La tríada de pensamientos negativos en la depresión: ¿cómo desactivarla?

¿Cómo te percibes? ¿Cómo procesas la realidad que te envuelve? Hay múltiples componentes que pueden edificar la cárcel de una depresión y tus pensamientos son un pilar decisivo en dicha condición mental. Te lo explicamos.
La tríada de pensamientos negativos en la depresión: ¿cómo desactivarla?
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 18 marzo, 2023

«Nadie me querrá nunca más», «no valgo para nada», «mi vida es un desastre», «para lo único que sirvo es para decepcionar a todo el mundo», «las cosas nunca cambiarán». Buena parte de los pensamientos que producimos a diario tienen una valencia negativa capaz y, además, son tramposos: arenas movedizas en las que nos vamos hundiendo.

Si bien es verdad que el desarrollo de una depresión depende de múltiples factores, el enfoque mental juega un papel fundamental. Tanto es así que figuras como Aaron Beck comprendieron y explicaron este trastorno psicológico desde una perspectiva cognitiva. Es decir, el mundo interno de la persona y sus creencias subjetivas son las que originan dicho sufrimiento.

Este mismo marco es el que le sirvió a Beck para formular la teoría conocida como «tríada cognitiva de la depresión». Este concepto no deja de tener un gran valor, porque nadie niega el hecho de que, en un trastorno del estado de ánimo, aquello que nos decimos a nosotros mismos importa. La manera en que procesas tu realidad y te autopercibes, puede ser una alianza o una maldición.

«Si nuestro pensamiento queda empantanado por significados simbólicos distorsionados, razonamientos ilógicos e interpretaciones erróneas, nos volvemos, en verdad, ciegos y sordos».

-Aaron T. Beck-

Mente fragmentada por la tríada de pensamientos negativos en la depresión
La forma en que pensamos también puede edificar la cárcel de una depresión.

¿En qué consiste la tríada de pensamientos negativos en la depresión?

Cuando hablamos con una persona que lleva tiempo lidiando con una depresión, tomamos conciencia de un factor. En ella pesa la desesperanza, la idea de que ciertos aspectos de su existencia ya no tienen sentido. Igualmente, percibimos ideas muy desgastantes, creencias de las que no siempre es consciente, que aniquilan el ánimo y la motivación.

La tríada de pensamientos negativos en la depresión nos dice que esta condición se edifica a partir de tres componentes. Después de muchos años de investigación y de psicoterapia, Aaron Beck identificó esos procesos cognitivos inherentes que daban forma a este trastorno. Cabe señalar, además, que su modelo teórico tiene una gran relevancia y aceptación.

Estudios como los realizados por el doctor Ernest Edward Beckham, de la Universidad de Oklahoma, destacan la utilidad de aplicar un instrumento que detecta y evalúa este tipo de pensamientos. Conocer cómo es la arquitectura mental de un paciente, facilita mucho mejor el abordaje terapéutico. Veamos ahora los tres pilares que sustentan esta teoría.

Los pensamientos distorsionados y los esquemas de cómo nos percibimos a nosotros mismos, pueden modelar las bases de una depresión.

1. Sesgos cognitivos

Los sesgos cognitivos son procesos de pensamientos distorsionados y contraproducentes. Son los responsables de hacernos ver el mundo y la realidad que nos envuelve de manera adversa, negativa y desesperanzada. Así, por lo general, estas distorsiones parten de algunos de los razonamientos listados a continuación:

  • Los «debería» y «tengo qué».
  • Sobregeneralización (todo saldrá mal).
  • Personalización (si mi madre está triste, seguro que es por mi responsabilidad).
  • Pensamiento dicotómico o pensamiento blanco o negro (las cosas son buenas o malas).
  • Etiquetado en función de ciertos resultados (me he equivocado en esa tarea, por tanto, soy un fracasado).
  • Inferencia arbitraria o sacar conclusiones precipitadas (si mi pareja no me ha llamado es que me ha dejado).

2. Autoesquemas negativos

Un esquema de pensamiento es como un paquete de ideas que integramos sobre alguna dimensión. Muchos de nuestros esquemas autorreferenciales (el modo en que nos vemos) se originan en la infancia. El modo en que se dirigieron a nosotros nuestros padres, profesores y figuras del entorno pueden trazar una serie de ideas del propio ser muy negativas.

El problema es que, muchas veces, no somos conscientes de cómo esos esquemas internos nos condicionan y median en nuestro malestar.

3. Errores en la lógica (procesamiento de información defectuoso)

El último factor de la tríada de pensamientos negativos en la depresión lo define nuestra manera ilógica de procesar cada situación. A este componente se le suman los dos anteriores, es decir, tanto los sesgos cognitivos como los esquemas internos sobre cómo nos percibimos.

