¿Qué les ocurre a los niños maltratados?
Los niños y los adolescentes son una población propensa a padecer trastorno de estrés postraumático, sobre todo si se han visto expuestos a sucesos altamente estresantes o traumáticos. Actualmente, se estima que tres cuartas partes de la población infantil ha vivido acontecimientos susceptibles de causar TEPT, como el maltrato infantil. De estos niños expuestos, solo una tercera parte desarrolla TEPT. ¿Qué les ocurre a los niños maltratados?
Se sabe que el maltrato infantil puede alterar el proceso de neurodesarrollo y modificar la forma en que madura el cerebro del niño. Esto puede producir déficits cognitivos que pueden persistir en la vida adulta y que se caracterizan por problemas en la atención, la memoria, el lenguaje o el desarrollo intelectual.
El maltrato infantil
El maltrato infantil se define como todo acto que transgrede los derechos del niño. Entre los distintos tipos de maltrato, César Carvajal distingue:
- El abuso sexual es cualquier tipo de actividad sexual con un menor en la que el agresor se sitúa en una posición de poder y el menor se ve inmerso en actos que escapan a su comprensión y a su voluntad.
- El maltrato físico se define como toda acción intencionada por parte de un adulto que produce daño físico, lesión o enfermedad en el niño.
- El maltrato emocional se realiza con frecuencia a través de insultos, críticas permanentes, ridiculizaciones, rechazos, amenazas o bloqueos constantes de las iniciativas de los niños.
- El maltrato por abandono o negligencia está referido a las situaciones en las que los padres o los cuidadores primarios, estando en el deber de hacerlo, evitan proporcionar el cuidado y la protección que necesitan los niños para su correcto desarrollo.
“El maltrato infantil tiene consecuencias a largo plazo, en términos de mayor psicopatología en la adultez: depresión, trastornos ansiosos, trastornos graves de personalidad, abuso de sustancias, trastornos alimentarios, somatización y TEPT”.
-Carvajal-
Los efectos del maltrato en los niños
Vamos a revisar algunas pinceladas de la neuropsicología del niño maltratado. El maltrato a una edad temprana puede provocar consecuencias psicológicas y neurológicas sin retorno. Esto ocurre porque la infancia es el periodo en el que más se desarrolla el cerebro. No obstante, también es cierto que su desarrollo sigue produciéndose durante la adolescencia e incluso en la vida adulta.
“A grandes rasgos, el maltrato infantil provoca, entre otros efectos, una alta mortalidad y morbilidad, ya que se calcula que más de un 10 % de los casos de niños que padecen retraso mental o parálisis cerebral se debe al maltrato”.
-Mesa-Gresa-
Ante las situaciones de maltrato, los mecanismos de la respuesta de estrés se activan y, en consecuencia, producen cambios cerebrales adversos, entre los que se han identificado (Mesa-Gresa, 2011):
- Pérdida acelerada de neuronas.
- Retrasos en la mielinización. La mielina es una sustancia que recubre determinadas neuronas y que, entre otros factores, favorece la conducción del impulso nervioso.
- Anormalidades en el desarrollo de la poda neuronal, es decir, en los procesos de creación y destrucción naturales de neuronas.
- Inhibición de la neurogénesis, es decir, inhibición del nacimiento de nuevas neuronas.
Como resultado de lo anterior, se producen alteraciones de las funciones cerebrales, fundamentalmente en las zonas del cerebro relacionadas con la regulación de las funciones ejecutivas.
“Por tanto, el maltrato, los abusos y el abandono durante la infancia pueden considerarse agentes que interrumpen el desarrollo cerebral normal y que, dependiendo de la edad de inicio y de la duración de los malos tratos, pueden incluso llegar a producir modificaciones considerables en algunas zonas cerebrales”.
-Mesa-Gresa-
Hipocampo
El hipocampo se relaciona con la memoria a largo plazo y con la memoria declarativa, es decir, con la memoria de los eventos que nos ocurren. El estrés en la infancia temprana puede alterar la estructura del hipocampo. La hipótesis es que los niveles altos de estrés en la infancia podrían reducir su volumen.
La reducción del volumen del hipocampo se ha asociado con síntomas de depresión y pensamientos disociativos. Esta reducción del hipocampo también aparece en el trastorno límite de la personalidad asociado a traumas tempranos y correlaciona negativamente con el inicio y duración del trauma infantil.
“Las manifestaciones funcionales de los cambios en el hipocampo en sujetos maltratados están relacionadas con los síntomas amnésicos, disociativos, ansiosos y desinhibitorios característicos del TEPT”.
-Mesa-Gresa-
Amígdala
La amígdala es la encargada de procesar y almacenar las reacciones emocionales imprescindibles para la supervivencia. Actualmente, se sabe que el estrés temprano induce alteraciones en esta estructura. En concreto, el estrés aumenta los niveles de dopamina y atenúa los niveles de serotonina en esta estructura.
Aunque existen controversias sobre si los cambios en la amígdala se producen como consecuencia del maltrato infantil, hay estudios que han encontrado, aunque de manera débil, un cambio en el volumen total de dicha estructura en niños con TEPT, en comparación con niños no maltratados.
“En los niños maltratados y abandonados la activación crónica de la amígdala podría deteriorar el desarrollo del córtex prefrontal, lo que podría dar lugar a alteraciones en la adquisición de conductas y emociones dependientes de la edad, incluyendo el control de los impulsos”.
-Mesa-Gresa-
También se han detectado daños en otras estructuras, como en el vermis cerebelar. Las alteraciones en esta estructura se han relacionado con algunas entidades clínicas como la esquizofrenia, el autismo, el TDAH o el trastorno bipolar.
Como podemos observar, los efectos del maltrato infantil son múltiples e inciden directa e indirectamente en la evolución normativa de determinadas estructuras cerebrales. Por ello, se convierte en un problema de primer nivel que es necesario prevenir.
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Marty, C., & Carvajal, C. (2005). Maltrato infantil como factor de riesgo de trastorno por estrés postraumático en la adultez. Revista chilena de neuro-psiquiatría, 43(3), 180-187.
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Mesa-Gresa, P., & Moya-Albiol, L. (2011). Neurobiología del maltrato infantil: el ‘ciclo de la violencia’. Revista de neurología, 52(8), 489-503.