¡Arriesguémonos a vivir!
Cada instante que vivimos puede ayudarnos a cambiar si así lo deseamos.
Algunas veces en nuestra vida sufriremos, otras pasaremos por momentos difíciles afrontando desilusiones, pero al final, aunque sea inevitable, se convertirán en algo pasajero y acabaremos de cierto modo enorgulleciéndonos de todas esas señales que nos han ido marcando los obstáculos que nos hemos ido encontrando a nuestro paso. Podremos mirar desde el futuro hacia atrás, con orgullo e incluso agradecimiento, porque todo lo que somos es a raíz de las experiencias que hemos vivido. Por eso hay que aprovecharlas, para exprimir todo su jugo a favor de nuestro aprendizaje.
Dejemos de excusarnos en que tenemos demasiadas razones para no cambiar, porque lo que acumulamos son ideas prefijadas a las que no queremos renunciar y finalmente, muy pocas aspiraciones. Por eso no disfrutamos del presente, ni saboreamos el fervor de cada instante, ocupándolo con recuerdos pasados e ideas futuras. Nos hemos acostumbrado a vivir en automático, donde el presente se esconde con sus instantes.
Vivir cada instante
Quizás un problema común sea como conciliar el vivir cada instante con los planes y anhelos que tengamos hacia el futuro. La respuesta no es tan complicada, nuestros planes y metas deben estar presentes en nuestra vida, pero no podemos vivir pensado día y noche en ellos continuamente, porque perderemos la conexión con la realidad y el poder de disfrutarla.
Por eso vivir el momento presente puede convertirse en una de las mejores formas que tenemos para amar la vida. Quizás sea necesario correr algunos riesgos, pero cuando ocurre lo inesperado nos damos cuenta de lo importante que era que sucediese.
El hoy solo viene una vez, y no regresa jamás, no desaprovechemos sus oportunidades.
Disfrutemos de los pequeños placeres que se aguardan en cada instante y continuemos buscando a pesar de nuestros fracasos.
Seamos el lápiz de nuestra vida del que disfrutamos a cada trazo.
“Puede que te decepciones si fallas, pero estarás perdido si no lo intentas” (Beverly Sills)