Esos dos elementos crean un filtro altamente defectuoso que nos harán afrontar cada experiencia de manera muy debilitante. Cualquier pequeño problema se verá como una empalizada. Cualquier interacción, objetivo u obligación se manejará con los peores recursos. Primero, porque los sesgos cognitivos nos empañan; segundo, porque estamos llenos de inseguridades.

Según Aaron Beck, las personas deprimidas integran un esquema negativo del mundo y de sí mismas en edades tempranas. Hacerlas visibles, lograr que la persona sea consciente de ellas es un primer paso.

Hombre en terapia psicológica para tratar la tríada de pensamientos negativos en la depresión
La terapia cognitiva implica educar a la persona sobre su trastorno y distorsiones y, a su vez, desafiar sus pensamientos.

¿Cómo desactivar esos componentes?

La tríada de pensamientos negativos en la depresión debe abordarse mediante un proceso terapéutico bien estructurado. Algo que sabe el psicólogo entrenado en terapia cognitiva, es que la persona con depresión refuerza a diario una serie de pensamientos negativos sobre sí misma, el mundo y lo que pueda traerle el futuro.

El objetivo, por tanto, será reemplazar el pensamiento disfuncional por uno más saludable. Los mecanismos para llevarlo a cabo serán los siguientes:

Identificar los procesos cognitivos subyacentes

El psicólogo tendrá que identificar esos sesgos, creencias y esquemas disfuncionales que refuerzan la depresión. A menudo, el universo mental de una persona es como un paradigma científico. Hay que averiguar cuáles son esas variables que crean una versión de la realidad tan alterada y problemática.

Educar al paciente en su trastorno

La persona debe ser agente activo del cambio y responsable de tomar conciencia de cómo piensa e interpreta cada circunstancia. Para desactivar la tríada de pensamientos negativos en la depresión, es pertinente educar al paciente en su trastorno psicológico. Esto implica darle a conocer el efecto desde los sesgos cognitivos, hasta la obligación de revistar ciertas creencias.

Desafío cognitivo mediante diálogo socrático

El diálogo socrático es una herramienta poderosa en los entornos de la terapia cognitiva. Facilita que, mediante una serie de preguntas muy concretas, la persona reflexione sobre ciertas realidades internas. Son desafíos dialécticos que simplifican un reencuadre de ciertas perspectivas y concepciones.

Lograr que la persona se cuestione a sí misma y consiga dar forma a un enfoque mental más saludable y esperanzador, es el máximo objetivo. Esto se alcanza mediante un aprendizaje guiado mientras explora cada sesgo, cada esquema y creencia.

Contrarrestar la influencia del procesamiento automático

Como hemos señalado, muchas creencias y procesos de pensamiento tienen su origen en la infancia. La persona está tan habituada a procesar la realidad de forma automática, que no es consciente de esos componentes adversos que tergiversan su realidad. Otro propósito terapéutico será lograr que se dé forma a un pensamiento más pausado y reflexivo.

Ese pensamiento automático de valencia negativa es muy común en los estados depresivos. Asumir el control de la mente evitando ese razonamiento errático y de filtrado negativo es algo esencial. Solo así lograrán sustituir, poco a poco, enfoques invalidantes, por perspectivas mentales más saludables.

Conclusión

Las personas somos, a menudo, el producto de un compendio de profecías autocumplidas, ideas sesgadas y pensamientos irracionales. Todos coleccionamos más de uno de estos elementos contraproducentes. La clave está en no darles poder, en ser conscientes de que están ahí y priorizar unas perspectivas mentales más resilientes, reflexivas y motivadoras.

Es cierto que, en ocasiones, el desánimo nos vence. Quizás, en un momento dado, la maraña de pensamientos negativos no deje espacio a la esperanza. Esa será la oportunidad de pedir ayuda especializada; no lo dudemos.


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  • Beck AT. Depression: Clinical, experimental, and theoretical aspects. Harper & Row; New York, NY: 1967.
  • Beck AT. The current state of cognitive therapy: A 40-year retrospective. Archives of General Psychiatry. 2005;62:953–959
  • Beckham EE, Leber WR, Watkins JT, Boyer JL, Cook JB. Development of an instrument to measure Beck’s cognitive triad: The Cognitive Triad Inventory. Journal of Consulting and Clinical Psychology. 1986;54(4):566–567.
  • Reilly LC, Ciesla JA, Felton JW, Weitlauf AS, Anderson NL. Cognitive vulnerability to depression: a comparison of the weakest link, keystone and additive models. Cogn Emot. 2012;26(3):521-33. doi: 10.1080/02699931.2011.595776. Epub 2011 Aug 18. PMID: 21851251; PMCID: PMC4083570.

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