26 hermosos poemas de amistad para compartir
La amistad es ese vínculo afectivo que tenemos con otras personas, donde prima el cariño y la confianza. Un amigo es un compañero en los buenos momentos y el sostén que necesitamos en los difíciles. Por ello, al ser tan especial, no es de extrañar que la amistad sea una fuente de inspiración para diversos artistas, como escritores y poetas.
En las siguientes líneas te mostraremos una recopilación de 26 poemas de amistad, tanto de grandes poetas clásicos, como de desconocidos, repletos de sentimientos profundos y verdaderos. Ellos pueden servirte para dedicarle a un amigo o amiga muy querido en una ocasión especial, o tan solo para hacerle saber lo importante que es en tu vida. ¿Vamos a conocerlos?
8 poemas de amistad cortos
Si tu amigo es alguien a quién le gusta ir al grano, y quieres dedicarle algo más profundo que una frase de amistad, alguno de los siguientes poemas de amistad cortos puede ser la alternativa ideal. Que no te deje engañar su pequeño tamaño, cada verso está cargado de significado.
1. Gacela de la amistad, por Carmen Díaz Margarit
«La amistad es una ráfaga de peces luminosos,
y te arrastra hacia un océano feliz de mariposas.
La amistad es un plañir de campanas
que invocan el aroma de los cuerpos
en un jardín amanecido de heliotropos».
Carmen Díaz Margarit, escritora española de bellos poemas, utiliza en esta obra metáforas muy visuales para definir lo que es para ella la amistad: elementos coloridos y que evocan a la felicidad.
2. Amigos que por siempre nos dejaron, por Edgar Allan Poe
«Amigos que por siempre nos dejaron,
caros amigos para siempre idos,
fuera del Tiempo y fuera del Espacio.
Para el alma nutrida de pesares,
para el transido corazón, acaso».
En este poema corto, el famoso escritor estadounidense Edgar Allan Poe nos habla sobre el eco que dejan las amistades honestas, independientemente del tiempo y el espacio.
3. Amistad como flor, anónimo
«La amistad es como una rosa.
Es tan hermoso su color,
tan delicada su textura,
y tan persistente su perfume,
que si no la cuidas…
Se marchita».
Estos bonitos versos nos advierten algo importante: aquello que se descuida, se marchita. Los vínculos requieren de cuidado y atención para sostenerse.
4. Ni él ni yo, por Cecilia Casanova
«Ni él, ni yo
nos dimos cuenta
que nuestra amistad
estaba llena de recovecos.
Traducirla
habría sido
sacrílego».
En pocas palabras, la poeta chilena Cecilia Casanova nos indica que la amistad no necesita explicación. Y que intentar traducir ese sentimiento que se produce en ella sería profanar algo muy profundo.
5. Amigos en el viento, anónimo
«Bajo el arco de los vientos,
nos encontramos sin tiempo ni espacio.
Amigos etéreos, almas en vuelo,
nos reconocemos en cada abrazo.
Tu risa es música en el horizonte,
tus palabras acarician mi oído,
y entre versos y suspiros cómplices,
nuestros corazones laten unidos.
Amigos en el viento, unidos siempre,
en la danza eterna de lo infinito».
Este no es un poema de amistad de autores famosos, pero dice algo muy cierto. A pesar de que no siempre estamos cerca de nuestros amigos, todo el tiempo los llevamos en nuestros corazones, en cada recuerdo y experiencias vividas a su lado.
6. Poema al no, por Gloria Fuertes
«No a la tristeza.
No al dolor.
No a la pereza.
No a la usura.
No a la envidia.
No a la incultura.
No a la violencia.
No a la injusticia.
No a la guerra.
Sí a la paz.
Sí a la alegría.
Sí a la amistad».
Si nos basamos solo en su título, podríamos decir que este poema es negativo, pero nada más lejos de la realidad. En cada verso, Gloria Fuertes rechaza las acciones y sentimientos negativos, resaltando los positivos, entre ellos la amistad.
