Pensamientos intrusos con temática obsesiva: ¿qué son?

¿Alguna vez te has obsesionado con algo? ¿Cuál es la diferencia de esta obsesión con las que se producen en el contexto del trastorno obsesivo compulsivo? ¡En este artículo te lo contamos!
Pensamientos intrusos con temática obsesiva: ¿qué son?
Gorka Jiménez Pajares

Escrito y verificado por el psicólogo Gorka Jiménez Pajares.

Última actualización: 03 febrero, 2024

«Antes de salir a la calle, debo asegurarme de que el piso se quede ordenado». Un pensamiento intruso con temática obsesiva (PIO) es como una obsesión, pero sin llegar a considerarse patológica. Todos tenemos estos pensamientos. De hecho, a veces nos provocan angustia.

Sin embargo, distan de ser tan incapacitantes como las obsesiones que se producen en el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Es decir, los PIO se producen en la población sana, sin trastorno mental. Por esta razón, consideramos apropiado explicar en primer lugar qué son las obsesiones para después desarrollar en qué consisten los PIO y cuáles son sus diferencias.

«El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas y los sentimientos los caballos».

-Platón-

Hombre pensativo
Los pensamientos intrusivos con temática obsesiva son menos intensos, habituales y molestos que las obsesiones.

¿Qué son las obsesiones?

«Debo contar en voz baja hasta 75 para que mi padre no fallezca». ¿Te imaginas la cantidad de sufrimiento que implica este pensamiento? Ahora: ponlo en bucle varias veces al día. Durante muchos días. Durante meses o incluso años. Esto es una obsesión.

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), pueden adoptar la forma de pensamientos una imagen («cada vez que me viene a la cabeza la virgen, debo rezar 4 ave maría o iré al infierno») o un impulso («cada vez que veo el color rojo, digo la palabra imbécil, soy incapaz de resistirme. Da igual con quién esté»).

Son absolutamente indeseados, irrumpen con intensidad en la mente de las personas y, a pesar de los esfuerzos por evitarlos o por eliminarlos, suelen ganar la «partida mental». Como consecuencia, la persona queda exhausta y agotada. El malestar y la ansiedad son tal que se ven afectadas gravemente muchas áreas nucleares de la persona, como la laboral, la familiar o la social.

«Una obsesión es un pensamiento, un impulso o una imagen recurrente y persistente que se experimenta como intrusa o no deseada y que causa ansiedad o malestar significativos, por lo que la persona la intenta ignorar o suprimir de algún modo».

-Amparo Belloch-

¿Qué son los pensamientos intrusos con temática obsesiva (PIO)?

Los PIO son los hermanos pequeños de la obsesión. Son parecidos a las obsesiones. De hecho, pueden llegar a irrumpir en nuestra mente de una forma intensa. Evidentemente, ni los buscamos, ni los deseamos. Sin embargo, nos causan malestar y nos dificultan el día a día. Los controlamos a duras penas.

Este tipo de pensamientos pueden referirse a cualquier tipo de contenido: la familia, la necesidad de tenerlo todo perfectamente ordenado, la duda sobre si la casa se ha quedado ordenada o sobre si tendremos una enfermedad catastrófica cuando nos sentimos mal. Sin embargo, son normales.

«Los pensamientos intrusos son ideas fenomenológicamente similares a las obsesiones».

-Amparo Belloch-

Mujer pensando
El aspecto que convierte a un PIO es una obsesión es la forma de interpretarlo.

¿En qué se diferencian?

La valoración. Este es el núcleo principal de la diferencia entre un PIO y una obsesión. De hecho, en el TOC, las personas reaccionan a los PIO de una forma tan exagerada y desaforada que el malestar que les produce les lleva a emitir una compulsión, un ritual, es decir, una estrategia para neutralizarlo. A esta forma extrema de valoración se le ha denominado «valoración disfuncional primaria» (Belloch, 2022).

Es decir, el PIO es el caldo de cultivo en el que nace el TOC. El elemento que convierte a un PIO en una obsesión es cómo lo valoramos, cuál es nuestra interpretación del pensamiento.

Por ejemplo, «bah, ya se pasará», «es completamente irracional pensar que si no canto en alto morirá mi amiga, no voy a cantar», serían ejemplos de PIO; mientras que «si pienso en el rojo es porque voy a matar a alguien. Para no matar a nadie, tengo que rezar 50 padrenuestros», sería un ejemplo de obsesión y su compulsión.

«Los pensamientos intrusos obsesivos son breves y no invaden todo el flujo de pensamiento consciente».

-Amparo Belloch-

Así, los PIO aparecen con menor intensidad y son menos habituales en el flujo normal de pensamiento que las obsesiones. Además, el malestar que provocan también es menor.

Las personas se resisten menos a los PIO porque se valoran adecuadamente como un simple pensamiento pasajero, lo que da una breve sensación de tenerlo todo bajo control. Son irrelevantes y afectan poco a la concepción que tienen las personas de sí mismas. Además, en comparación, provocan poca interferencia en la vida cotidiana.

Por el polo contrario, las obsesiones son muy amenazantes para la persona, lo que les conduce a tratar de ejercer un férreo control sobre ellas. Esto les consume una cantidad muy grande de tiempo (incluso más de ocho horas diarias). Por esta razón, la interferencia en la vida cotidiana es extraordinariamente potente.

La diferencia entre estos dos conceptos es fundamental a la hora de realizar un correcto diagnóstico del TOC. De hecho, todos hemos tenido, tenemos y tendremos pensamientos intrusos con temática obsesiva. Sin embargo, nuestra reacción a ellos es diferente que la que realizan las personas con TOC. Y tú, ¿has tenido algún PIO?

«La catástrofe que tanto te preocupa, a menudo resulta ser menos horrible en la realidad, de lo que fue en tu imaginación».

-Wayne W. Dyer-


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  • Belloch, A. (2023). Manual De Psicopatologia. Vol. II (2.a ed.). MCGRAW HILL EDDUCATION.
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  • García Soriano, G. (2008). Pensamientos intrusos obsesivos y obsesiones clínicas: contenidos y significado personal. https://revistas.uned.es/index.php/RPPC/article/view/3940
  • Prats, C. M., Martí, A. G., Belloch, A., Morán, M. L., Rodríguez, C. C., & Barber, M. E. C. (2003). Pensamientos intrusos en obsesivos subclínicos: contenidos, valoraciones, estrategias de control. Revista de psicopatología y Psicología clínica, 8(1), 23-38.
  • Belloch, A., & Prats, C. M. (2002). Efectos de la supresión de pensamientos neutros y pensamientos intrusos análogos a las obsesiones en sujetos normales. Revista de psicopatología y psicología clínica, 7(3), 177-193.

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