3 ideas equivocadas sobre el tratamiento de la depresión

Los temas de salud mental han sido tabú hasta hace muy poco. Gracias a ello, existe mucha desinformación respecto a la psicoterapia y el tratamiento psicofarmacológico.
3 ideas equivocadas sobre el tratamiento de la depresión
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 22 agosto, 2024

Ya no solo en la calle, sino que también en medios que se presuponen especializados y rigurosos, se definen algunas ideas equivocadas sobre el tratamiento de la depresión. Estas ideas responden en parte a intereses de la industria farmacéutica y se difunden amparándose en el desconocimiento ciudadano que les otorga naturaleza de verdad, sin practicar cuestionamiento alguno a la palabra de ciertas figuras de referencia.

En este sentido, estas ideas y argumentos equivocados, carentes de fundamento científico, no son inocuos. Contribuyen a que los propios pacientes no exijan un tratamiento psicológico o favorecen que los médicos y psiquiatras no se lo ofrezcan o no les remitan a los psicólogos habilitados y formados para aplicarlos.

Vamos con las 3 principales ideas equivocadas sobre el tratamiento de la depresión.

Mujer triste tapándose los ojos pensando en el tratamiento de la depresión

3 ideas equivocadas sobre el tratamiento de la depresión

La depresión no se cura con psicoterapia

Por ejemplo, el portal de DMedicina, asociado al periódico El Mundo, afirma que “no hay ningún estudio que demuestre que las técnicas psicológicas erradican la depresión mayor. […] En cuanto a depresión mayor lo único que se ha demostrado eficaz es el tratamiento farmacológico”. Es curioso como, a poco que busquemos, nos encontramos con varios estudios, serios y rigurosos, que contradicen con resultados dichas afirmaciones.

Es más, ya no hablamos de estudios individuales, sino de metaanálisis (estudios que recogen los datos de varios estudios individuales y analizan con técnicas estadísticas lo que sería el resultado de un contraste conjunto). Este tipo de estudios son muy valiosos para sacar conclusiones generales: no solo utilizan una muestra grande, sino que en ellos se incluyen diferentes submuestras.

Ejemplos de este tipo de meta-análisis que demuestran la eficacia de la psicoterapia para curar la depresión serían el de Cuijpers, Berking et al. (2013) o el más reciente de Johnsen y Friborg (2015). En este último, los investigadores incorporaron dentro de su análisis 43 estudios diferentes. Encontraron que, al término del la Terapia Cognitivo Conductual, el 57% de los pacientes podrían considerarse “curados” de la depresión.

Por otro lado, es verdad que la Terapia Cognitivo Conductual es la más frecuente y sobre la que más estudios se han realizado, de ahí que suela tener un gran peso en los metaanalisis. Sin embargo, hay otras terapias que se han demostrado como efectivas en el tratamiento de la depresión, y que podríamos considerar como tratamientos bien establecidos, según el criterio de la APA (Asociación Americana de Psicología). Serían los siguientes:

  • Terapia de activación conductual (o terapia de conducta).
  • Terapia cognitivo-conductual.
  • Terapia de solución de problemas.
  • Sistema de psicoterapaia de análisis cognitivo-conductual de McCollough.
  • Terapia de autocontrol de Rehm.

Por otro lado, una sub-idea igualmente falsa y extendida, relacionada con este punto, sería la que enuncia que la psicoterapia solo sería eficaz para tratar una depresión leve o moderada, pero no para tratar una grave. Por ejemplo, en contra de esta idea, Driessen, Cuijpers, Hollon y Dekler (2010), basándose en los resultados de ciento treinta y dos estudios, no encontraron que la variable gravedad de la depresión incidiera en las diferencias entre las personas que habían recibido una terapia y aquellas que habían pertenecido a la condición de control (la interacción de la variable gravedad de la enfermedad con el beneficio de la psicoterapia no fue significativamente distinta de 0).

