterial, los antidepresivos y los esteroides anabólicos pueden disminuir la producción de esperma. Además, los tratamientos de quimioterapia, que se utilizan para tratar el cáncer, podrían minimizar la cantidad de espermatozoides.
6. Fumar o consumir alcohol en exceso
Múltiples investigaciones han resaltado que fumar y consumir alcohol puede perjudicar tanto la cantidad como la calidad del semen. El tabaquismo reduciría el volumen de esperma y el número de espermatozoides, además de afectar su motilidad y morfología.
De igual manera, el alcoholismo tiene incidencia en la producción de semen y afecta la salud general del sistema reproductivo. Reducir o eliminar el consumo de estas sustancias contribuiría a mejorar la calidad del esperma y, en general, la salud reproductiva.
7. Niveles elevados de estrés
El estrés tiene un impacto negativo en la función sexual y, a veces, conduce a una disminución en la cantidad de semen producido. Frente a un episodio estresante, el cuerpo libera hormonas como el cortisol, que interfieren con el equilibrio hormonal necesario para una producción saludable de esperma.
Esto reduciría el volumen de semen e influiría en la calidad de las eyaculaciones. Disminuir el estrés a través de técnicas de relajación, ejercicio y un estilo de vida equilibrado es conveniente.
Al respecto, un estudio publicado en Fertility and Sterility resaltó que, en promedio, los hombres que experimentan niveles altos de estrés tienen un 34 % menos de espermatozoides en total comparado con los hombres con niveles de estrés moderados. Además, el volumen total de semen que generan puede ser hasta un 15 % menor.
8. Ansiedad de desempeño
Este tipo de ansiedad ocurre cuando alguien está demasiado preocupado por su rendimiento sexual y teme no cumplir con las expectativas propias o de su pareja. Con frecuencia, esta clase de pensamientos nocivos alteran el equilibrio hormonal y desfavorecen la función sexual, lo que reduce de manera temporal la producción de esperma.
9. Depresión
Los trastornos depresivos tienen impacto en la función sexual, incluida la eyaculación. Cuando una persona lleva un tratamiento con antidepresivos, es común que experimente una disminución en el deseo sexual y cambios en sus hormonas. Estos factores reducen la cantidad de esperma segregada.
10. Angustia por infertilidad
La angustia y la frustración por no poder concebir pueden provocar un aumento en los niveles de estrés. Y ocurre que el estrés crónico aumenta la secreción de cortisol, minimizando la cantidad y la calidad del esperma.
A su vez, la ansiedad por la infertilidad tiende a generar presión e influir en la función sexual, lo que contribuye con problemas como la disfunción eréctil o una eyaculación precoz, que también toca el volumen de semen producido.
Cantidad de eyaculación y la comunicación con la pareja
Ahora que sabes que el volumen de semen en cada eyaculación puede verse afectado por diferentes factores, es importante que no saltes a conclusiones precipitadas si notas una disminución en su cantidad.
Que esto sea una señal de que tu pareja tuvo relaciones sexuales con alguien más es una inquietud común, pero no siempre tiene una base sólida; no significa obligatoriamente que te engañan.
Para abordar estos temas, la comunicación abierta y honesta es crucial. En lugar de asumir lo peor, lo fundamental es expresar tus preocupaciones de manera respetuosa y buscar aclaraciones.
Conversaciones sinceras favorecen la resolución de malentendidos y fortalecen la relación. Asimismo, el diálogo ayuda a crear un espacio de confianza y comprensión mutua. Y si la angustia persiste, la terapia de pareja puede ser útil para tratar lo concerniente a la salud sexual y promover una comunicación efectiva.
Entender el trasfondo es clave para abordar el problema
Como ves, eyacular poco depende de una variedad de factores, tanto físicos como psicológicos, y no es exclusivamente un signo de tener relaciones antes. Desde la edad y la alimentación hasta el estrés y la ansiedad, entender las distintas variables permite abordar el problema de manera informada.
Y es que cuando se está en pareja, comprender los trasfondos puede ser útil para evitar malentendidos y vivir una relación plena.
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