7. Amistad, por Carlos Castro Saavedra
«Amistad es lo mismo que una mano que en otra mano apoya su fatiga y siente que el cansancio se mitiga y el camino se vuelve más humano. El amigo sincero es el hermano claro y elemental como la espiga, como el pan, como el sol, como la hormiga que confunde la miel con el verano.
Grande riqueza, dulce compañía es la del ser que llega con el día y aclara nuestras noches interiores. Fuente de convivencia, de ternura, es la amistad que crece y se madura en medio de alegrías y dolores».
El poeta colombiano Carlos Saavedra nos regala este precioso texto, en donde transmite la riqueza de la amistad. La cual se basa en el apoyo en los momentos buenos y malos.
8. Amistad a ultranza, por José de Arias Martínez
«Alma a alma así es que nace,
una amistad verdadera,
a fuerza de ser muy sincera,
corazón a corazón,
es una entrega de amor,
sin contratos ni promesas.
Porque existe comprensión,
porque existe aceptación,
sin precisar de perdón,
pues se entrega sin reservas,
la amistad tú la conservas,
cuando solo existe amor».
Terminamos esta sección de poemas cortos de amistad con una alternativa más contemporánea. El escritor español José de Arias Martínez nos indica en ella la clave de una amistad verdadera, y eso es el amor incondicional.
11 poemas para amigas y amigos
Sabemos que poner en palabras todos los sentimientos profundos que genera la amistad no es tarea sencilla. Si tienes un amigo o amiga, cuya presencia ha calado hondo en tu vida, entonces puedes dedicarle uno de estos poemas. Son letras que demuestran la importancia de este vínculo y que invitan a la reflexión.
1. Poema de la amistad, por Octavio Paz
«La amistad es un río y un anillo. El río fluye a través del anillo.
El anillo es una isla en el río. Dice el río: antes no hubo río, después solo río.
Antes y después: lo que borra la amistad. ¿Lo borra? El río fluye y el anillo se forma.
La amistad borra al tiempo y así nos libera. Es un río que, al fluir, inventa sus anillos.
En la arena del río se borran nuestras huellas. En la arena buscamos al río: ¿dónde te has ido?
Vivimos entre olvido y memoria: este instante es una isla combatida por el tiempo incesante».
Uno de los poemas sobre la amistad más conocidos y citados. La intención de su autor es invitarnos a reflexionar sobre cómo se construyen y fortalecen los lazos de amistad con el paso del tiempo.
2. Los amigos, por Julio Cortázar
«En el tabaco, en el café, en el vino, al borde de la noche se levantan como esas voces que a lo lejos cantan sin que se sepa qué, por el camino. Livianamente hermanos del destino, dioscuros, sombras pálidas, me espantan las moscas de los hábitos, me aguantan que siga a flote entre tanto remolino.
Los muertos hablan más pero al oído, y los vivos son mano tibia y techo, suma de lo ganado y lo perdido. Así un día en la barca de la sombra, de tanta ausencia abrigará mi pecho esta antigua ternura que los nombra».
Julio Cortázar, escritor argentino, nos regala esta joya poética con un tinte nostálgico. Aquí, menciona elementos e imágenes que le recuerdan a sus amigos.
3. No moriré del todo, amiga mía, por Rodolfo Tallón
«No moriré del todo, amiga mía,
mientras viva en tu alma mi recuerdo.
Un verso, una palabra, una sonrisa,
te dirán claramente que no he muerto.
Volveré con las tardes silenciosas,
con la estrella que brilla para ti,
con la brisa que nace entre las hojas,
con la fuente que sueña en el jardín.
Volveré con el piano que solloza
las nocturnas escalas de Chopin;
con la lenta agonía de las cosas
que no saben morir.
Con todo lo romántico, que inmola
este mundo cruel que me destroza.
A tu lado estaré cuando estés sola,
como una sombra más junto a tu sombra».
