¿Qué esperar de la terapia psicológica?

¿Qué piensas que se hace en una terapia? ¿Qué te han contado? ¿Qué has leído? Si fueras hoy, ¿cuáles serían tus objetivos? Pues bien, en este artículo vamos a derribar algunos mitos alrededor de la terapia y a proporcionarte una idea realista de lo que encontrarás.
¿Qué esperar de la terapia psicológica?
María Vélez

Escrito y verificado por la psicóloga María Vélez.

Última actualización: 26 agosto, 2022

Uno de los puntos de confusión más acentuados de las personas frente a la terapia psicológica es que no saben qué esperar de ella. Son demasiadas las ideas o las especulaciones sobre cómo se lleva a cabo; por otro lado, lo que nos cuentan las personas que han estado en terapia también puede intensificar esta confusión. Por ello, antes de concertar una cita con el psicólogo es importante informarse de en qué consiste realmente.

Dentro de la psicología existe una amplia variedad de enfoques que determinan las estrategias y planteamiento de la terapia. Teniendo esto en cuenta, de manera general, se denomina terapia psicológica al conjunto de técnicas que aplican los profesionales de la psicología para lograr mejorar la calidad de vida de las personas.

Con este artículo esperamos aclararte qué es y qué no es la terapia psicológica, qué puedes esperar de ella y cómo debes afrontarla.

Hombre en terapia

¿En qué consiste la terapia?

Como se mencionaba anteriormente, la terapia psicológica se basa en la aplicación de una serie de técnicas y estrategias que permiten mejorar la vida de las personas.

Su objetivo consiste en enseñar y entrenar formas de solucionar, afrontar, gestionar o prevenir situaciones o dinámicas más adaptativas. Dicho de otra manera, se busca que la persona adquiera recursos para solucionar sus dificultades de forma autónoma e independiente.

Estos recursos, por su parte, deberían integrar aspectos conductuales, emocionales y de pensamiento. Por ejemplo, para identificar los pensamientos que le llevan a sentir una emoción que desemboca en un ataque de pánico.

Como consecuencia, cada terapia psicológica se debe adaptar a las necesidades de cada persona y su problema en cuestión. Por ello, las opiniones y experiencias que pueden llegar de otras personas no tienen por qué ser aplicables a nuestro caso. Cada persona es distinta y el efecto del tratamiento también.

¿Cómo se adapta a las personas?

Quizás el aspecto más fundamental es la relación de confianza entre el terapeuta y la persona que acude a terapia. Gracias a esta relación, el cliente/paciente podrá comunicar de una manera sincera cuáles son sus inquietudes, expectativas y dificultades. Solo así, el o la terapeuta podrá comprender de una forma global el problema.

El siguiente paso imprescindible es realizar una evaluación. Esta se enfocará en aquellos aspectos en los que la persona ha indicado que encuentra dificultades. Una vez identificada la intensidad del problema y realizado un diagnóstico, el terapeuta y cliente/paciente, conjuntamente, establecen una serie de objetivos y la forma en la que trabajarán sobre ellos.

Después, a lo largo del proceso terapéutico, se irán aplicando las técnicas adecuadas y pactadas. Y, a lo largo del tiempo, se irá revisando la utilidad y eficacia de esas estrategias. Así, si se observa que alguna técnica no está consiguiendo buenos resultados, se podrá buscar una forma alternativa de abordarlo.

¿Qué esperar de la terapia psicológica?

Teniendo en cuenta lo anterior, ¿qué puedes esperar entonces de la terapia psicológica? ¿Qué te vas a encontrar? ¿Qué se va a esperar de ti?

Ayuda e información

La terapia psicológica es una fuente de ayuda, una guía. Lo que se puede encontrar en terapia es a una persona que ofrece sus conocimientos, tiempo y recursos para reducir el malestar de otra. Por tanto, puedes esperar que, desde la primera cita, el terapeuta tenga una actitud afable, facilitadora y te proporcione toda la información que necesitas.

