Hay niños que se sienten solos: ¿por qué y cuáles son sus efectos?
Podríamos pensar que la soledad es exclusiva de las personas adultas. Sin embargo, hay muchos niños que se sienten muy solos, a pesar de estar rodeados de otros infantes. Para ellos, la soledad es una emoción angustiante que les impide avanzar y sentirse bien.
Una definición de esta emoción es ‘la diferencia entre los niveles de relación y conexión con otros, qué percibimos y lo que deseamos’ (Perlman et al., 1981). La soledad, como cualquier experiencia humana, también «toca» y desborda los recursos de afrontamiento de los más pequeños, haciéndoles más vulnerables a entidades clínicas significativas como la depresión.
«La soledad infantil es un mal que no tiene nombre y que mata el alma poco a poco».
-Gabriel García Márquez-
La soledad en la infancia
De manera habitual, los niños están rodeados por otros infantes en la escuela, en el parque o incluso en fiestas de cumpleaños de otros niños. Sin embargo, a pesar de la riqueza en cuanto a contactos sociales, pueden sentirse extremadamente solos. El hecho de que los menores estén en contacto con otros dista de salvarles de tal sensación, puesto que es bien sabido que «la soledad percibida» puede coexistir con sujetos cuyos entornos sociales sean ricos (Cacciopo et al, 2006).
El periodo de la vida que demarca a la infancia y a la adolescencia está plagado de cambios, algunos de ellos bastante profundos. Por ejemplo, el hecho de que los niños y los adolescentes tengan que cambiar su centro de estudios porque se hacen, mayores modifica o influencia todo su contexto interactivo. Cambios de este tipo pueden convertirse en factores que incrementan el riesgo a ser «raptados» por la soledad.
«La soledad infantil es la tristeza más grande que puede haber en el mundo, pues es la tristeza de un ser inocente».
-Ernest Hemingway-
¿Por qué hay niños que se sienten extremadamente solos?
Tanto los niños, como los adolescentes y los adultos, se han sentidos solos. Es «ley de vida». En este sentido, investigaciones han encontrado un dato curioso: entre 3 y 4 de cada 10 niños de hasta 15 años podrían sentirse solos (Yanget al. 2020).
Las niñas experimentan esta emoción con mayor frecuencia e intensidad que los varones. Además, la percepción de este pernicioso estado emocional aumenta en los siguientes casos (Xerxa et al., 2021):
- Alguna discapacidad.
- Hijos de madres con depresión.
- Discusiones con otros niños y bullying.
- Preferencia por relaciones virtuales, en vez de físicas.
- Tener una orientación sexual diferente a la normativa.
- Padres con depresión, ansiedad y/o abuso de sustancias.
Por estos motivos, y por los que expondremos a continuación, la soledad infantil ha salido «a la palestra pública». Aparte de tener un impacto considerable en el bienestar mental, es un potente factor de riesgo para la enfermedad física. Debido a ello y con el objetivo de poder ayudarles, es necesario identificar a los niños que se sienten extremadamente solos.
«Ningún niño debería sentirse solo en este mundo, pues la soledad es un veneno que corroe el corazón».
-J.K. Rowling-
¿Cuáles son los efectos de la soledad en la infancia?
Experimentar con frecuencia esta emoción incrementa el riesgo de padecer diversas entidades clínicas. Las investigaciones realizadas en torno a la soledad en la infancia apuntan a un par en concreto: la ansiedad social y la depresión (Maes et al., 2019).
Por otro lado, se sabe que las personas que perciben con mayor frecuencia dicha emoción tienen mayor probabilidad de fallecer de manera precoz; con independencia del dinero que ingresen, de la educación que posean, de su sexo o de su etnia. Esto es debido a la influencia que ejerce la soledad en diferentes parámetros (Yang et al., 2016):
- Hipertensión.
- Inflamación mediada por la proteína C reactiva.
- Aumento del índice de masa corporal y de la circunferencia de la cintura.
«La magnitud de este efecto es comparable a la del tabaquismo y la obesidad o la inactividad física».
-Yllza Xerxa-
En este mismo orden de ideas, a medida que crecen los niños que se sienten extremadamente solos, su soledad se cronifica y comienzan a experimentar síntomas psiquiátricos. Las señales de ansiedad o el abuso de sustancias, junto con la depresión, son los grupos de entidades clínicas detectadas con mayor frecuencia en estos casos.
Por otro lado, la soledad infantil hace que los síntomas psiquiátricos descritos puedan influir en el universo emocional y psicológico de la persona durante toda su vida (Xerxa et al., 2021). La soledad también es relacionada con la ideación suicida (Goodfellow et al., 2023).
Niños que se sienten extremadamente solos: ¿cómo ayudarles?
Es vital crear, desarrollar e implementar intervenciones cuyo núcleo sea el funcionamiento del niño en la escuela. El objetivo es paliar los efectos tan negativos que puede tener esta emoción cuando se cronifica, es decir, cuando deja de experimentarse de manera puntual. Por ejemplo, se ha visto que promover un mayor vínculo al contexto escolar sería un factor protector de la soledad en potencia.
De igual modo, estas intervenciones deberían tener en cuenta el rol que juega la familia. Así, se ha visto que las familias que apoyan a sus hijos, en cuanto a la soledad que estos experimentan, son promotoras de bienestar psicológico. En este sentido, es clave una comunicación adecuada y una buena capacidad para empatizar con los hijos.
Como hemos visto, la soledad es una emoción con el potencial de ejercer un efecto devastador en la mente de los infantes. Entonces, para ayudar a los niños que se sienten extremadamente solos, sería relevante la figura del psicólogo educativo en las escuelas. Los programas que promuevan la interacción con otros niños, así como diversas técnicas de la terapia cognitivo-conductual, contrarrestarían los efectos de esta emoción: la depresión, la ansiedad e incluso el suicidio.
«La soledad infantil es la noche más oscura que puede haber en el alma de un niño, pero el amor es la estrella que puede guiarlo».
-Víctor Hugo-
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- Xerxa, Y., Rescorla, L. A., Shanahan, L., Tiemeier, H., & Copeland, W. E. (2023). Childhood loneliness as a specific risk factor for adult psychiatric disorders. Psychological Medicine, 53(1), 227-235.
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- Yang, Y. C., Boen, C., Gerken, K., Li, T., Schorpp, K., & Harris, K. M. (2016). Social relationships and physiological determinants of longevity across the human life span. Proceedings of the National Academy of Sciences, 113(3), 578–583. doi:10.1073/pnas.1511085112.