Los amigos verdaderos son aquellos que permanecen en el alma y el recuerdo a pesar de la muerte, del tiempo y la distancia. Sin duda, este es uno de los poemas más conmovedores que podrás leer sobre la amistad.
4. Algunas amistades son eternas, por Pablo Neruda
«Algunas veces encuentras en la vida
una amistad especial:
ese alguien que al entrar en tu vida
la cambia por completo.
Ese alguien que te hace reír sin cesar;
ese alguien que te hace creer que en el mundo
existen realmente cosas buenas.
Ese alguien que te convence
de que hay una puerta lista
para que tú la abras.
Esa es una amistad eterna.
Cuando estás triste
y el mundo parece oscuro y vacío,
esa amistad eterna levanta tu ánimo
y hace que ese mundo oscuro y vacío
de repente parezca brillante y pleno.
Tu amistad eterna te ayuda
en los momentos difíciles, tristes,
y de gran confusión.
Si te alejas,
tu amistad eterna te sigue.
Si pierdes el camino,
tu amistad eterna te guía y te alegra.
Tu amistad eterna te lleva de la mano
y te dice que todo va a salir bien.
Si tú encuentras tal amistad
te sientes feliz y lleno de gozo
porque no tienes nada de qué preocuparte.
Tienes una amistad para toda la vida,
ya que una amistad eterna no tiene fin».
Con este texto, el poeta chileno Pablo Neruda, nos recuerda lo que un amigo eterno nos aporta: compañía, esperanza y luz.
5. A un gran amigo, por Jorge Luis Borges
«No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro.
Pero cuando me necesites estaré junto a ti.
No puedo evitar que tropieces.
Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes y no caigas.
Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos.
Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.
No juzgo las decisiones que tomas en la vida.
Me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me lo pides.
No puedo trazarte límites dentro de los cuales debes actuar,
pero si te ofrezco el espacio necesario para crecer.
No puedo evitar tus sufrimientos cuando alguna pena te parta el corazón,
pero puedo llorar contigo y recoger los pedazos para armarlo de nuevo.
No puedo decirte quién eres ni quién deberías ser.
Solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo.
En estos días oré por ti…
En estos días me puse a recordar a mis amistades más preciosas.
Soy una persona feliz: tengo más amigos de lo que imaginaba.
Eso es lo que ellos me dicen, me lo demuestran.
Es lo que siento por todos ellos.
Veo el brillo en sus ojos, la sonrisa espontánea y la alegría que sienten al verme.
Y yo también siento paz y alegría cuando los veo y cuando hablamos,
sea en la alegría o sea en la serenidad.
En estos días pensé en mis amigos y amigas,
entre ellos, apareciste tú».
Este fragmento del poema de Borges es, a la vez, una conmovedora carta hacia su amigo. Nos deja un mensaje lleno de ternura y honestidad: a los amigos hay que quererlos tal y como son.
6. A mis amigos, por Alberto Cortez
«A mis amigos les adeudo la ternura
y las palabras de aliento y el abrazo,
el compartir con todos ellos la factura
que nos presenta la vida paso a paso.
A mis amigos les adeudo la paciencia
de tolerarme mis espinas más agudas,
los arrebatos del humor, la negligencia
las vanidades, los temores y las dudas.
Un barco frágil de papel
parece a veces la amistad,
pero jamás puede con él
la más violenta tempestad.
Porque ese barco de papel
tiene aferrado a su timón,
por capitán y timonel.
¡un corazón!
A mis amigos les adeudo algún enfado
que perturbara sin querer nuestra armonía,
sabemos todos que no puede ser pecado
el discutir alguna vez por tonterías.
A mis amigos legaré cuando me muera
mi devoción en un acorde de guitarra,
y entre los versos olvidados de un poema
mi pobre alma incorregible de cigarra.
Amigo mío si esta copla como el viento
a donde quieras escucharla te reclama,
serás plural porque lo exige el sentimiento
cuando se llevan los amigos en el alma».
