¿Cuál es la diferencia entre un ataque de pánico y un ataque de ansiedad?

Hoy queremos hablar de la diferencia entre ataque de ansiedad y ataque de pánico. Uno es un término que predomina en el lenguaje coloquial, pero que en el clínico tiene muy poco recorrido y el otro es una entidad clínica perfectamente identificada.
¿Cuál es la diferencia entre un ataque de pánico y un ataque de ansiedad?
Cristina Roda Rivera

Escrito y verificado por la psicóloga Cristina Roda Rivera.

Última actualización: 30 octubre, 2020

Los términos ataque de pánico y ataque de ansiedad se suelen usar indistintamente, pero no son lo mismo. Existen características clave que los distinguen, aunque tienen varios síntomas en común. Los dos términos se mezclan no solo por parte de los pacientes, sino de los mismos estudiantes de psicología.

Será difícil encontrar el tratamiento adecuado o desarrollar habilidades de afrontamiento útiles si el uso de los términos no se diferencia correctamente. Por tanto, conocer la diferencia entre un ataque de ansiedad y un ataque de pánico es más que una cuestión de semántica.

Al comprender los síntomas de los ataques de ansiedad frente a los de pánico, se puede abordar de manera más eficiente el caso de un paciente y los problemas detrás de los ataques. El malestar de base es muy distinto y su evolución también, así que es fundamental diferenciarlos bien.

Mujer con las manos en la cabeza preocupada

Ataque de ansiedad y ataque de pánico

Un ataque de ansiedad a menudo surge como reacción a un factor estresante o a una preocupación concreta. Llevas tiempo temiendo un despido y tu jefe te llama para hablar y es ahí cuando tus síntomas de ansiedad pueden dispararse.

En un ataque de ansiedad, las personas pueden sentirse temerosas, aprensivas, que su corazón se acelera o sentir que le falta el aire, pero es de muy corta duración y cuando el factor estresante desaparece, también lo hace el ataque de ansiedad.

El ataque de pánico, por otro lado, se da cuando no existe un peligro real o causa aparente. No es provocado y en muchos casos es bastante impredecible. En un ataque de pánico, la persona se ve inundada por el terror, el miedo o la aprensión.

Pueden sentir que van a morir, perder el control o sufrir un ataque cardíaco. Tienen una serie de síntomas físicos que pueden incluir dolor de pecho, dificultad para respirar, mareos o náuseas.

¿Están incluidos en el DSM?

A finales del 2020, “ataque de ansiedad” no corresponde con ninguna categoría diagnóstica como tal en la última edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5).

Un ataque de ansiedad es en realidad un término coloquial creado para quienes padecen ansiedad, para describir períodos de ansiedad intensos o prolongados.

Los ataques de pánico son fáciles de definir porque existe un consenso clínico. Aquí hay una definición oficial del DSM: “un ataque de pánico es un episodio repentino de miedo intenso que desencadena reacciones físicas graves cuando no existe un peligro real o una causa aparente”.

Síntomas de ataque de ansiedad

Cuando hablamos de un ataque de ansiedad, nos referimos a un pico de la misma que puede prologarse en el tiempo -bien hasta que el estímulo que la genera desaparece, encontramos una estrategia alternativa de afrontamiento o el sistema fisiológico se agota-.

Es más grave que la simple sensación de ansiedad, pero por norma no suele alcanzar las cotas de activación que genera  un ataque de pánico. Puede durar desde minutos hasta horas, incluso días y semanas. Por lo general, presenta uno o más de los siguientes síntomas:

  • Inquietud, sensación de agotamiento o nerviosismo.
  • Una gran fatiga en ausencia de esfuerzo físico o mental prologando o intenso.
  • Dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco.
  • Irritabilidad.
  • Tensión muscular.
  • Dificultad para controlar las preocupaciones.
  • Problemas para dormir (dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido o sueño inquieto o insatisfactorio).

La terapeuta Ginger Poag definió un ataque de ansiedad como ‘un período de aprensión sobre posibles eventos futuros’. A veces, un ataque de ansiedad es el preludio de un ataque de pánico.

A diferencia de los ataques de pánico, los ataques de ansiedad no son necesariamente signos de un trastorno de ansiedad. La ansiedad es una respuesta natural a ciertos estímulos o situaciones y los ataques de ansiedad son solo formas más intensas de esa emoción.

Los ataques de ansiedad a menudo causan patrones de evitación o precaución excesiva. Por ejemplo, alguien que ha experimentado ataques de ansiedad debido a la ansiedad social puede evitar los lugares o situaciones que lo han puesto ansioso.

Síntomas de un ataque de pánico

En un ataque de pánico se pueden desencadenar reacciones físicas graves. Muchas de las personas que lo sufren piensan que están sufriendo un infarto. Algunos llaman al 911 porque no saben qué están experimentando. Suelen tener al menos algunos de los siguientes síntomas, que suelen durar de 10 a 15 minutos:

  • Sensación de muerte o peligro inminente.
  • Miedo a perder el control o morir.
  • Frecuencia cardíaca rápida y palpitante.
  • Transpiración.
  • Temblores.
  • Dificultad para respirar u opresión en la garganta.
  • Sofocos.
  • Náusea.
  • Calambre abdominal.
  • Dolor en el pecho.
  • Dolor de cabeza.
  • Mareos, aturdimiento o desmayo.
  • Entumecimiento u hormigueo.
  • Sensación de irrealidad o desapego.

Con los ataques de pánico, las personas suelen tener una sensación de amenaza inmediata. Esto hace que respondan pidiendo ayuda o tratando de escapar de cualquier situación en la que se encuentren. A veces, las personas solo tienen uno o dos ataques de pánico en sus vidas.

Suelen ocurrir bajo cantidades extremas de estrés o presión. Experimentar repetidamente ataques de pánico suele ser un síntoma de trastorno de pánico. Ciertos eventos traumáticos pueden eventualmente hacer que alguien desarrolle un trastorno de pánico.

Mujer con la mano en el pecho

Diferenciar un ataque de pánico de un ataque de ansiedad

Debido a que los síntomas son tan similares, puede ser difícil distinguir entre los ataques de pánico y los de ansiedad. A continuación, se incluyen algunos consejos que pueden ayudar:

  • Los ataques de pánico generalmente ocurren sin un desencadenante. La ansiedad es una respuesta a un factor estresante o una amenaza percibidos.
  • Los síntomas de un ataque de pánico son intensos y perturbadores. A menudo implican una sensación de “irrealidad” y desapego. Los síntomas de ansiedad varían en intensidad, de leves a graves.
  • Los ataques de pánico aparecen repentinamente, mientras que los síntomas de ansiedad se vuelven gradualmente más intensos en minutos, horas o días.
  • Los ataques de pánico desaparecen después de unos minutos, mientras que los síntomas de ansiedad pueden prevalecer durante períodos prolongados.

Tener presente la diferencia entre un ataque de pánico y un ataque de ansiedad es clave, ya que muchos pacientes creen que tienen ataques de ansiedad y lo que sufren en verdad es un trastorno de pánico. Esta confusión es la causa en muchos casos de que el paciente no acuda a terapia.

Por otro lado, confundir uno con otro en el diagnóstico diferencial, en el peor de los casos la persona podría volverse dependiente de un medicamento que no necesita. Por eso, es vital que los profesionales también entiendan las diferencias y trabajen desde la rigurosidad.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.