Sertralina: ¿para qué sirve y cuáles son sus efectos secundarios?

Dentro del grupo de medicamentos usados en psiquiatría, la sertralina es uno de los más famosos por su efectividad en ciertas condiciones. Te lo explicamos a detalle.
Sertralina: ¿para qué sirve y cuáles son sus efectos secundarios?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 22 diciembre, 2023

La sertralina es uno de los psicofármacos más conocidos para el tratamiento de la depresión mayor, los ataques de pánico, la ansiedad social, el estrés postraumático y los pensamientos obsesivos-compulsivos. Se le conoce también por sus nombres comerciales de Zoloft ®, Serolux ®, Aluprex ® y Sertex ®.

Fue desarrollada por la empresa farmacéutica Pfizer y patentada en 1977. El desarrollo estuvo centrado en encontrar un antidepresivo que fuese más selectivo que los existentes en ese momento y con menos efectos secundarios, en comparación con los antidepresivos tricíclicos.

La sertralina fue aprobada para uso médico en 1991, bajo el nombre comercial de Zoloft ®. Luego, se difundió en todo el mundo y recibió sucesivas aprobaciones para incluirse en el protocolo de atención de distintas enfermedades.

¿Qué es la sertralina y cómo actúa?

La sertralina es un medicamento que pertenece a la clase de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Por lo tanto, actúa aumentando la disponibilidad de serotonina en el cerebro, como explican en StatPearls.

La serotonina es un neurotransmisor, una sustancia química que ayuda a transmitir señales entre las células nerviosas. En condiciones normales, después de que la serotonina realiza su función, una parte de ella es absorbida en un proceso llamado recaptación.

Lo que hace la sertralina y otros ISRS es bloquear la recaptación de serotonina. Al hacerlo, aumentan los niveles de serotonina en el espacio sináptico y este aumento en la concentración contribuye a aliviar los síntomas de ciertos trastornos mentales, ya que la sustancia desempeña un papel importante en la regulación del estado de ánimo.

Al ser selectivo, el fármaco no afecta la disponibilidad de otros neurotransmisores, como la noradrenalina. Tampoco tiene injerencia en los receptores GABA ni en los receptores muscarínicos.

¿En qué situaciones es útil la sertralina?

La sertralina se administra, sobre todo, en los trastornos depresivos. Ayuda a controlar las emociones, los pensamientos y las acciones que a veces acompañan a estas condiciones de salud.

Por supuesto, no es una terapia curativa por sí sola. Se necesitan enfoques que complementen con terapia psicológica.

Por otro lado, además de ser útil en la depresión, ha mostrado una buena efectividad en las siguientes situaciones:

Trastorno disfórico premenstrual

La sertralina y otros ISRS se utilizan para el tratamiento del trastorno disfórico premenstrual o TDPM. Se trata de una forma grave del síndrome premenstrual, que puede causar síntomas emocionales significativos en las mujeres durante la segunda mitad de su ciclo.

El fármaco contribuiría a aliviar los síntomas emocionales, como la irritabilidad, la tristeza, la ansiedad y la sensación de estar abrumada. De todos modos, no siempre es efectivo, como lo detalla una investigación del 2015.

¿Cómo se toma la sertralina?

La dosis de sertralina puede variar según la condición médica para la cual se indique. Es crucial seguir las indicaciones de un profesional de la salud y nunca ajustar la cantidad ingerida por cuenta propia. De manera general, las dosis que suelen prescribirse son las siguientes:

  • Depresión mayor: se suele iniciar con 50 mg una vez al día. Luego, se evalúa la respuesta del paciente. Es posible hacer aumentos graduales de 50 en 50 mg hasta un máximo de 200 mg diarios.
  • Trastorno de ansiedad generalizada: la dosis inicial oscila entre 25 mg y 50 mg al día. También se pueden hacer aumentos hasta el máximo de 200 mg al día.
  • Trastorno obsesivo compulsivo o TOC: comparte la dosis inicial de 50 mg al día con la depresión mayor. Se plantean aumento de 50 mg con un intervalo no menor a una semana entre cada incremento.
  • Trastorno por estrés postraumático o TEPT: la dosis inicial recomendada es de 25 mg al día. Los aumentos graduales, en este caso, serán de 25 mg a 50 mg, según la respuesta del paciente, y dejando una semana de intervalo entre cada cambio de dosis.
  • Trastorno de pánico: dosis inicial de 25 mg o 50 mg al día.

Es importante destacar que estas son las pautas generales y aprobadas en los prospectos de los fármacos comercializados. Aun así, la dosificación depende de la indicación médica y de los ajustes que considere el profesional. Hay que tener en cuenta que muchas veces se ingiere combinada con otros principios activos.



¿En qué presentaciones se comercializa?