Un poema perfecto si lo que buscas es agradecer la entrega, la paciencia y la incondicionalidad de tus amigos. Está lleno de metáforas y sentimientos muy genuinos.
7. A Antonio Machado, por Juan Ramón Jiménez
«Amistad verdadera, claro espejo
en donde la ilusión se mira
Parecen esas nubes
más bellas, más tranquilas…
Antonio, siento en esta tarde ardiente
tu corazón entre la brisa…
La tarde huele a gloria;
Apolo inflama fraternales liras
en un ocaso musical de oro
como de mariposas encendidas…
liras sabias y puras,
de cuerdas de ascuas líquidas,
que guirnaldas de rosas inmortales
decorarán, un día.
Sí. ¡Amistad verdadera,
eres la fuente de la vida!
la fuente que a los prados de la muerte
les lleva floras pensativas
en la serena soledad undosa
de sus corrientes amarillas…
Antonio, ¿sientes esta tarde ardiente
mi corazón entre la brisa?».
Tanto Juan Ramón Jiménez como Antonio Machado fueron escritores y formaron parte de la llamada Generación de 98. Otro punto que los unió fue su profunda y verdadera amistad, que deja en evidencia Jiménez en este poema.
8. A José María Palacio, por Antonio Machado
«Palacio, buen amigo,
¿está la primavera
vistiendo ya las ramas de los chopos
del río y los caminos? En la estepa
del alto Duero, Primavera tarda,
¡pero es tan bella y dulce cuando llega!…
¿Tienen los viejos olmos
algunas hojas nuevas?
Aún las acacias estarán desnudas
y nevados los montes de las sierras.
¡Oh mole del Moncayo blanca y rosa,
allá, en el cielo de Aragón, tan bella!
¿Hay zarzas florecidas
entré las grises peñas,
y blancas margaritas
entre la fina hierba?
Por esos campanarios
ya habrán ido llegando las cigüeñas.
Habrá trigales verdes,
y mulas pardas en las sementeras,
y labriegos que siembran los tardíos
con las lluvias de abril. Ya las abejas
libarán del tomillo y el romero.
¿Hay ciruelos en flor? ¿Quedan violetas?
Furtivos cazadores, los reclamos
de la perdiz bajo las capas luengas,
no faltarán. Palacio, buen amigo,
¿tienen ya ruiseñores las riberas?
Con los primeros lirios
y las primeras rosas de las huertas,
en una tarde azul, sube al Espino,
al alto Espino donde está su tierra…»
Otra dedicatoria entre dos escritores y amigos cercanos. En esta oportunidad, Antonio Machado es el escritor y le consulta al que muchos consideran que fue su mejor amigo —José María Palacios—, sobre lugares y elementos entre los que estuvo envuelta su amistad.
9. Amigo mío, por Antoine de Saint-Exupéry
«Amigo mío,
tengo tanta necesidad de tu amistad.
Tengo sed de un compañero que respete en mí,
por encima de los litigios de la razón,
el peregrino de aquel fuego.
A veces tengo necesidad de gustar por adelantado el calor prometido,
y descansar, más allá de mí mismo,
en esa cita que será la nuestra.
Hallo la paz.
Más allá de mis palabras torpes,
más allá de los razonamientos que me pueden engañar,
tú consideras en mí, simplemente al Hombre,
tú honras en mí al embajador de creencias,
de costumbres, de amores particulares.
Si difiero de ti, lejos de menoscabarte te engrandezco.
Me interrogas como se interroga al viajero,
Yo, que como todos, experimento la necesidad de ser reconocido,
me siento puro en ti y voy hacia ti.
Tengo necesidad de ir allí donde soy puro.
Jamás han sido mis fórmulas ni mis andanzas
las que te informaron acerca de lo que soy,
sino que la aceptación de quien soy te ha hecho
necesariamente indulgente para con esas andanzas y esas fórmulas.
Te estoy agradecido porque me recibes tal como soy.
¿Qué he de hacer con un amigo que me juzga?
Si todavía combato, combatiré un poco por ti.