A la luz de los resultados, podemos afirmar que la idea de que la psicoterapia es una de las ideas equivocadas sobre el tratamiento de la depresión, al igual que lo es la idea de que la psicoterapia sea inútil en los casos de depresión mayor. Otra cuestión en relación con esta última idea, es que, en el caso de los pacientes mas graves, el tratamiento farmacológico pudiera postularse como una ayuda inestimable para que el paciente comenzara la terapia más equilibrado/compensado.

Manos saliendo del agua pidiendo ayuda

La psicoterapia es menos efectiva que el tratamiento farmacológico

Por ejemplo, en el metaanálisis que hemos citado antes de Cuijpers, Berking et al. (2013) hay al menos 20 estudios en el que se compara al eficacia de los tratamientos farmacológicos para la depresión y la terapia cognitivo conductual y se encontró que el tamaño del efecto de la diferencia era prácticamente cero (g=0.03). Además, esta ausencia de diferencias fue independiente del procedimiento de evaluación empleado y del tratamiento farmacológico aplicado (la interacción entre los factores no fue significativamente distinta de cero).

Conviene hacer una precisión en este sentido. Los estudios en los que se comparan los resultados de la terapia interpersonal con el tratamiento farmacológico sí mostrarían una ligera tendencia a favor de determinados tratamientos farmacológicos. De todas formas, este último dato hay que mirarlo con cautela, ya que el número de estudios es mucho menor al de aquellos que comparan el efecto de la terapia cognitivo conductual con el tratamiento farmacológico.

Así, el pensamiento de que la psicoterapia es menos efectiva que el tratamiento farmacológico sería otra de las ideas equivocadas sobre el tratamiento de la depresión

El tratamiento de la depresión es largo

En primer lugar, precisemos que “largo” o “corto” va a depender de dónde estimemos que se sitúa la línea que divide a las dos extremos. Actualmente, pensemos que el marco temporal en el que sitúan las terapias (esas que antes hemos enumerado como eficaces) es de unas 16-20 sesiones repartidas en 3-4 meses. Por supuesto, siempre hay casos especiales en los que la psicoterapia breve se convierte en muy breve o se alarga en el tiempo.

De todas formas, en ningún caso, alguna de las terapias que hemos señalado como eficaces establecen un plan de intervención que dure más de 6 meses. En caso de no obtener los resultados obtenidos en este periodo, habría que re-evaluar la situación. No todas las psicoterapias sirven para todos los pacientes en todas las condiciones. Por otro lado, al igual que pasa, por ejemplo, con las operaciones quirúrgicas y los cirujanos, no todos los psicólogos tienen la misma habilidad para tratar todos los trastornos desde el mismo ángulo.

En cualquier caso, los estudios nos dicen, por ejemplo, que la media de una terapia cognitivo conductual exitosa para la depresión es de 15 sesiones (Cuijpers, Berking et al.). En este apartado habría que aislar las recaídas, ya que se pueden producir por muy diversas razones y no siempre tienen que ver con la intervención psicoterapeutica. Dentro del este cajón variopinto de razones que pueden favorecer una recaída nos encontramos con: un suceso traumático, dinámicas familiares desadaptativas o configuración de hábitos que lleven al aislamiento o la marginación social.

Las ideas equivocadas sobre el tratamiento de la depresión son más que las que aquí hemos expuesto. En este sentido, los psicólogos hemos sabido en muchos casos investigar y desarrollar terapias efectivas, pero no hemos sabido exponerlas ante la sociedad. En este camino todavía nos queda mucho trabajo.

Referencias bibliográficas

Cuijpers, P, Berking, M. et al. (2013). A meta-analysis of cognitive behaivour therapy of adult depression, alone and in comparasionwith other treatments. Candian Journal of Psychiatry.

Cuijpers, P., Hollon, S.D. et al. (2013). Does cognitive behaviour theraphy have an enduring effect that is superior to keeping patientson continuation pharmacotherapy? An meta-analysis. BMU OPen, 3.

Sanz, J. y García-Vera, M.P. (2017). Ideas equivocadas sobre la depresión y su tratamiento (II). Papeles del psicólogo. Vol. 38.


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