¿Los antidepresivos son adictivos?
La prescripción cada vez más continua de antidepresivos hace cuestionar si son fármacos adictivos. Estos medicamentos se recetan no solo para los trastornos depresivos; su administración también es frecuente en pacientes con dolor crónico, trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), trastorno de pánico, fobias graves o estrés postraumático.
Lo primero que debes saber es que los antidepresivos con los que se cuenta en la actualidad no producen adicción. Ahora bien, en determinadas circunstancias sí pueden originar una situación de «dependencia». Esto puede aparecer cuando la persona deja el tratamiento de golpe o lleva muchos años tomándolo. Hay particularidades muy concretas que es necesario conocer.
Los antidepresivos son eficaces, pero no deben utilizarse como estrategia única y exclusiva para superar un trastorno del estado de ánimo. La terapia psicológica es la mejor estrategia frente a una depresión y evitar así recaídas o el consumo mantenido en el tiempo de estos fármacos.
¿Los antidepresivos son adictivos? Esto es lo que nos dice la ciencia
El tratamiento para la depresión y para cualquier condición mental no es una experiencia única para todos. Cada persona lleva consigo una historia y, a su vez, unas particularidades sociales y genéticas que le harán responder a los psicofármacos de un modo u otro. Lo cierto es que al debate sobre si los antidepresivos son adictivos, le suele acompañar más de un mito.
Para empezar, entre las comunidades científicas hay unanimidad que concluye que estos fármacos no producen adicción. No son una droga como la heroína o el propio tabaco. Trabajos como los realizados en el King’s College London destacan que no se puede clasificar a los antidepresivos como sustancias adictivas, porque no hay una evidencia indiscutible para avalarlo.
Asimismo, en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V) estos fármacos no cumplen con todos los criterios para considerar sus efectos como una adicción. Sin embargo, hay aspectos que conviene clarificar.
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Situaciones en las que aparece el síndrome de abstinencia
El síndrome de abstinencia, en el contexto de los antidepresivos, puede aparecer cuando se deja la medicación de forma inadecuada. Es lo conocido como «síndrome de discontinuación de antidepresivos». Así, es frecuente que cuando una persona experimenta mareos, insomnio o irritabilidad, tras suspender el consumo, considere que los antidepresivos son adictivos.
Esta respuesta tiene casi siempre más de una causa que la explica. Aparte de la suspensión inadecuada del mismo, en una investigación del 2022 realizada por la University College London, destacan que esta respuesta física se debe al uso prolongado en su administración. Tomar un antidepresivo durante muchos años trae consecuencias.
No obstante, se insiste en un hecho: esta forma de abstinencia es completamente distinta a la que aparece como efecto del consumo de drogas. Por otro lado, hay pacientes que confunden el síndrome de abstinencia con una nueva recaída de la propia depresión. A menudo, la sintomatología es muy similar. El correcto diagnóstico es clave en estos casos.
Los antidepresivos no tienen efectos eufóricos como las drogas, podrían generar en algunos casos muy concretos cierta sensación de dependencia, si se suspende el tratamiento de un día para otro.
Dependencia y quiénes la experimentan
Algunos pacientes concluyen con que los antidepresivos son adictivos, porque experimentan signos de dependencia. Insistimos, una vez más, que la experiencia del consumo de dichos psicofármacos no es igual en todas las personas. De este modo, aunque esta característica no es frecuente, pueden darse casos como los siguientes:
- La administración indebida de los antidepresivos puede generar dependencia y efectos secundarios adversos.
- Las personas que siguen el tratamiento con estos fármacos durante muchos años quizás experimenten dependencia.
- La dependencia a los antidepresivos puede aparecer en pacientes que, previamente, han tomado benzodiazepinas durante períodos prolongados.
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¿Cuáles son los antidepresivos más y menos «adictivos»?
Tal y como se ha señalado, los antidepresivos no son adictivos, pero es posible generar una sintomatología vinculada a la dependencia si la duración del tratamiento es más extendida.
En este último escenario, hay algunas tipologías que, por su composición, tienen un potencial un poco más elevado de producir efectos relacionados con el síndrome de retirada. A continuación, conoce cuáles de estos fármacos derivan mayores efectos y los que menos.
Antidepresivos con mayor riesgo de dependencia
- Desvenlafaxina. Es un medicamento útil para tratar el binomio dolor crónico/depresión.
- Paroxetina. Lo indican ante cuadros depresión mayor, estrés postraumático, ansiedad, trastorno de pánico.
- Escitalopram. Es empleado para la depresión mayor, ansiedad generalizada, trastorno de pánico, fobias y TOC.
- Bupropión. Se usa en pacientes con depresión y para tratar el tabaquismo. Necesita siempre de un seguimiento en su administración.
Antidepresivos más comunes y con menos efectos
- Sertralina.
- Fluoxetina.
- Mirtazapina.
- Agomelatina.
- Escitalopram.
Quienes no siguen las pautas específicas de los médicos y se exceden en el consumo de antidepresivos experimentarán efectos adversos. Entre ellos dependencia.
¿Cómo evitar efectos adversos en el consumo de los antidepresivos?
Aunque existe el falso mito de que los antidepresivos son adictivos, estos fármacos están avalados por las instituciones médicas y no hay pruebas de que tengan tal efecto. Ahora bien, el consumo de estos psicofármacos requiere seguir al pie de la letra las indicaciones.
Asimismo, hay una serie de pautas y recomendaciones que protegen frente a la dependencia. Son estrategias que mejorarían el proceso a la hora de superar un trastorno psicológico; se trata de las listadas a continuación:
- No dejar el tratamiento de un día para otro.
- Seguir con exactitud las recomendaciones de los especialistas.
- No combinar los antidepresivos con otras sustancias, como el alcohol.
- Recordar que la administración mantenida en el tiempo deriva en dependencia.
- En caso de notar efectos adversos, es necesario comunicarlo al especialista, para ajustar la dosis o probar otro fármaco.
- Cabe la posibilidad de realizar pruebas genéticas para conocer cuál podría ser el efecto de estos fármacos.
- Los antidepresivos tratan el síntoma, pero no la raíz del problema. Es necesaria la terapia psicológica para abordar el diagnóstico y poder, así, dejar el tratamiento farmacológico.
Para concluir, solo el uso indebido de estos psicofármacos los puede convertir en agentes adictivos. Consulta siempre con profesionales especializados y respeta sus indicaciones. Estamos ante medicamentos seguros y eficaces que todos podríamos necesitar en algún momento.
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