Tengo necesidad de ti. Tengo necesidad de ayudarte a vivir».
Si bien es cierto que la obra más famosa de Antoine de Saint-Exupéry es la hermosa novela «El principito», también realizó poemas cargados de significado. Este en particular habla de la aceptación y necesidad de compañerismo que hay en la amistad verdadera.
10. Amigo, por Pablo Neruda
«1
Amigo, llévate lo que tú quieras,
penetra tu mirada en los rincones,
y si así lo deseas yo te doy mi alma entera
con sus blancas avenidas y sus canciones.
2
Amigo —con la tarde haz que se vaya
este inútil y viejo deseo de vencer,
Bebe en mi cántaro si tienes sed.
Amigo —con la tarde haz que se vaya
este deseo mío de que todo rosal
me pertenezca,
Amigo,
si tienes hambre come de mi pan.
3
Todo, amigo, lo he hecho para ti. Todo esto
que sin mirar verás en mi estancia desnuda:
todo esto que se eleva por los muros derechos
—como mi corazón— siempre buscando altura.
Te sonríes —amigo… ¡Qué importa! Nadie sabe
entregar en las manos lo que se esconde adentro,
pero yo te doy mi alma, ánfora de mieles suaves,
y todo te lo doy… Menos aquel recuerdo…
Que en mi heredad vacía aquel amor perdido,
es una rosa blanca, que se abre en silencio…»
Otro poema de amistad de Neruda que, en versos como «todo lo he hecho para ti» o «te lo doy todo», habla sobre la lealtad y entrega que están presentes en las relaciones que tenemos con los amigos.
11. La gente que me gusta, por Mario Benedetti
«Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad.
Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios.
Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme. La gente que tiene tacto.
Me gusta la gente que posee sentido de la justicia. A estos los llamo mis amigos»
A diferencia de otros poemas de amistad de Mario Benedetti, el significado de este es bastante obvio. «La gente que me gusta» es una descripción de las cualidades que el poeta resalta en sus amigos y seres queridos.
7 poemas de amistad que riman
La rima es un repetición, en la cual dos o más versos de un poema terminan con los mismos sonidos. La finalidad de esto es darle un ritmo la obra, pero como habrás notado antes, no siempre está presente. Si deseas dedicarle a tu amigo o amiga opciones con esta característica, recopilamos tanto poemas de amistad cortos que rimen como unos de mayor extensión. La elección final queda a tu gusto.
1. Amigos siempre tuve, Anónimo
«Amigos siempre tuve
Amigos siempre tendré
Pero amigos como tu
Nunca olvidaré»
Este mini poema de la amistad es perfecto para demostrarle a esa persona lo especial que es para ti y lo presente que lo tienes en tu vida. Como son solo cuatro versos, y si eres hábil con la edición de imágenes, podrías regalárselo en una tarjetita con fotos de sus mejores momentos. ¡Perfecto para postear en Instagram!
2. Cultivo una rosa blanca, por José Martí
«Cultivo una rosa blanca
en junio como en enero,
para el amigo sincero
que me da su mano franca.
Y para el vil que me arranca
el corazón con que vivo
cardo ni espina cultivo,
cultivo una rosa blanca».
Este hermoso poema de José Martí no solo habla sobre la amistad y el cultivar esos sentimientos, sino también toca el tema del perdón. Y es que el segundo verso trata de dejar de lado esos malos sentimientos, personar y vivir sin rencores.
3. Hermanos y amigos, por Delia Arjona
«Los amigos son hermanos
que nosotros elegimos,
los que te ofrecen la mano,
cuando te encuentras perdido.
Son las puertas que se te abren
y se juntan los caminos,
cuando estás necesitando
sus brazos son extendidos.
Suaves rayitos de sol,
que te dan calor y abrigo.
El amor se fortalece,
¡cuando tienes un amigo!».
Otro de los poemas sobre la amistad que destaca el apoyo que un amigo ofrece sin esperar nada a cambio, así como que el cariño va más allá de lazos sanguíneos. Y es que los amigos son la familia que nosotros escogemos.
