Qué tipos de aprendizaje existen y cómo trabajarlos

Las maneras en que adquirimos conocimientos no son las mismas ni funcionan igual para todos. Entender que hay aprendizaje desde explícito, hasta autorregulado y más, es clave para aprovechar nuestro potencial.
Qué tipos de aprendizaje existen y cómo trabajarlos
Macarena Liliana Nuñez

Revisado y aprobado por la psicóloga Macarena Liliana Nuñez.

Última actualización: 27 diciembre, 2024

El aprendizaje es un proceso fascinante y complejo que involucra diferentes tipos y estrategias útiles para que nuestro cerebro adquiera nuevos conocimientos. Con características únicas, cada uno nos ayuda a entender cómo asimilamos y aplicamos la información.

Ya sea desde la experiencia propia, a través de la observación o la resolución de problemas, estas metodologías pueden potenciar la capacidad para ampliar de manera más efectiva lo que sabemos. Te presentamos los principales enfoques para aprender y cómo trabajarlos con el fin de optimizar tus resultados.

1. Cooperativo

Un enfoque que fomenta el trabajo en grupo para alcanzar objetivos comunes es el aprendizaje cooperativo. Este promueve la colaboración y el intercambio de ideas entre los miembros de un equipo; además, permite que las personas desarrollen habilidades sociales.

A través de tal enfoque es posible ayudar a los estudiantes a tomar un papel activo en su aprendizaje, lograr que se interesen más por lo que estudian y que trabajen mejor con sus compañeros, lo que mejora el rendimiento académico, las habilidades de pensamiento y la capacidad para colaborar en grupo.

Para optimizar dicha forma de aprender, es fundamental asignar roles claros dentro del equipo, asegurando que todos los miembros tengan responsabilidades definidas. Además, fomentar una comunicación abierta y constante entre los integrantes contribuye a fortalecer la colaboración y garantizar que se encaminen hacia un objetivo común.

2. Significativo

Esta clase de aprendizaje se produce al conectar nueva información con los conocimientos previos. No se trata solo de memorizar datos, sino de darle sentido a la información y usarla en el día a día.

Por ejemplo, aprender sobre nutrición no solo es saber qué es una vitamina, sino aplicar ese conocimiento al elegir alimentos saludables para cuidar tu cuerpo. Es adquirir conocimiento de manera que deje huella y se convierta en algo útil y relevante para ti.

Al enlazar la nueva información con lo que ya sabemos, entendemos mejor el contenido y retenemos el conocimiento por más tiempo. Esta metodología aumenta la creatividad, ya que permite relacionar conceptos aparentemente distintos para encontrar soluciones innovadoras.

Trabajar el aprendizaje significativo se logra vinculando los conceptos con experiencias personales, planteando preguntas que inviten a reflexionar y utilizando ejemplos que sean cercanos a tu realidad.

3. Latente

El aprendizaje latente es el que ocurre sin que sea visible o evidente. A menudo, aprendemos algo sin darnos cuenta de que lo hacemos, pero este conocimiento es aplicable más tarde, cuando lo necesitamos.

Es como cuando ves un mapa por primera vez e internalizas lo observado sin percatarte de ello. Y más adelante, cuando necesitas orientarte, toda esa información almacenada en tu memoria se activa y te ayuda a encontrar tu camino.

Para cultivar este aprendizaje, puedes exponer tu mente a nuevos entornos o experiencias sin la presión de memorizar algo específico. Esto podría incluir leer sobre temas que te interesan, explorar actividades u observar cómo otros hacen las cosas.

Una vez que permitas que la información se acumule de manera pasiva, te sorprenderás de cómo puedes usarla en el futuro. Este modo de aprender se activa cuando surgen situaciones en las que la información adquirida cobra sentido y se convierte en útil.

4. Por insight

Cuando una persona comprende una solución o idea de manera repentina, como si fuera una revelación, aunque antes le pareciera difícil, ocurre el aprendizaje por insight o por introspección.

