3 efectos psicológicos del Black Friday

Probablemente pases varios días pensando en qué compras puedes aprovechar los descuentos del Black Friday. Pero, ¿sabes realmente cuáles son los fenómenos psicológicos con los que juegan estas estrategias de marketing?
3 efectos psicológicos del Black Friday
María Vélez

Escrito y verificado por la psicóloga María Vélez.

Última actualización: 24 julio, 2020

Una gran mayoría sabe en qué consiste el Black Friday o el último viernes de noviembre: descuentos y ofertas en prácticamente todos los comercios de tu ciudad y, por supuesto, en todas las plataformas de venta on-line.

El Black Friday o “viernes negro” existe con un fin muy concreto: incrementar y focalizar el consumo. Si ya a lo largo del año la publicidad intenta crearnos necesidades, este día el esfuerzo se incrementa con una bajada de precios (solo aparente en muchas ocasiones). Es como si nos dijeran: “si lo quieres, ahora es el momento”.

Lo cierto es que las grandes empresas utilizan conocimientos de la psicología social para aumentar su volumen de ventas. En muchas ocasiones lo hacen de manera discreta y disimulada, y en en otras, de manera descarada. De lo que no cabe duda es de que hemos adoptado y señalado este día dedicado al consumo en nuestro calendario particular y ya hay quienes lo esperan con ganas para darse ese capricho. En este artículo vamos a ver intentar hacer un esquema de cómo las empresas intentan que este día nos sintamos especialmente motivados para comprar.

Manos con muchas bolsas de colores

1. Crear urgencia y necesidad

El hecho de que las ofertas y descuentos tengan una fecha de caducidad anunciada y próxima es de donde surge la urgencia de comprar un producto que no necesitamos. Sí, podríamos prescindir de ese artículo pero, ¿cómo vamos a dejar escapar esa oportunidad?

Además, otra de las causas del éxito del Black Friday reside en la proximidad a las fiestas navideñas, lo cual aumenta el concepto de urgencia exponencialmente. Eso nos hace pensar que sería de locos dejar escapar la oportunidad de comprar algo rebajado ahora para tener que comprarlo más caro unas semanas después.

Resulta evidente la locura que crea en los consumidores el hecho de estar ante rebajas de artículos exclusivos. Además, somos sugestionados por mucha publicidad durante las semanas previas, que generan la sensación de acontecimiento. Igualmente, estos anuncios son muy diversos, de modo que puedan encajar con personas de diferentes estilos de vida.

Pareja con sorpresa mirando el ordeandor

2. Venderte un producto a cambio de la felicidad

Nuestras emociones, al contrario de lo que algunos pueden pensar, tienen una gran influencia sobre las decisiones económicas que tomamos. Así, nuestro gasto no lo dirigen tanto las necesidades reales, como las necesidades percibidas. Es decir, propician que crees una imagen de cómo mejorarías teniendo ese producto, lo que te lleva a convencerte de que realmente lo necesitas. Una vez te has imaginado con ello, no querrás deshacerte de esos sentimientos positivos, y no te quedará otro remedio que acabar comprándolo.

En este sentido, aprovechan el período previo al Black Friday para lanzar publicidad y que tengamos tiempo de sobra para fantasear sobre aquello que nos queremos comprar. Algo que no te puedes permitir alegremente un día cualquiera, pero que crees que cuando llegue ese día tendrá una buena rebaja y por fin será tuyo.

Pareja de compras feliz

3. Adormecer tu pensamiento crítico a lo hora de valorar el precio

Adquirir productos rebajados produce un placer que puede llegar a anular nuestro pensamiento crítico. Es decir, nuestra capacidad de raciocinio. Los expertos saben que el cerebro de los personas se ponen en “modo compra” nada más que entramos a una tienda. A partir de ese momento, es función de los dependientes hacer que tomes la decisión de comprar.

Las estrategias de marketing que usan las grandes empresas buscan ganar clientes y conseguir vender lo que ellos quieren y al precio que han decidido. Probablemente este precio siga siendo alto, pero la estrategia consiste en que el consumidor vea que el precio inicial era mucho más alto. Es ahí es donde la publicidad intenta generar de nuevo la urgencia de comprar un producto que no necesitamos.

Estas son técnicas que han sido estudiadas y utilizadas desde hace muchos años. Y, además, que se seguirán usando. No obstante, aunque vayamos a comprar igual, está bien saber esta información para caer en el gancho con mayor conocimiento de causa y responsabilidad.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.