Ansiedad ante un nuevo trabajo: qué hacer

¿Alguna vez has sentido ansiedad ante un nuevo trabajo? ¿La sufres actualmente? En este artículo te ofrecemos 6 ideas clave que te pueden ayudar a gestionar esa ansiedad. ¡Toma nota!
Ansiedad ante un nuevo trabajo: qué hacer
Laura Ruiz Mitjana

Escrito y verificado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Última actualización: 16 julio, 2021

¿Sientes ansiedad ante un nuevo trabajo? ¿Te cuesta identificar sus causas y encontrar soluciones efectivas para liberarte de esta tensión? Las causas de esta ansiedad pueden ser múltiples: necesidad de causar una buena impresión, sensación de incertidumbre, miedo al cambio, miedo a fracasar, “a no dar la talla” o a no gustar, imposición de un ritmo de aprendizaje demasiado rápido, etc.

Las estrategias que te pueden ayudar también son diversas. En este artículo, hablamos de seis de ellas para que puedas empezar a aplicarlas, y así reducir progresivamente esta ansiedad.

Ansiedad ante un nuevo trabajo: qué hacer

La ansiedad ante un nuevo trabajo se manifiesta, como la ansiedad en general, con síntomas diversos: psicológicos (por ejemplo, miedo a la propia ansiedad), fisiológicos (presión o dolor en el pecho, sudoración excesiva, taquicardia, fatiga, tensión interna, náuseas, cefaleas…) y conductuales (evitación, por ejemplo).

Sin embargo, más importante que tratar estos síntomas (que también) es identificar qué nos causa esa ansiedad. Y sobre todo, prevenir la aparición de estos factores causantes de la misma. ¿Cómo podemos trabajar en esta ansiedad y liberarnos de ella? Te proponemos algunas ideas para ello.

Mujer agotada en el trabajo

1. Identifica qué es lo que te inquieta

Si sufres ansiedad ante un nuevo trabajo, es importante que empieces a identificar qué es lo que te causa realmente ansiedad o inquietud.

¿Es el hecho de conocer a gente nueva? ¿De no hacerlo bien o no estar a la altura? ¿Es el miedo a lo desconocido? ¿El miedo a fracasar? Anota todo aquello que te genera malestar, toma conciencia de ello y empieza a pensar en algunas estrategias que te pueden ir bien para reducir esa angustia.

2. Reflexiona: ¿son miedos realistas?

Relacionado con el punto anterior, surge el siguiente: intenta reflexionar sobre si tus miedos, tus angustias o tus ansiedades se deben a causas “realistas”, objetivas o reales. Por ejemplo: ¿qué probabilidad hay de que “fracases”? ¿O de que “hagas el ridículo” el primer día? ¿Son miedos objetivos o desproporcionados?

¿En qué se fundamentan? Si vas tomando conciencia de todo ello y desarticulando tus miedos, puede ocurrir que te des cuenta de que en realidad la situación no es tan alarmante (pero eso no invalida tu ansiedad; recuerda, ¡tienes todo el derecho a sentirla!).

3. Permítete sentir esa ansiedad

Al contrario de lo que se suele pensar, la ansiedad no se combate intentando eliminarla o huyendo de ella, sino haciendo todo lo contrario: afrontándola. Y afrontarla implica darse permiso para sentirla, y ser capaz de tolerarla (en estos casos, los ejercicios de respiración pueden irnos muy bien).

“La ansiedad es como una ola: si nos intentamos apartar de ella, nos acaba alcanzando y hundiendo. Pero si la afrontamos, si aprendemos a surfearla, acaba pasando”.

4. Organízate, planifica y pregunta

La ansiedad ante un nuevo trabajo puede deberse a muchas causas. Por ejemplo, el miedo a perderse el primer día, a que nos falten coses que necesitamos, a llegar tarde… Por suerte, son cosas que se pueden trabajar. ¿Cómo? A través de la planificación.

Anota, el día antes a tu primer día, todo lo que necesitarás. Grábate mentalmente la hora a la que deberás salir de casa para no llegar tarde (sal un poco antes, por si surgiera un imprevisto).

Trae contigo una agenda, con posibles dudas que tengas el primer día y, sobre todo, pregunta todo lo que necesites. La información da certidumbre y la certidumbre, la tranquilidad (¡enemiga de la ansiedad!).

5. Gestiona bien tu tiempo

La mala gestión del tiempo es muchas veces la causa de nuestra ansiedad (en el trabajo y en otros ámbitos). Por ello, una manera de reducirla es gestionar bien el tiempo (fuera y dentro del trabajo).

Fuera: anticipándonos a lo que podamos necesitar el primer día, por ejemplo, como ya hemos dicho. Dentro: organizando las tareas y el tiempo que dedicaremos a cada una de ellas para rendir al máximo, pero sin estresarnos.

“El estrés es un estado ignorante. Con el crees que todo es una emergencia. Nada es tan importante”.

-Natalie Goldberg-

Hombre trabajando

6. Céntrate en tareas que puedes resolver rápido

Cuando sufrimos ansiedad ante un nuevo trabajo, puede ocurrir que nos cueste centrarnos, sobre todo, los primeros días en las tareas. O que estas “se nos hagan una montaña”. Por ello, es importante que empieces la jornada con las tareas que puedes resolver en cuestión de minutos o de pocas horas. Eso te dará sensación de efectividad y resolución.

Te hará sentir que avanzas y reforzará tu confianza. De manera progresiva, ponte con las tareas más arduas o extensas. Puedes probar a diseñar una lista con tres niveles de prioridad para las tareas: no urgentes, urgencia media, muy urgentes. E ir resolviéndolas en función de la urgencia y también del tiempo.

Prevenir y combatir la ansiedad

Y tú, ¿has sentido alguna vez ansiedad en el trabajo? ¿Qué estrategias has utilizado para sentirte mejor? Aquí nos hemos centrado mucho en prevenir la ansiedad, a través de trabajar en las causas de la misma.

Sin embargo, también puedes aplicar técnicas de relajación que te ayuden a reducir la propia ansiedad. Por ejemplo, técnicas de respiración o relajación, yoga, mindfulness, etc. Busca tus propias estrategias y ¡empieza a ponerlas en práctica!

“Una mente en calma trae fuerza interior y confianza en uno mismo, por eso es muy importante para la buena salud”.

-Dalai Lama-


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