Lo más interesante de este es que se basa en la creatividad y la intuición. Es un proceso que combina la capacidad de pensar de manera no lineal y conectar ideas de formas innovadoras. En vez de llegar a una conclusión por deducción, el insight permite plantea la solución como algo obvio que siempre estuvo allí.

Para mejorar este tipo, es importante realizar actividades que estimulen el pensamiento fuera de lo común. Las técnicas de pensamiento lateral son una excelente herramienta, ya que invitan a mirar los problemas desde diferentes ángulos, en búsqueda de soluciones creativas y sorprendentes.



5. Vicario o social

En el momento que una persona aprende observando las experiencias de otras, sin necesidad de pasar por el proceso de manera personal, se da el aprendizaje vicario. Este enfoque se basa en la imitación, la observación de consecuencias y la interpretación de las acciones de otros, lo que permite aprender de los aciertos y errores ajenos.

También es llamado aprendizaje social, teoría propuesta por el psicólogo Albert Bandura. Es fundamental en la construcción de habilidades sociales, pues se conoce algo de forma teórica y a partir de la experiencia ajena, de sus éxitos y fracasos, adaptados a nuestro propio contexto.

Un ejemplo claro está en el campo de la enfermería, donde los estudiantes observan a profesionales experimentados realizar procedimientos médicos, como la administración de medicamentos o el cuidado de pacientes. Gracias a estas observaciones, internalizan las técnicas adecuadas antes de realizarlas ellos de forma directa.

Para fomentar tal aprendizaje, es recomendable buscar oportunidades de observar a personas con más experiencia, como expertos en tu campo laboral o en hobbies que desees aprender. Esto puede ser a través de tutoriales, videos, o lecciones en vivo. También funciona rodearte de personas para aprender de sus vivencias, pedir consejos y ver cómo abordan situaciones cotidianas, colaborar en proyectos, etc.

Este tipo de aprendizaje guarda relación con el colaborativo, debido al intercambio de ideas y la interacción que se produce para ganar conocimientos.

6. Autorregulado

Nos referimos a la capacidad de una persona para gestionar de manera independiente su propio proceso de aprendizaje, desde la planificación hasta la evaluación de su desempeño.

Implica tomar decisiones sobre qué aprender, cómo hacerlo y cuándo, con el objetivo de lograr efectividad sin depender por completo de la intervención de un maestro o tutor. Acorde con los expertos, estas son algunas de las características de las personas que aprenden de esta forma:

  • Usan estrategias cognitivas: emplean técnicas para organizar y asimilar nueva información.
  • Poseen autoconocimiento: entienden cuándo y por qué aplicar diferentes estrategias de aprendizaje.
  • Aplican la metacognición: son capaces de supervisar, planificar y ajustar su propio proceso para aprender.
  • Tienen motivación adaptativa: controlan su motivación y la ajustan según las necesidades de la tarea o el contexto.
  • Controlan distracciones: desarrollan técnicas para evitar distraerse y mantener la concentración y la motivación.
  • Son participativas: se involucran de modo activo para aprender, buscando retroalimentación y haciendo ajustes cuando es necesario.
  • Dominan conocimientos previos: saben cómo recuperar y aplicar información previamente aprendida, para resolver nuevas tareas.
  • Gestionan el tiempo y ambiente de estudio: son buenos para planificar su tiempo y crear un entorno adecuado para la adquisición de conocimientos.

Para trabajar el aprendizaje autorregulado, es esencial desarrollar habilidades de planificación y organización, como la creación de horarios y la definición de metas claras y alcanzables. Asimismo, es importante practicar la autoevaluación, reflexionando sobre lo aprendido y adaptando las estrategias de estudio según sea necesario.

7. Interactivo

Las estrategias del aprendizaje interactivo van más allá de la simple lectura o escucha. Abarcan interrelacionarse tanto con el contenido como con otras personas. Esta perspectiva favorece que aprender sea más dinámico y efectivo. En lugar de absorber de forma pasiva información, te conviertes en un participante activo, lo que facilita una comprensión más profunda y duradera.