En diferentes países y regiones, el medicamento puede tener nombres comerciales distintos. Sin embargo, las presentaciones más comunes se consiguen en casi todo el mundo y son las siguientes:

  • Tabletas orales: es la presentación más común y se encuentran en dosis de 25 mg, 50 mg o 100 mg. Se toman por vía oral y pueden administrarse con o sin alimentos.
  • Solución oral: diseñada para pacientes que tienen dificultades para tragar tabletas. Es una forma líquida que facilita la administración en niños, por ejemplo.
  • Liberación prolongada: son tabletas diseñadas para liberar el medicamento de modo gradual, permitiendo una permanencia sostenida de la dosis y sus efectos en el cuerpo.

¿Quiénes no deberían tomar sertralina?

La sertralina, al igual que otros medicamentos, tiene contraindicaciones y precauciones que deben ser consideradas. Será un profesional de la salud quien determine la pertinencia o no de indicar el fármaco, pero es preciso conocer estas circunstancias particulares para comentarlas con el médico.

  • Alergia o hipersensibilidad: las personas que son alérgicas a la sertralina o a un excipiente de la presentación comercial, no deberían recibir el fármaco.
  • Pacientes que toman inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO): la sertralina no debe administrarse junto con los fármacos IMAO, como isocarboxazida o fenelzina. Ni siquiera en las dos semanas posteriores a la interrupción de un tratamiento con estos últimos. La interacción da lugar a reacciones adversas graves, como el síndrome serotoninérgico.
  • Pacientes que toman pimozida: la administración concomitante con este medicamento está contraindicada, debido al riesgo de alteraciones cardiacas, como la prolongación del intervalo QT, lo que puede llevar a arritmias. Sin embargo, de acuerdo con un artículo de Clinical therapeutics se han realizado análisis que no corroboraron esta interacción.
  • Personas con antecedentes de efecto disulfiram: los pacientes medicados con disulfiram o con trastornos del consumo de alcohol que han padecido efectos secundarios severos por otros antidepresivos, deberían evitar este principio activo.
  • Problemas hepáticos: sertralina se metaboliza en el hígado, por lo que puede requerir ajustes de dosis en pacientes con disfunción hepática.

Embarazo y lactancia

La decisión de utilizar sertralina en estas etapas dependerá de varios factores. Se ha sugerido un aumento en el riesgo de malformaciones congénitas, pero los datos son controversiales. También hay posibilidad de un aumento en el riesgo de las complicaciones obstétricas, como el parto prematuro, en casi todas las mujeres que toman antidepresivos.

La sertralina se excreta en la leche materna, pero en cantidades bajas. En general, la cantidad que recibe el lactante se considera ínfima y con poca probabilidad de causar efectos adversos significativos, como certifica una revisión del año 2016.

Para algunas mujeres, los beneficios del tratamiento superarán el riesgo potencial. Consideremos que la depresión no tratada en la madre también puede tener consecuencias negativas para el bebé. La decisión deberá ser discutida con el médico.

Efectos secundarios asociados a la sertralina

Los inhibidores de la recaptación de serotonina, aunque efectivos, no son inocuos. Tienen efectos secundarios y la incidencia de estos dependerá de varios factores. Los más comunes son los siguientes:

  • Sudoración excesiva.
  • Náuseas, vómitos y diarrea.
  • Agitación, confusión, ansiedad.
  • Temblores y espasmos musculares.
  • Aumento de la frecuencia cardíaca y cambios en la presión arterial.

Por su parte, el síndrome serotoninérgico es una reacción potencialmente grave que ocurre cuando hay un exceso de serotonina en el sistema nervioso central. Con la sertralina, es una posibilidad que se presente. Aparecen los síntomas antes mencionados de modo exacerbado, más ataxia (falta de coordinación motora) e hiperreflexia.

Ideación suicida

La ideación suicida es un efecto secundario grave de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. Es una reacción rara e infrecuente, pero se ha observado en algunos casos reportados en la revista Indian journal of psychological medicine.

Se supone que un aumento en la agitación y la ansiedad por culpa de la sertralina sería el contribuyente principal de la ideación suicida. De todas maneras, la FDA revisó la evidencia disponible y concluyó que los beneficios del tratamiento superaban a los riesgos.



Consideraciones finales sobre la sertralina

Los psicofármacos siguen siendo parte de la estrategia terapéutica habitual para tratar los trastornos depresivos. Nos ayudarán a sentirnos mejor para poder trabajar en una adecuada terapia psicológica.

A lo largo de los años, la sertralina se ha convertido en uno de los antidepresivos más recetados en el mundo. Ese uso difundido es también su riesgo, ya que se consigue en mercados paralelos sin prescripción y es tomada en dosis inadecuadas, sin supervisión médica.

El uso de la sertralina y otros antidepresivos debe ser supervisado siempre por un profesional de la salud. Además, la interrupción del tratamiento debe hacerse bajo la orientación de médico para evitar efectos secundarios y problemas de discontinuación.


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