Síndrome de abstinencia de los ISRS (antidepresivos)

El síndrome de abstinencia de los ISRS no es muy frecuente. Aparece cuando después de seguir un tratamiento para la ansiedad o la depresión retiramos de forma brusca la administración del fármaco.
Síndrome de abstinencia de los ISRS (antidepresivos)
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 25 octubre, 2023

El síndrome de abstinencia de los ISRS aparece cuando después de estar tomando un fármaco durante un tiempo determinado, lo retiramos de forma brusca. El organismo no puede adaptarse a ese descenso súbito de serotonina en el espacio sináptico y entonces, aparecen náuseas, temblores, cefaleas, trastornos del sueño…

Cabe decir en primer lugar que este tipo de condición es poco frecuente. Los profesionales de la salud prescriben las medicaciones con una serie de pautas muy precisas para evitar este tipo de efectos adversos. Sin embargo, en ocasiones puede aparecer el síndrome de abstinencia no solo al dejar de forma abrupta la medicación. A veces, incluso al reducir las dosis del propio fármaco algunas personas experimentan este tipo de sintomatología.

Asimismo, suele suceder otro aspecto llamativo. Cuando una persona experimenta esta situación piensa que está sufriendo una recaída. De ahí que soliciten a sus médicos volver una vez más al tratamiento con los antidepresivos. Es importante por tanto conocer todos los efectos asociados a los psicofármacos y entender a su vez la relevancia de seguir cada pauta y recomendación de los expertos.

Veamos más datos a continuación.

Los inhibidores de la recaptación de serotonina (ISRS) son los más recetados en la actualidad para el tratamiento de la depresión mayor o los trastornos de ansiedad

Síndrome de abstinencia de los ISRS ¿qué es?

Antes de profundizar en el síndrome de abstinencia relacionado con estos fármacos, es interesante recordar qué son los ISRS. Bajo estas siglas están los inhibidores de la recaptación de serotonina y los que constituyen a día de hoy, el tipo de medicación más común para tratar desde la depresión a los trastornos de ansiedad.

Si se recetan con tanta frecuencia es porque sus efectos secundarios son leves y transitorios. La sintomatología adversa de medicamentos como la fluvoxamina, fluoxetina, sertralina y la paroxetina es muy baja en comparación con los fármacos tricíclicos, cuyos síntomas cardiovasculares y anticolinérgicos eran por lo general bastante serios.

Por tanto, sabiendo que son efectivos para el tratamiento de estas condiciones clínicas, hay un aspecto que no podemos dejar de lado: su mecanismo de acción nos será beneficioso siempre y cuando llevemos a cabo una correcta administración y una retirada adecuada del fármaco. Así, a la hora de dejar un psicofármaco es importante hacerlo poco a poco y nunca de forma brusca. En caso de hacerlo de este último modo, sufriremos el síndrome de abstinencia de los ISRS.

Veamos en qué consiste.

Por qué aparece el síndrome de abstinencia de los ISRS

La serotonina es ese neurotransmisor multipropósito que además de facilitar la comunicación entre las células del cerebro, media en nuestro bienestar, motivación, comportamiento social, memoria, etc. Bien, cuando una persona sufre depresión el recuento de serotonina en el espacio sináptico es particularmente bajo.

Es como si el cerebro estuviera en estado de hibernación en cuanto a este químico ser refiere. La escasa serotonina que existe es captada al instante por las neuronas postsinápticas. De este modo, tal y como nos explican en un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y publicado en la revista “Salud mental” lo que hacen los  distintos medicamentos ISRS es bloquear esa recaptación y favorecer la acumulación de serotonina en el espacio sináptico.

  • Cuando se sigue un tratamiento de varias semanas con los ISRS aparecen cambios en el cerebro. Hay menos receptores de serotonina con el fin de que este neurotransmisor esté más tiempo en nuestro organismo.
  • Si retiramos de forma brusca este tipo de fármacos sucederán varias cosas. La primera es que no le damos oportunidad al cerebro para que se vaya adaptando al cambio, lo obligamos a hacerlo de un día para otro. Y el modo que tiene de hacerlo nunca es positiva.
  • El segundo aspecto que sucederá es que no solo tendremos menos receptores de serotonina, sino que tampoco habrá un nivel óptimo serotonina en el espacio sináptico porque era el fármaco quien propiciaba ese mecanismo. Por tanto experimentaremos una brusca recaída e incluso una intensificación en cuanto a la sintomatología depresiva.

Síntomas asociados al síndrome de abstinencia de los ISRS

La sintomatología asociada al síndrome de abstinencia de los ISRS suele variar bastante en cada caso. Asimismo, cabe señalar a su vez que estos efectos aparecen entre 1 y 10 días después de suspender la administración de un ISRS. Estos serían los efectos más comunes:

  • Mareo.
  • Malestar abdominal.
  • Diarreas.
  • Dificultad para caminar.
  • Náuseas y vómitos.
  • Fatiga.
  • Irritabilidad.
  • Cefaleas.
  • Insomnio.
  • Dolor muscular.
  • Síntomas similares al resfriado.
  • Parestesia (sensación de ardor, picazón o que se arrastra por la piel)
  • Alucinaciones visuales.
  • Problemas de concentración.
  • Despersonalización.
  • Pensamientos negativos.

Por último, en casos más graves pueden aparecer brotes psicóticos o catatonias (la persona dejar de reaccionar a su entorno). No obstante, tal y como hemos señalado al inicio este tipo de síndrome es poco común.

Prevención y tratamiento

Los síntomas de abstinencia de los ISRS pueden tratarse reanudando la dosis original del ISRS o bien bajando la dosis de forma adecuada a lo largo de un tiempo determinado. No obstante, es algo que deben decidir los médicos valorando cada caso en particular.

Todo ello nos obliga, sin duda, a recordar una vez más la importancia de prevenir este tipo de situaciones. Si bien no se dan con excesiva frecuencia, cabe señalar que nunca debemos tomar decisiones arbitrarias e individuales en lo que se refiere a la administración o retirada de un fármaco que nos han recetado.

Por lo general, si el tratamiento con un ISRS ha durado entre 4 y ocho semanas, lo ideal es ir reduciendo la dosis entre una o dos semanas hasta proceder a la retirada completa. En caso de que nuestro tratamiento haya durado meses, dicha retirada será más lenta progresiva. Hacerlo de un día para otro supone enfrentarnos a un estado claramente adverso que no nos beneficia en nada.


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