4. Tiene el leopardo un abrigo, por José Martí
«Tiene el leopardo un abrigo
En su monte seco y pardo:
Yo tengo más que el leopardo,
Porque tengo un buen amigo.
Duerme, como un juguete,
La mushma en su cojinete
De arce del Japón: yo digo:
«No hay cojín como un amigo.»
Tiene el conde su abolengo:
Tiene la aurora el mendigo:
Tiene ala el ave: ¡yo tengo
Allá en México un amigo!»
Lo que nos quiere indicar este poema es el valor de la amistad, que se muestra por encima de las posesiones más importantes de los distintos personajes que aparecen en los versos. Otro punto a destacar de él es que Martí se lo dedicó a su gran amigo Manuel Mercado, quien llegó a ser Presidente de México.
5. Vamos juntos, por Mario Benedetti
«Con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero
compañero te desvela
la misma suerte que a mí.
Prometiste y prometí
encender esta candela
con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero.
La muerte mata y escucha
la vida viene después
la unidad que sirve es
la que nos une en la lucha.
Con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero
la historia tañe sonora
su lección como campana.
Para gozar el mañana
hay que pelear el ahora
con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero.
Ya no somos inocentes
ni en la mala ni en la buena
cada cual en su faena
porque en esto no hay suplentes.
Con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero
algunos cantan victoria
porque el pueblo paga vidas.
Pero esas muertes queridas
van escribiendo la historia
con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero».
Otra poesía del gran escritor uruguayo, Mario Benedetti. Destaca el apoyo incondicional y compañerismo que caracteriza la amistad verdadera.
6. ¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?, por Lope de Vega
«¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta cubierto de rocío
pasas las noches del invierno escuras?
¡Oh cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío,
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!
¡Cuántas veces el Ángel me decía:
«Alma, asómate agora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía»!
¡Y cuántas, hermosura soberana,
«Mañana le abriremos», respondía,
para lo mismo responder mañana!»
Aunque este es un poema sacro o religioso de Lope de Vega, sí guarda una relación con la amistad. En él, Dios representa al amigo paciente y amoroso que sigue buscando la compañía del poeta, a pesar de su rechazo. Y como al final, este acepta esa amistad y se arrepiente de sus acciones pasadas.
7. La amistad es amor, por Pedro Prado
«La amistad es amor en serenos estados.
Los amigos se hablan cuando están más callados.
Si el silencio interrumpe, el amigo responde
mi propio pensamiento que también él esconde.
Si él comienza prosigo el curso de su idea;
ninguno de nosotros la formula ni crea.
Sentimos que hay un algo superior que nos guía
y logra la unidad de nuestra compañía…
Y nos vemos llevados a pensar con hondura,
y a lograr certidumbre en la vida insegura;
y sabemos que encima de nuestras apariencias,
se adivina un saber más allá de las ciencias.
Y por eso yo busco el tener a mi lado
el amigo que entienda cuanto digo callado».
El escritor chileno Pedro Prado habla en este poema sobre la amistad verdadera y que esta puede ser tan profunda que no son necesarias las palabras para intuir lo que le sucede al otro. Expresa una conexión y conocimiento de la otra persona muy intensos.
¿Cuándo dedicar estos poemas de amistad?
Los versos que te hemos indicado valen para distintas ocasiones, más allá del Día de la Amistad. Desde el cumpleaños de tu amigo o amiga, hasta la Navidad o el Año Nuevo. De hecho, si no es ningún «día especial» y uno de ellos te parece que representa de forma perfecta lo que sientes por esa amistad, dedícaselo. Estamos seguros de que lo apreciará mucho.
Recuerda que, al igual que el amor, la amistad es como una plantita que debes cuidar y procurar día a día, para que se mantenga fuerte y hermosa. Y estos poemas son una idea fuera de lo común para demostrar y procurar ese cariño que sientes hacia tus amigos.