Una de las principales características de este aprendizaje es la retroalimentación constante. Ya sea a través de discusiones en grupo o plataformas en línea, recibir comentarios sobre lo que adquieres ayuda a ajustar tus conocimientos en tiempo real.

Además, la resolución conjunta de problemas fomenta el pensamiento crítico y la creatividad, permitiéndote abordar situaciones desde diversos planos. Y, al interactuar con otros, aprendes a escuchar y a reflexionar sobre diferentes puntos de vista.

8. Por descubrimiento

El aprendizaje por descubrimiento es cuando llegamos a una conclusión o conocimiento de forma autónoma, sin que se nos dé una respuesta directa. Esto impulsa la curiosidad, ya que podemos explorar, probar y reflexionar sobre nuestros propios hallazgos.

Un ejemplo común es cuando un niño jugando con bloques descubre, por sí mismo, la mejor forma de apilarlos para crear una estructura resistente.

En lugar de recibir instrucciones, el niño o el adulto aprende a través de la experiencia, lo que refuerza la comprensión profunda de los conceptos. Y, al cometer errores en el camino, se refuerza el conocimiento, ya que las equivocaciones se perciben como oportunidades de mejora.

9. Asociativo

Conectar lo nuevo con lo que ya sabemos, a través de la repetición, es la base del aprendizaje asociativo. Como ejemplo, podemos citar el condicionamiento clásico de Pavlov, donde un perro salivaba al escuchar una campana, asociándola con la comida.

Algunos estudios señalan que  las adivinanzas resultan una herramienta didáctica útil para promover esta manera de aprender en los niños. Esto se debe a que estimulan el pensamiento crítico.



10. Intuitivo

Al comprender con inmediatez, sin necesidad de razonamiento profundo o análisis detallado, hay un aprendizaje intuitivo. Es como tener una corazonada o una sensación de que algo es cierto, sin poder explicar el porqué. Este proceso suele ser rápido y espontáneo, y se basa en la experiencia previa, las emociones o el instinto.

Es un enfoque es muy valioso en contextos donde la velocidad es esencial, como la toma de decisiones bajo presión o la resolución de problemas complejos.

Si quieres fortalecerlo, date la libertad de experimentar y confiar en tus sentidos y sensaciones. Cuando enfrentas un reto, no sientas la obligación de racionalizar cada paso. En lugar de eso, escucha tu voz interna y actúa de acuerdo con lo que sientes que es lo correcto. Descubrirás lo poderosa que puede ser tu intuición.

11. Experiencial

En el aprendizaje experiencial, vivimos las situaciones y las enfrentamos directo. No se trata solo de leer sobre algo o estudiar teorías, también es sumergirse en la experiencia y aprender a medida que interactuamos con el mundo.

Es como cuando intentamos montar una bicicleta: no basta con que alguien nos explique cómo hacerlo, necesitamos caer, levantarnos y ajustar nuestros movimientos para aprender de verdad.

Este proceso nos enseña más que realizar una tarea; nos ayuda a reflexionar sobre lo que hicimos bien y lo que podemos mejorar. Al enfrentarnos a los desafíos de forma práctica, entendemos mejor cómo funcionan las cosas, y esos aprendizajes se quedan con nosotros porque los vivimos.

12. Implícito

Este aprendizaje ocurre sin que seamos conscientes de ello. Un ejemplo común es cuando reconocemos el significado de palabras en un idioma solo por estar expuestos a él. Algunos estudios han resaltado que el aprendizaje implícito ayuda al desarrollo de la lectoescritura en varios idiomas, permitiendo que las personas adquieran reglas ortográficas complejas sin que se las enseñaran explícitamente.

