Los abrazos, ¿por qué nos reconfortan?

¿Qué sientes al compartir un abrazo? ¿Por qué los abrazos nos reconfortan? La ciencia ha estudiado sus efectos, evidenciando por el camino algunos muy interesantes.
Los abrazos, ¿por qué nos reconfortan?
Laura Ruiz Mitjana

Escrito y verificado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Última actualización: 23 noviembre, 2022

Seguro que, en algún momento de angustia, estrés o dolor, un abrazo te ha reconfortado. Pero, ¿por qué un gesto aparentemente tan sencillo puede reportarnos tanto alivio? ¿Por qué los abrazos nos reconfortan?

Lo cierto es que un abrazo es mucho más que un abrazo; es una muestra de amor y cariño, un “aquí estoy”, donde las palabras no son necesarias. Y eso (el calor humano, el contacto con el otro…), nos hace sentir bien. Analizamos algunas de las razones que explican por qué nos hacen sentir tan bien este tipo de lenguaje no verbal, según la ciencia.

“Si encuentras a una persona así, alguien a quien puedas abrazar y con la que puedas cerrar los ojos a todo lo demás, puedes considerarte muy afortunado. Aunque solo dure un minuto, o un día”.

-Patrick Rothfuss-

Por qué los abrazos nos hacen sentir bien

Dice un antiguo proverbio que “un beso sin un abrazo es como una flor sin la fragancia”. Y es que, en un abrazo, se dicen muchas cosas sin hablar, es la esencia de una emoción que queremos transmitir, como la fragancia de esa flor. Pero, ¿qué tienen los abrazos que nos gustan tanto?

Padre abrazando a su hija pequeña
Los abrazos transmiten calma y hacen que nos sintamos más seguros.

1. Ayudan a superar los conflictos

Según un estudio del 2018 llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos), publicado en la revista PLOS One, los abrazos serían uno de los gestos sociales que más nos reconfortarían frente a las emociones negativas.

Para su estudio, los investigadores entrevistaron a 404 personas adultas (218 hombres y 186 mujeres), durante 14 días. Los resultados mostraron que cuando una persona entra en conflicto con otra, si ese mismo día ha recibido un abrazo, su estado emocional no empeora tanto como en el caso de no recibir ninguno.

Lo que hace ese abrazo es no aumentar los sentimientos negativos y no disminuir tanto los positivos. Y estos resultados se observaron tanto en hombre como en mujeres (aunque las mujeres declararon haber sido abrazadas más días que los hombres).

2. Transmiten calma

Otra razón de por qué los abrazos nos reconfortan es porque nos transmiten calma y sosiego. Se trata de una forma no verbal de comunicación muy potente; y en ese abrazo podemos sentir el calor humano, el contacto físico, el vínculo con el otro materializándose. Todo esto nos ayuda a sentirnos seguros y en calma.

3. Producen placer

En un estudio realizado en 2021 por investigadores de la Universidad de Londres y publicado en la revista Acta Psychologica, se encontró que los participantes experimentaban placer después de recibir un abrazo. Además, los autores sugirieron que los abrazos podían influir en la excitación durante un período corto de tiempo.

4. Favorecen la regulación de la presión arterial

Por otro lado, cuando nos abrazamos con alguien y sentimos realmente ese abrazo, liberamos oxitocina, esa hormona encargada de hacernos sentir placer, entre otras funciones. La oxitocina hace que la presión arterial se regule. Por lo que los abrazos nos reconfortan emocionalmente, pero también nos regulan a nivel físico (lo que a su vez tiene un impacto en nuestro bienestar).

5. Ayudan a estrechar vínculos

Otra de las explicaciones a por qué los abrazos nos reconfortan es porque son una forma de estrechar vínculos, de potenciar la confianza entre dos personas. Al sentir este efecto, es lógico que nos sintamos bien.

Al final, somos seres sociables; buscamos y necesitamos a los demás. Y si encontramos esa correspondencia, esa presencia en el otro, esto nos reporta bienestar y calidez humana.

6. Hacen que nos sintamos más seguros

Finalmente, cuando nos abrazan (o abrazamos), además de estrechar ese vínculo emocional con el otro, también lo estrechamos a nivel físico. Es decir, nos sentimos protegidos, seguros, acogidos, en el cuerpo del otro (y más si nos lo damos con alguien físicamente más grande que nosotros).

Esta sensación de refugio surge, inevitablemente, del contacto con otro cuerpo; y la sensación se potencia si el abrazo nos lo da alguien que nos cuida y nos quiere, que es importante para nosotros.

Hermanas dándose un abrazo
Los abrazos pueden mitigar las emociones negativas de las personas que los reciben y que se sienten mal.

El abrazo perfecto, según la ciencia

Como curiosidad, el estudio citado de la Universidad de Londres también intentó caracterizar el abrazo perfecto. Los participantes del estudio calificaron los abrazos de menos de 1 segundo como “menos placenteros”; en cambio, los “mejores” abrazos eran los que duraban entre 5 y 10 segundos, según ellos. A estos últimos los definieron como “abrazos más agradables que los abrazos de 1 segundo”.

Otros factores, como la cercanía y la altura, no fueron relevantes para los participantes y no condicionaron su idea sobre un mejor o peor abrazo. Eso sí, los participantes tenían una estatura similar, y por ello los investigadores supusieron que el abrazo estilo “cuello-cintura” podría ser el más común cuando las alturas son diferentes. Sea como sea, seguramente lo que importa en los abrazos es cómo nos hacen sentir, qué nos transmiten.

Y para ti, ¿cuál es el abrazo perfecto? ¿Conocías los beneficios de los abrazos?


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