Igualmente, puedes esperar que esa persona te dé soporte para lograr los objetivos, basados en técnicas que han probado su eficacia. No tendrá una fórmula infalible y será necesario hacer algunos cambios y ajustes a lo largo de la terapia.

El diálogo puede ser el canal, pero no el único ni lo único

Al hablar de terapia psicológica, la primera imagen que se nos viene a la cabeza es un salón y dos personas conversando, una en cada sillón. Sin embargo, aunque el diálogo es una herramienta poderosa en psicología, solo es la punta del iceberg. En la terapia psicológica se puede, y se debe, hacer uso de distintas técnicas.

A veces, estas técnicas demandan una implicación de la persona más allá del tiempo de terapia. Es usual que de alguna manera se lleve deberes para la siguiente sesión, como completar un registro de situaciones o pensamientos que han provocado malestar. En otras ocasiones, en la misma consulta, se puede hacer entrenamiento práctico para que el cliente/paciente aprenda una técnica para generalizar o aplicar en otros contextos. Por ejemplo, el entrenamiento en relajación.

Incluso se puede hacer uso de tecnologías para trabajar en aspectos en los que sería imposible hacerlo de otra manera. Como el uso de realidad virtual en la desensibilización sistemática para exponerse a la fobia a las alturas. O bien, utilizar programas informáticos para realizar entrenamiento cognitivo.

Trabajo continuo

Como advertíamos antes, no se puede esperar de la terapia psicológica una fórmula mágica. De hecho, puedes esperar todo lo contrario. Para que la terapia sea eficaz y se logren los mayores beneficios posibles, es necesario que se trabaje de forma continuada e insistente en aquello que se necesita.

Este trabajo es especialmente importante por parte de los pacientes/clientes, ya que el objetivo último es que adquieran una serie de destrezas y recursos que puedan utilizar de forma independiente en cualquier momento y situación. Es decir, el paciente/cliente debe trabajar de forma constante hasta aprender e integrar esas estrategias. Sin ese trabajo, no se podrá avanzar y poco más podrá ofrecer el psicólogo.

Metas y tareas concretas

Todo lo que se hace en terapia forma parte de una intervención que tiene un objetivo. Por ejemplo, reducir la ansiedad y aprender a prevenirla. Por ello, aunque a veces es necesario explorar distintas áreas para comprender un problema, todas las actividades que se realizan deberían estar justificadas y dirigidas a esa meta.

Esto puede ayudar a los pacientes/clientes a darse cuenta de los avances que se van haciendo y a motivarse, así como al terapeuta a identificar cuándo se puede comenzar a espaciar más las sesiones, incluso a finalizar la terapia.

Tener esto claro también puede ser útil para saber si estamos en las manos del profesional adecuado. Así, si la terapia es interminable, hace sentir incómodo al cliente/paciente, se realizan tareas que no aportan nada o ya no se trabaja nada en las sesiones, quizás sea el momento de cambiar o, al menos, de hablarlo.

Psicóloga haciendo terapia

¿Qué no esperar de ella?

Resumiendo, en la terapia psicológica se aprende a gestionar un problema de una manera eficaz. Por lo tanto, no puedes esperar una solución rápida, pues ese aprendizaje requiere tiempo.

Se trata de enfrentarse a situaciones dolorosas, reflexionar acerca de ellas y cambiar pensamientos y hábitos que nos han acompañado desde siempre. Así que tampoco puedes esperar que sea fácil y que el trabajo que se realice sea un camino de rosas.

Por último, no puedes esperar que no te vaya a servir para nada. Si esto es así, seguro que no te servirá.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Echeburúa, E., & Corral, P. D. (2001). Eficacia de las terapias psicológicas: de la investigación a la práctica clínica. Revista Internacional de Psicología clínica y de la salud1(1), 181-204.
  • Echeburúa, E., Corral Gargallo, P. D., & Salaberría, K. (2010). Efectividad de las terapias psicológicas: Un análisis de la realidad actual.
  • Mañas, I. (2007). Nuevas terapias psicológicas: La tercera ola de terapias de conducta o terapias de tercera generación. Gaceta de psicología40(1), 26-34.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.