Tal modo de aprender se cultiva a través de la exposición continua a un entorno o actividad, como practicar un deporte o realizar tareas cotidianas. Al estar rodeados de estímulos y repetir experiencias, nuestro cerebro asimila patrones y habilidades sin esfuerzo consciente.

13. Explícito

Aprender de modo explícito es hacerlo activa y conscientemente; ocurre cuando nos enfrentamos a tareas o actividades que requieren atención y esfuerzo, como estudiar para un examen o aprender a tocar un instrumento con lecciones estructuradas.

A diferencia de otros tipos de aprendizaje, el explícito está por completo en nuestra mente, lo que significa que somos muy conscientes de lo que aprendemos en todo momento.

Este se da en ambientes más formales, como las aulas, donde los profesores proporcionan instrucciones detalladas para que entendamos un tema. Por ejemplo, cuando un alumno estudia matemáticas, sigue procedimientos y fórmulas que se le enseñan paso a paso, pues el objetivo es ganar el conocimiento de forma estructurada.

Se trata de un enfoque cultivable al establecer objetivos claros, proporcionar indicaciones y utilizar ejercicios prácticos con evaluaciones continuas, para medir el progreso y ajustar estrategias.

14. Receptivo

El aprendizaje receptivo es cuando absorbemos información de manera pasiva, sin involucrarnos en el proceso de creación o resolución. Un ejemplo es estar en una conferencia o leer un libro, pues recibimos datos y hechos sin reflexionar a profundidad o practicar.

Aprender así depende de la capacidad de atención y retención de lo que se presenta. Es esencial para internalizar nuevos conocimientos y comprender temas o conceptos de forma inicial; contribuye a comprender la base de muchas disciplinas, como las ciencias, las matemáticas o la historia.

Es importante crear un ambiente adecuado para la recepción de información, donde las personas se concentren. A su vez, es factible emplear métodos como lecturas guiadas, charlas interactivas o presentaciones visuales que capten la atención y ayuden a organizar la información con claridad.

Diferencias entre tipos y estilos de aprendizaje

Aunque los términos «tipos» y «estilos» de aprendizaje suelen usarse de manera intercambiable, en realidad se refieren a conceptos diferentes.

Los tipos de aprendizaje se centran en el proceso de cómo adquirimos conocimientos. Es decir, son las formas o métodos como el experiencial, donde recibimos conocimiento haciendo, o el explícito, que implica aprender de modo consciente y estructurado.

Por otro lado, los estilos de aprendizaje abordan las preferencias individuales de cada persona para procesar y entender la información. Algunas aprenden mejor viendo gráficos o imágenes, otras prefieren escuchar explicaciones o realizar actividades para comprender conceptos. Estos son los estilos de aprendizaje:

  • Lectoescritor: leer y escribir son la forma principal de aprender. Abarca tomar notas, hacer resúmenes o leer textos completos.
  • Kinestésico: se caracteriza por aprender a través de la acción: tocar, mover o realizar actividades físicas relacionadas con el contenido.
  • Visual: se aprende mejor al ver la información en gráficos, diagramas, mapas conceptuales y cualquier material visual que ayude a organizar y recordar.
  • Auditivo: los aprendices auditivos optan escuchar la información, como explicaciones orales, grabaciones o discusiones. Tienden a recordar mejor las instrucciones dadas en voz alta y se benefician de estudiar en grupo.
  • Lógico o matemático: está asociado con el pensamiento analítico y la resolución de problemas. Las personas con este estilo de aprendizaje se sienten cómodas con las matemáticas, los diagramas y las actividades que implican razonamiento lógico.


Trabajar los tipos de aprendizaje optimiza nuestro conocimiento

Al conocer el funcionamiento de los diferentes tipos el aprendizaje es posible optimizar cómo adquirimos conocimientos y habilidades, así como mejorar nuestras interacciones con los demás.

Es importante reconocer que cada método tiene su lugar y su valor en diferentes momentos. ¡Atrévete a explorar y poner en práctica estos enfoques! Verás cómo tu forma de ganar conocimiento se transforma.


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